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ОглавлениеCAPÍTULO 1
EL JUEGO DE FÚTBOL EN LA INFANCIA TEMPRANA
LA ACTIVIDAD DEPORTIVA DE LOS NIÑOS
El desarrollo social de las últimas décadas influye en todos los ámbitos de la vida, también en la cultura física y el deporte y, conforme a eso, en el fútbol. Si nos ocupamos del fútbol infantil de la época actual no debemos descuidar las nuevas condiciones de vida, las pretensiones de la sociedad, de la escuela y de la familia, así como la mayor oferta de tiempo libre.
La revolución científico-técnica ha traído consigo grandes cambios. La fuerza creativa del hombre cambia el mundo. El volumen y la intensidad del trabajo corporal disminuyen permanentemente. Al mismo tiempo se exige cada vez más la componente intelectual de la personalidad, el umbral de carga psicológica se eleva.
Por consiguiente, disminuyen las exigencias sobre el aparato cardiocirculatorio y el aparato locomotor. El sistema nervioso es sobrecargado unilateralmente.
Se puede escoger entre cada vez más posibilidades de utilizar sus ratos libres de una manera provechosa (teatro, libros, conciertos, estudio de idiomas, aprendizaje de un instrumento, viajes, seminarios, hacer arte, televisión, radio, clubes recreativos etc.). También los cambios en el reparto del trabajo en las familias influyó en la organización de las actividades recreativas. La responsabilidad social del mantenimiento de la salud y la prevención de enfermedades fueron reconocidas mundialmente, así como el valor que para la salud ofrece el ejercicio físico regular y razonable.
El deporte, además, no es solamente una manera de ocupar su tiempo libre de forma atractiva, sino también un medio importante para la formación de la personalidad. Las exigencias escolares que plantean a nuestros hijos los diseños curriculares en cuanto a cantidad y contenido aumentan. Los múltiples estímulos ambientales, junto con una mayor transmisión de conocimientos e información, sobrecargan el sistema nervioso; siendo especialmente este sobreflujo de estímulos el que fomenta el estrés. De ahí, que puede desarrollarse el sentimiento de no reunir siempre la suficiente cantidad de energía para un esfuerzo físico, y hay niños que prefieren una ocupación pasiva. Sin embargo, un niño que pasa la mayor parte del día en el colegio, la guardería, el internado o llevando a cabo otras exigencias escolares, necesita mucho más la actividad lúdica, una carga física que le da frescura corporal y mental disolviendo sus tensiones. Una excelente posibilidad la ofrece también el fútbol, muy popular y practicado en Hungría.
LA POPULARIDAD DEL FÚTBOL
Al hombre -tanto al niño como al mayor- le gusta jugar. Los juegos más interesantes y variados son al mismo tiempo muy exigentes respecto a las capacidades intelectuales y físicas. Este deseo lo satisfacen en buena medida los juegos colectivos con balones.
El balón como aparato lúdico se conoce ya desde hace mucho tiempo; los pueblos de la antigüedad, pero también los chinos, los egipcios y los romanos y más tarde nosotros, los húngaros. Se golpeó el balón de una manera u otra con las piernas. Primero se jugó con balones rellenados de pelos de animales y en la época moderna se utilizaron balones provistos de vejigas. Muchos gráficos, imágenes y dibujos de este tiempo se han mantenido intactos e informan sobre el juego con el balón. Antiguamente, la manera más corriente de jugar al balón era moverlo con manos y pies en plazas y calles, incluso de un pueblo a otro, para alcanzar una determinada meta (en la mayoría de los casos puertas de iglesias).
Se sabe que el juego deportivo fútbol empezó su conquista triunfal a mediados del último siglo desde Inglaterra. Condición previa era la determinación de sus reglas de juego que permitieron la utilización de la mano sólo al portero y en el saque de banda.
