Читать книгу Transferencias internacionales de datos: pasado, presente y futuro - Elena Davara Fernández de Marcos - Страница 8
I. EVOLUCIÓN Y FUNCIÓN DE LA POLÍTICA LEGISLATIVA EN MATE-RIA DE PROTECCIÓN DE DATOS
ОглавлениеEn este apartado comentaremos brevemente la evolución y función de la Política legislativa en materia de protección de datos o, dicho de otra manera, la razón de ser de la normativa, partiendo de su origen y analizando los cambios que ha ido experimentando a lo largo de los años de la mano de la evolución que, a su vez, han tenido tanto las tecnologías de la información y las comunicaciones como el propio concepto y aplicación del tratamiento de datos personales.
En este punto, comenzamos recordando que el origen de estas normas viene de la utilización de la informática1 en toda actividad, haciendo que un dato (noticia cierta sobre un hecho), se convierta en información2. En esta línea, la potencial agresividad de la Informática3 a los más elementales derechos de la persona se torna en la necesidad de proteger a ésta última ante su utilización. Y, diremos más, ante el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones en el tratamiento de sus datos de carácter personal4. Y es así como nace el “Derecho Informático”, cobrando un especial protagonismo dentro de este la normativa en materia de protección de datos personales.
Hay que tener en cuenta que la protección de datos nace como un derecho fundamental de tercera generación5 cuya finalidad es proteger a la persona titular de los datos ante las distintas agresiones que, a través de las TIC6, se pueden hacer con el uso indiscriminado de los mismos. Y es que los datos personales se han convertido en el petróleo del siglo XXI y, por el enorme valor –también económico–, que tienen, es absolutamente necesario protegerlos de manera eficaz, a nivel nacional, europeo e internacional.
No cabe duda de que este derecho y, por ende, su regulación normativa está, como hemos visto, íntimamente relacionado con el desarrollo tecnológico. Ahondando en esta línea, podemos afirmar que la utilización de la tecnología –en un sentido amplio del término– en el tratamiento de datos se alza, también, como la culpable de los numerosos –tanto cuantitativos como cualitativos– cambios que han experimentado las normas de protección de datos tanto a nivel nacional como internacional. Y es que la tecnología, por la rapidez en su desarrollo y crecimiento, va un paso por delante que el Derecho. Pese a ello, el Derecho no puede permanecer de brazos cruzados y ha de evolucionar y adaptarse para ganar eficiencia en lo que a la protección de datos personales se refiere.
Precisamente por ello, debido a la rápida evolución tecnológica –y, en parte derivada de la misma, a la evolución del propio concepto de datos personales–, desde la primera Ley de protección de datos7 hasta la normativa vigente –si bien la línea de protección sigue siendo la misma, estando constituida por unos principios que se tornan en obligaciones para responsables y encargados del tratamiento, junto con unos derechos para los interesados sobre sus datos personales y amparados por unos procedimientos tanto de tutela de dichos derechos como sancionadores en caso de incumplimiento– se han producido múltiples cambios.
Por ello, en el presente capítulo haremos un barrido histórico por la normativa europea y nacional poniendo de manifiesto las principales novedades que han sido introducidas a lo largo de los años en cada una de ellas. En nuestra opinión, quizás el cambio más significativo se ha producido del régimen vigente en materia de protección de datos en 1995, con la Directiva 95/46/CE, y el régimen vigente en la actualidad, con el Reglamento europeo de protección de datos.
Y es que, en los 21 años que separan la entrada en vigor de ambas normas, se ha producido una absoluta revolución tecnológica en la que la aparición –y completa generalización– de realidades como las redes sociales, el cloud computing, el big data, el uso de datos biométricos, el análisis de perfiles y la publicidad personalizada mediante mecanismos automatizados o la inteligencia artificial, entre otras, ha obligado a, si se nos permite la expresión, dar una vuelta de tuerca en la normativa de protección de datos personales para que la protección de los titulares frente al uso de sus datos sea verdaderamente eficaz y, al menos en la Unión Europea, armonizada.