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3.11 Hacia la creación de Radio Nacional del Perú
ОглавлениеEn setiembre de 1934, el técnico de radio J. Vásquez de Velasco, en una entrevista concedida a El Comercio, intentaba explicar las causas de la mala recepción de las señales de radio en Huancayo, atribuyendo el problema al bajo voltaje de las líneas (160 voltios), la interferencia de señales radiotelegráficas, los techos de calamina y los minerales de los cerros (El Comercio, 3 de setiembre de 1934). Se decía en la nota que ni siquiera la señal de onda corta de DUSA llegaba con nitidez, escuchándose únicamente, y de vez en cuando, la de Grellaud. Sin embargo, en 1935, un nuevo reporte de Huancayo indicaba que sí eran bien recibidas algunas transmisiones en onda corta del extranjero (entre ellas la de Radio Illimani de Bolivia) y las de Antonio Santelló (OA4R) desde Lima. Los pobladores de Huancayo pedían al gobierno que modificara la señal de OAX4A Radiodifusora Nacional de larga a corta, o que implementara una estación de onda corta para mantenerlos informados de los acontecimientos ocurridos en el resto del país y evitar “la circulación de rumores falsos de supuestos movimientos revolucionarios, como ocurrió en días pasados” (La Crónica, 30 de enero de 1935).
Semanas después, una nota desde Pampas se orientaba en el mismo sentido: los vecinos se quejaban de no recibir la señal de la Radiodifusora Nacional, por lo que se veían obligados a recurrir a emisoras extranjeras de onda corta para conocer las noticias del Perú. Según el artículo era posible escuchar a las emisoras peruanas de onda corta (Grellaud, DUSA y Santelló) solo dos veces por semana, haciéndose urgente el establecimiento de una estación nacional que transmitiera diariamente en esa frecuencia (La Crónica, 11 de febrero de 1935).
Al año siguiente, un despacho aparecido en El Comercio daba cuenta de similar malestar entre los habitantes de Tacna:
Nuevamente se han acercado a esta corresponsalía numerosos radioescuchas a solicitar que se publique en los diarios de la capital su pedido para que las estaciones radiotransmisores transmitan un servicio noticioso de la República y también del extranjero, porque es una lástima oír en las estaciones transmisoras de otras repúblicas un buen servicio noticioso, mientras que nosotros los de provincias nos tenemos que contentar con los radiocomentarios que hace una estación de Lima dos veces por semana (El Comercio, 29 de mayo de 1936).
La deficiente o nula recepción de la señal de onda larga de la Radiodifusora Nacional en varias provincias, trajo consigo en 1934 la rebeldía de los radioescuchas de Pisco y Talara, que se negaron a pagar la cuota semestral de diez soles por derecho de antena (El Comercio, 13 de setiembre de 1934; El Comercio, 28 de octubre de 1934).
En febrero de 1936, el semanario Excelsior inició una campaña para abolir el cobro del derecho de antena que continuaba haciéndose a favor de la Radiodifusora Nacional OAX4A. Excelsior recordaba que la beneficiada con ese cobro era la empresa privada que todavía tenía en concesión la señal (Excelsior, 15 de febrero de 1936).
Ante tales quejas, demandas y gestos de protesta, el Ejecutivo manifestó su intención de recuperar OAX4A y convertirla en una poderosa estación. Pidió para ello proyectos de inversión a empresas extranjeras y después de, supuestamente, evaluar varios de ellos, se inclinó por el que presentó la Marconi Wireless Telegraph Co. Ltd., nada menos. Para entonces el conflicto entre la Marconi y el Estado, surgido durante el régimen de Sánchez Cerro, había sido resuelto. Fue así como el 20 de noviembre de 1935 se emitió una resolución suprema autorizando al director de Gobierno para que, en representación del Presidente de la República, firmara un nuevo contrato con la empresa británica, esta vez conducente a la erección de la Estación Oficial Radiodifusora del Perú (El Comercio, 24 de noviembre de 1935).25
El contrato, que no fue publicado, contemplaba —según el diario La Crónica — la construcción de un local idóneo para la emisora en la avenida Petit Thouars y el establecimiento de dos transmisores: uno de onda larga y el muy reclamado de onda corta. El costo, de 800.000 soles, sería cubierto por la Marconi, que tendría a cambio la administración de la emisora por diez años, al cabo de los cuales pasaría al Estado. El ingeniero de la obra era el británico Charles James, quien venía de instalar una radiodifusora en Finlandia; cooperaban con él un señor de apellido Rice, el ingeniero Carlos Tudela, quien era jefe del Servicio Radiotelegráfico Nacional, y el ingeniero Jorge Vargas Escalante (La Crónica, 13 de noviembre de 1936).
El 16 de junio de 1936 se promulgó la Ley 8341, mediante la cual se suprimió el cuestionado cobro de derecho de antena. La misma ley autorizaba al Poder Ejecutivo a destinar el producto de los derechos de importación a que estaban afectos los aparatos de radio y sus implementos a la amortización del costo y mantenimiento de la Estación Radiodifusora Nacional. Tales derechos podían ser elevados, según la norma, “hasta un cincuenta por ciento más de lo que pagan en la actualidad”. La ley entraría en vigencia el 1 de enero de 1937.
1925-1937
Inicios de la radio
Inauguración de OAX por el presidente Leguía. 20 de junio de 1925. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi), revista Mundial.
Un numeroso público se reúne en la Plaza San Martín para escuchar la primera transmisión oficial de OAX. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi), revista Mundial.
Copia del acta de constitución de la Peruvian Broadcasting Company. Archivo de Juan Gargurevich.
Antonio Garland, primer director artístico de OAX. Foto: La Prensa, 1937.
Rosa Hernando, la primera locutora.
Foto: Lima en el IV centenario de su fundación (Monografía), 1935.
Sánchez Cerro dirige un mensaje radial después del atentado sufrido en Miraflores. 23 de marzo de 1932.
Guillermo Lazarte, director de OAX en 1935.
Foto: Lima en el IV centenario de su fundación (Monografía), 1935.
Rosa Elvira Figueroa, primera reina de la radio en 1936. (Archi), revista Cahuide.
César Miró en Radio DUSA, donde dirigió La revista oral. Fue poeta, narrador, cronista, compositor de música y posteriormente productor de programas de televisión. En 1936 convocó a una multitud frente al local de la emisora para protestar por la anulación del partido de fútbol Perú-Austria durante las Olimpíadas de Berlín.