El fútbol se extendió muy rápidamente no sólo en Inglaterra sino también en la Europa occidental y más tarde en la Europa del Este. En Hungría empezó a imponerse poco a poco al comienzo de este siglo, haciéndose popular a través del deporte escolar y adquiriendo también su sitio en los clubes. La federación húngara de fútbol se fundó en 1901 y ya en el mismo año se celebró el primer campeonato nacional. El fútbol húngaro conoce malos tiempos, pero también grandiosos éxitos: En 1938 la selección húngara obtuvo en el mundial de Italia la medalla de plata. Resultados sensacionales logró el “equipo de oro” que alcanzó fama mundial en los años cincuenta. Ganó como primer equipo en la cuna del fútbol al equipo inglés que no había perdido en casa durante más de 90 años. Los húngaros vencieron en este “Partido del Siglo” al equipo inglés con superioridad: 6 a 3. Este éxito no era ninguna casualidad, ya que medio año más tarde los húngaros vencieron también en Hungría con un juego brillante al equipo inglés con 7 goles a 1. Un punto culminante en la serie de victorias conseguidas durante 4 años iba a ser la copa del mundo en Berna, pero Hungría, de nuevo, sólo ganó la medalla de plata. No obstante, en los círculos del fútbol se consideró al equipo húngaro como el mejor del mundo. “Los húngaros revolucionaron el fútbol, todo el mundo quería aprender de ellos, y había cosas que aprender.” Mucha gente en el mundo conocía la alineación del “equipo de oro”. Vale la pena recordar los nombres de aquellos que dieron tanta fama al fútbol húngaro: Grosics, Buzánsky, Lóránt, Lantos, Bozsik, Zakariás, Budai, Kocsis, Hideg- kúti, Puskás, Czibor y el fraguador de la victoria Gusztáv Sepes. Una causa -y quizá la más importante- de la popularidad del juego, que fascina a tantos millones, es la simplicidad de sus reglas. Además de eso, hay que mencionar las pocas condiciones materiales necesarias. Para jugar al fútbol se necesitan solamente un campo más o menos grande y un balón. Las porterías se pueden marcar con cualquier objeto; y si hay algunos jugadores, ya puede empezar el juego. El juego y sus formas de jugarlo pueden ser determinados según el tamaño del campo y el número de jugadores. Las reglas pueden ser variadas según las capacidades, la meta a la que se aspira y las respectivas condiciones de juego. Así, el juego del fútbol gusta incluso a niños en la edad preescolar y a principiantes. El interés ya se despierta jugándolo sólo como pasatiempo. El juego colectivo da alegría, pero también el sentimiento de estar participando en el éxito.
Habilidosos y menos habilidosos pueden jugar juntos eficazmente en un equipo. Algunos con su buen dominio del balón, otros con su resistencia, otros con sus capacidades tácticas, su creatividad, y otros con su buen tiro o su velocidad, obtienen el reconocimiento de sus compañeros de juego.
El duelo directo e indirecto, el juego contra un adversario incitan al niño a la lucha. Los compañeros de juego consideran muchas veces como el mejor al que subordina el lucimiento personal a la victoria del equipo.
Los juegos con balones, en general, son atractivos para los niños. El fútbol es tan popular entre los deportes colectivos, porque es interesante la tarea de manejar y transmitir el balón con los pies, con la cabeza y con el cuerpo; de ahí que se da un gran número de posibilidades de resolución con respecto a la tácticas individual y colectiva suponiendo creatividad y riqueza de ideas.
Para que el fútbol húngaro alcance otra vez fama mundial, correspondiente a su vieja reputación, es necesario que tantos niños como sea posible lleguen a conocer y amar ese bonito juego. Si lo juegan y ejercen con alegría, sano afán de moverse y con la pasión de los viejos tiempos, nacerán nuevos talentos que tanto se necesitan.
