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Escalar las alturas

Al perfeccionar un carácter cristiano, es esencial perseverar en el bien hacer. Quisiera impresionar a nuestros jóvenes con la importancia de la perseverancia y la energía en la obra de la formación del carácter. Desde los más tempranos años es necesario entretejer en el carácter principios de severa integridad, para que los jóvenes de ambos sexos puedan alcanzar, al llegar a adultos, la más alta norma personal. Deberían tener siempre presente el hecho de que han sido comprados por precio, y deberían glorificar a Dios en sus cuerpos y espíritus, los cuales son de él...

El progreso diario

Es tarea de la juventud progresar día tras día. Pedro dice: “Poned la mayor diligencia en agregar a vuestra fe, virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas virtudes están en vosotros, y abundan, no os dejarán ociosos, ni sin fruto en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo”.9

Al empezar no se tendrán presentes todos estos pasos sucesivos, ni se los contará; pero fijando la mirada en Jesús, y teniendo sólo en vista la gloria de Dios, progresarán. No pueden alcanzar en un día la plenitud de la medida de la estatura de Cristo, y se sumirían en la desesperación si pudiesen contemplar todas las dificultades que hay que afrontar y vencer. Tienen que contender con Satanás, quien tratará por toda estratagema posible de apartar la mente de ustedes de Cristo.

Cómo hacer frente a los obstáculos

Pero debemos hacer frente a todos los obstáculos colocados en nuestro camino y vencerlos uno a la vez. Si vencemos la primera dificultad, seremos más fuertes para afrontar la segunda, y con cada esfuerzo nos haremos más capaces de progresar. Podemos ser vencedores, contemplando a Jesús. Pero cuando fijamos la mirada en las dificultades y esquivamos las batallas serias en favor del bien, nos volvemos débiles e incrédulos.

Dando un paso después de otro se puede subir la más elevada cuesta y llegar al fin a la cima del monte. No se sientan abrumados por la gran cantidad de trabajo que tengan que hacer en el espacio de su vida, pues no se requiere de ustedes que lo hagan todo a la vez. Apliquen toda facultad de su ser a la tarea del día, aprovechen toda preciosa oportunidad, aprecien las ayudas que Dios les da y avancen paso a paso por la escalera del progreso. Recuerden que han de vivir sólo un día a la vez, que Dios les ha dado un día, y los registros celestiales mostrarán cómo han valorado sus privilegios y oportunidades. Ojalá aprovechen cada día que Dios les ha dado de modo tal que, al fin, hagan decir al Maestro: “¡Bien, siervo bueno y fiel!”10 (The Youth’s Instructor, 5 de enero de 1893).

9 2 Pedro 1:5-8.

10 Mateo 25:23.

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