ÁMBITOS DEL FÚTBOL DE CANTERA
Para conseguir éxitos en el fútbol de masas y en el desarrollo de la cantera, tenemos que encontrar aquellos métodos, competencias, y posibilidades que favorezcan la promoción de jóvenes futbolistas. El fútbol de cantera tiene distintos ámbitos con metas y tareas diferentes hallándose, sin embargo, interrelacionados. Las influencias del entorno y las posibilidades con carácter condicional para una actividad futbolística desempeñan un papel importante en el acercamiento de las jóvenes generaciones al deporte fútbol y en el desarrollo de las capacidades de juego y rendimiento.
El juego del fútbol en calles y plazas
Quien quiera jugar al fútbol encuentra posibilidades independientemente de su edad. Los niños buscan muchas veces una pared, un vallado o un muro, y ya empiezan. Si hay un compañero, ya puede comenzar la competición. Jugar contra una pared, una portería o tirar a dos porterías pequeñas, incluso un uno contra uno con dos porterías pequeñas son posibles. Si los niños están familiarizados con el balón y si en el barrio se encuentra un grupo mayor, eso se convierte en la mayoría de los casos en un juego regular. Este grupo de amigos se plantea rápidamente nuevas apetencias: no sólo quieren jugar entre sí, sino también contra otro equipo. A eso se prestan muchos torneos en plazas y calles.
Aunque los niños arreglan entre sí los retos, es bueno si padres aficionados les ayudan con sus capacidades y experiencias organizativas. Pero esta tarea puede ser asumida también por organizaciones juveniles o clubes deportivos, o bien por responsables de educación física y deportes de la provincia, que desarrollan sus actividades en el barrio. Con su ayuda se pueden organizar pequeños campeonatos provinciales o locales con carácter de torneo o de liga. En esta organización también hay que ocuparse de árbitros que dominen las reglas de juego y dirijan los partidos, que pueden ser, por ejemplo, jugadores de fútbol activos, padres o también hermanos mayores de los jóvenes jugadores.
El fútbol escolar
Una primera familiarización con el balón tiene lugar, por regla general, ya en la edad preescolar, o bien en la guardería o jugando en casa. Pero la oportunidad más esencial para conocer el fútbol en la infancia temprana la ofrece el deporte escolar.
OBJETIVOS Y TAREAS PARA EL GRUPO DE EDAD COMPRENDIDA ENTRE 6 Y10 AÑOS
El objetivo más sustancial durante esta edad consiste en enseñar a los niños los elementos fundamentales del fútbol y en motivarles para el juego. Esto se consigue sobre todo por medio de los juegos reducidos. En ellos pueden participar todos los alumnos, la clase entera. El carácter de entrenamiento no es importante en esta edad, sino el juego en sí. Según las peculiaridades típicas de esta edad, se recomienda dividir la clase en grupos más pequeños. Asίlos niños experimentan más rápidamente sentimientos de éxito. Son profesoras las que llevan los niños de estas edades. Este libro les da la posibilidad de familiarizarse con los problemas teóricos y prácticos del entrenamiento de fútbol para que estén en condiciones de transmitir a los niños los elementos fundamentales de la técnica y las reglas más importantes del juego. Sin embargo, recomendamos a nuestras entusiasmadas profesoras que busquen el apoyo de padres, profesores de educación física o monitores apropiados. La secuencia de una clase de educación física con el objetivo de impartir contenidos básicos de fútbol podría ser la siguiente:
–Calentamiento mediante trote y carreras suaves en círculo etc.
–Ejercicios gimnásticos con especial atención al estiramiento de la musculatura de las extremidades inferiores.
–Relevos con y sin balón.
–Ejercicios de pases y recepción del balón por parejas.
–Concursos de tiros de precisión.
–Partidillo de 2:2 con porterías (con y sin portero).
En la parte preparatoria de la clase se emplea la enseñanza masiva. En la parte principal, la clase es dividida en grupos. Todos los grupos practican, o los mismos ejercicios, o se asigna a cada grupo tareas distintas, lo cual quiere decir que un grupo practica el lanzamiento y la recepción del balón, otro ya juega a dos porterías, mientras un tercer grupo lleva a cabo el concurso de tiros de precisión. Se recomienda la consolidación de los fundamentos futbolísticos, impartidos en las clases de educación física, en las actividades deportivas extraescolares. En cada clase hay padres que alguna vez han jugado al fútbol o que por lo menos son aficionados al fútbol; de ahí que están dispuestos a apoyar la actividad deportiva de nuestros pequeños a través de la organización de campeonatos o desempeñar el papel de árbitros. Sin embargo, los pilares principales de la actividad deportiva extraescolar que es el fútbol de nuestros hijos deberían ser los clubes deportivos que harían bien en encargar a sus monitores de cantera la organización de torneos, ligui- llas o incluso llevar el equipo de la clase (equipo del centro escolar). Resulta que así, antes o después, los más dotados de la actividad deportiva podrán pasar a un club.
OBJETIVOS Y TAREAS PARA EL GRUPO DE EDAD COMPRENDIDA ENTRE 10 Y14 AÑOS
De los niños de esta edad se ocupan en los colegios en la mayoría de los casos los profesores de educación física. Pero también hay que tener en cuenta que entre ellos sólo hay unos pocos que han cursado la especialidad de fútbol y naturalmente muchos de los que trabajan en este grupo de edad son profesoras. La secuencia de una clase de educación física con el objetivo de perfeccionar las técnicas básicas de fútbol podría ser la siguiente:
–Calentamiento con balón por parejas.
–Práctica de determinados elementos de las técnicas básicas.
–Relevos y otros concursos con el objetivo de aplicar las habilidades técnicas ya aprendidas.
–Formación de los comportamientos tácticos básicos por medio de ejercicios combinados con y sin cambios de posición o ejercicios de marcaje y desmarque.
–Partido a dos porterías con y sin resolución de problemas.
También en la actividad extraescolar de formación futbolística se trata de dar la mayor importancia posible al juego. Este grupo de edad se deja fácilmente motivar para un entrenamiento regular si se logra una organización continua de partidos de campeonato.
El interés común de todos los responsables del desarrollo del deporte fútbol tiene que ser el deseo de que cada niño hasta los 14 años tenga la posibilidad de familiarizarse con el fútbol por medio de una multitud de oportunidades para practicar activamente el juego. Por eso hay que fijarse en la necesidad de ampliar cada vez más el número de niños que juegan al fútbol y de ofrecer a los principiantes de cualquier edad siempre la oportunidad de dar buenos resultados en el juego, aun cuando el nivel de juego del propio equipo sea debilitado temporalmente.
No se debe olvidar el fútbol femenino. En algunos países se impone cada vez más; el número de equipos femeninos crece continuamente. También en nuestro país, en Hungría, se ha empezado con la organización de partidos de fútbol femenino en campos reglamentarios y reducidos. Las chicas aprenden los elementos básicos del fútbol tan bien como las que entrenan otros deportes colectivos y en los que la participación de niñas y mujeres ya es corriente. El deporte escolar tanto como la actividad deportiva extraescolar, “el fútbol en la calle”, ofrecen una multitud de oportunidades para incluir a las chicas interesadas en el fútbol. En los clubes la situación ya es un poco más difícil, ya que ahí no existen las condiciones previas necesarias (campos de juego, material, organización de campeonatos). De todos modos, las chicas pueden ejercer nuestro de porte en la edad de la enseñanza general básica de idéntica manera que los chicos y deberían aprovechar cualquier oportunidad para jugar con chicos de la misma edad. Eso se puede recomendar sin escrúpulos por lo menos hasta los 10 años de edad.
El fútbol de cantera en los clubes y escuelas deportivas
Mientras que el objetivo en el colegio o bien en el deporte de recreo “desorganizado” es el juego en sí, el amor al deporte, la educación para una vida sana, el aprovechamiento racional del ocio y el aprendizaje de experiencias motrices básicas, los jóvenes en los clubes y escuelas deportivas tienen tareas más específicas. El objetivo de este ámbito de formación se caracteriza por la ambición en el rendimiento y el perfeccionamiento del nivel futbolístico. La admisión de niños y jóvenes en un club depende de las condiciones de entrenamiento y competición (canchas, vestuarios, balones, vestimenta deportiva etc.), la presencia de un entrenador calificado y de un delegado de equipo.
El trabajo en el club es una actividad deportiva continua, dirigida a la consolidación y desarrollo de las cualidades físicas, así como una formación técnico-táctica correspondiente a las exigencias del deporte en cuestión. Los resultados de esta actividad no se pueden medir preferentemente con victorias, goles y clasificaciones. El criterio tiene que ser el objetivo pedagógico y formacional correspondiente a la etapa de formación, la edad y el nivel individual de rendimiento.
Para los que participan en las competiciones organizadas, el fútbol no es solamente un deporte en sí o un “simple juego con balón”, sino que tiene también como objetivo el progreso y el mantenimiento de un nivel de rendimiento planificados para un determinado período de tiempo.
Para poder aumentar sistemáticamente el rendimiento de los jugadores o sea de un equipo, el entrenador tiene que poseer una alta calificación técnica y pedagógica. En el entrenamiento de cantera se imparten por un lado enseñanzas teóricas y formación práctica en el interés de la mejora de rendimiento y, por otro lado, como componente orgánico de este proceso, naturalmente también el desarrollo y la educación de la personalidad, sin los cuales no se consigue esta mejora.
LA ENSEÑANZA TEÓRICA
El fútbol ha cambiado, cambia permanentemente y sigue evolucionando. En los comienzos se descubrieron cada vez más elementos técnicos, y en el curso del tiempo cambiaron también las reglas. Luego siguió la evolución de los sistemas de juego. Se trató de compensar la superioridad de los atacantes con distintas variantes de defensa, hasta que se formó un equilibrio entre atacantes y defensas.
Las últimas décadas dieron sobre todo un fundamental desarrollo de los sistemas y métodos de entrenamiento y de la manera de jugar de los mejores equipos del mundo. Las características del fútbol moderno, sus tendencias de evolución, tienen que influir constantemente en la instrucción teórica de los más jóvenes. La mejor manera de derivarlas es en los momentos culminantes del fútbol mundial, los campeonatos mundiales, los campeonatos europeos, así como otros torneos internacionales. De no tomar en consideración estos factores en el entrenamiento de cantera se llegaría al estancamiento. Por ejemplo, si se practica la formación técnica sólo como fin absoluto, puede que estos jugadores destaquen sobre otros, pero también podría suceder que esto pronto impidiera su futura evolución, ya que sus habilidades técnicas unilaterales no corresponderían a lo que son las exigencias del juego moderno.
Desde nuestro punto de vista, hay que tener en cuenta las siguientes tendencias de desarrollo de los factores básicos de rendimiento:
Técnica de fútbol
En general se trata de enseñar una técnica “rápida”, una técnica que rápidamente da resultados óptimos desde el punto de vista del espacio y del tiempo. Por ejemplo, el tiro a puerta o la recepción o sea el control del balón, hay que realizarlos con el menor número posible de toques, con poco tiempo de preparación, a una velocidad alta y tan precisamente como sea posible; en cuanto a la conducción del balón, o sea el dribling, lo esencial es proteger el balón; después de haber ganado un duelo por el balón y también a continuación de un control hay que encontrar enseguida el enlace óptimo con el juego; el golpe de cabeza acelera la velocidad de la jugada.
Táctica de fútbol
De gran importancia para la velocidad es el juego sin balón; un factor determinante del juego rápido es el cambio de ritmo; el juego con posiciones fijas pertenece al pasado; sistemas y concepciones de juego variables se realizan solamente con jugadores polivalentes, que pueden ser alineados según la táctica o correspondiente situación de juego en cualquier posición. La evolución de la técnica y táctica así como la multitud de concepciones de tácticas colectivas requieren una alta madurez táctica, lo que supone creatividad en cada jugador; habilitar los jugadores para ello es tarea del entrenador, del monitor.
Condición física
La preparación física y psíquica es la condición previa para la aplicación y performance técnico-tácticas en el juego. En este deporte rápido y lleno de lucha, que es el fútbol, altos niveles de rendimiento solamente pueden ser conseguidos por jugadores polivalentes de mucha resistencia que son capaces de aguantar el ritmo de juego fijado hasta el último minuto. En ello, la velocidad juega un papel destacado; es la protagonista del fútbol moderno, siendo el punto esencial la velocidad gestual. Cuanta más anticipación mental y motriz tenga el jugador o bien el equipo, tanto más éxito tendrá. El juego rápido requiere también oportunismo. Se juega al fútbol para meter goles, todo lo demás en el campo está subordinado a este objetivo; en el juego rápido, acentuado por la lucha y entrega, casi no queda tiempo para finezas técnicas, trucos, fintas su- perfluas, una conducción del balón poco práctica; sencillamente, hay que jugar con velocidad y de una manera oportunista. El aumento de la dureza en el duelo es inmenso. El fútbol, hoy en día, no solamente es un juego, sino sobre todo un juego de lucha. Juego y lucha forman una unidad. Destacar más uno u otro componente inhibe el fútbol en su evolución. Hay que considerar todos estos factores en la formación teórica y práctica de nuestros jugadores de cantera, tomando en cuenta sus capacidades mentales condicionadas por la edad. Lo importante es que los niños entiendan qué y por qué hacer esto o aquello, y que son compañeros en el entrenamiento aspirando a altos rendimientos.
Educación
La formación de las capacidades y destrezas técnico-tácticas, así como una buena condición física no bastan para poder mejorar el rendimiento. Hacen falta también cualidades morales y de vigor bien pronunciadas que al fin y al cabo posibilitan la aplicación exhaustiva del saber y saber hacer así como la movilización de las energías necesarias.
En el fútbol de cantera hay que dar especial importancia a una educación, que no está orientada tanto a la mejora de la capacidad máxima de rendimiento, sino en primer lugar al desarrollo de la personalidad. Por eso, entrenadores que se ocupan de jóvenes jugadores, los monitores, tienen que realizar a fondo una extensa labor pedagógica. ¡Esto requiere en todo caso una preparación adecuada! Mientras la formación se efectúa, en primer lugar, en el entrenamiento, los menores están expuestos desde el punto de vista pedagógico a influencias diversas. La colaboración entre familia, colegio y club cobra una importancia decisiva en una eficaz labor educativa; la actividad futbolística tiene que estar sintonizada con la vida de la familia y del colegio.
Para una eficaz labor educativa, la personalidad del entrenador, o sea monitor, es esencial. Es importante que posea una alta cuali- ficación profesional y pedagógica, puesto que ha tomado a su cargo una gran responsabilidad en la formación de la personalidad del niño en desarrollo que se le ha confiado. Tiene que ser un ejemplo en su actividad como entrenador y también en su comportamiento. Es indispensable que conozca las particularidades típicas de cada edad, que haga su trabajo con entusiasmo, que motive a los niños y finalmente que su comportamiento se base en el sentido de la responsabilidad, para que los niños siempre reconozcan el ejemplo en él.
Durante el entrenamiento los jugadores están expuestos a influencias negativas y positivas. Por eso, el instructor tiene que aspirar también durante el curso del entrenamiento a formar las cualidades morales: a fomentar el desarrollo de las cualidades positivas y a influenciar en la imposición de modos de comportamiento negativos, encarrilarlos en el buen camino. Es tarea del entrenador poner los actos emocionales de sus jugadores al servicio del objetivo pedagógico. Especialmente las competiciones y los partidos ofrecen numerosos puntos de arranque para conocer a los niños. Pero el juego conscientemente llevado es al mismo tiempo también apropiado para formar su personalidad y carácter.
La actividad deportiva orientada al éxito requiere un trabajo continuo, consecuente y tenaz. Altas cargas físicas y psíquicas son las características de una actividad deportiva eficaz y precisan un alto grado de fuerza de voluntad. El fútbol no es solamente un juego, sino, como ya se ha mencionado, un juego de lucha. Por eso requiere también fuerza de voluntad, autosuperación, dureza en los duelos y motivación para el éxito.
El fútbol es un juego de equipo que para asegurar el éxito supone un grado máximo de capacidad de comunicación y cooperación. Si se conciencia a los jugadores con respecto a eso, se puede desarrollar el sentido colectivo, el compañerismo, la ayuda mutua y la subordinación de los intereses personales a la colectividad. Los deportistas son responsables uno del otro. Así se desarrolla también la formalidad. El entrenamiento colectivo, el rendimiento en la competición producen en los niños no solamente el respeto de sus propios compañeros, sino también el respeto del adversario. El individuo es formado por el equipo. Tiene una función instructiva de la personalidad, que influye tanto en cualidades positivas como negativas del carácter, y necesita la mano del entrenador que la dirige.
Las actividades de juego y entrenamiento se efectúan respetando las reglas de juego. Si se educa a los jugadores desde su infancia a cumplir con las reglas honradamente, el juego para ellos gana en interés y se llena de contenido. Si las reglas no se respetan, el juego pierde en valor educativo. Cumplir conscientemente con las reglas requiere autodisciplina y autodominio, para cuya formación el proceso de entrenamiento así como el juego en sí ofrecen puntos de arranque en abundancia. Autoestimando su propio rendimiento, los jóvenes jugadores necesitan una ayuda; primero tienen que darse cuenta de sus capacidades y de cada situación para asimilar psicológicamente mejor tanto victorias como derrotas u otras experiencias de fracaso.
Aunque el juego tiene reglas fijas, ofrece, sin embargo, la suficiente libertad para actuar activamente, pensar autónomamente y encontrar resoluciones de problemas de juego originales. El juego educa a la creatividad, a la percepción rápida de una jugada y a una adecuada, inmediata y práctica ejecución (resolución de la situación de juego - respuesta motriz). Estas cualidades tienen en el fútbol moderno una importancia decisiva para el desenlace de un partido, ya que las respectivas situaciones de juego permiten múltiples posibilidades de resolución táctica. La selección de la resolución óptima condiciona una inmediata estimación y decisión, lo que a su vez exige de cada uno y de todo el equipo imaginación y creatividad.
El desarrollo de una moral consolidada es una parte esencial de la labor educativa. Los niños son curiosos por naturaleza y se caracterizan por un afán de rendir. Para despertar el interés por nuestro deporte, mantenerlo y consolidarlo, el entrenamiento tiene que ser variado y ofrecer muchas posibilidades para que los niños puedan experimentar siempre sentimientos de éxito.
Las experiencias de éxito y fracaso son inmanentes al fútbol. Mientras que el jugador adulto los asimila mejor, pueden tener consecuencias a largo plazo en los niños, incluso trastornos en el desarrollo de la personalidad. A tiempo, el entrenador o instructor tiene que preparar a los niños para fracasos que son de esperar. Si un niño sabe estimarse con realismo, supera mejor eventuales fracasos.
El trabajo con elogio y reprensión es un método probado del experimentado pedagogo de fútbol. El individuo, un grupo o todo el equipo pueden ser elogiados. Un elogio por buenos rendimientos de entrenamiento, pronunciado delante de todo el equipo, estimula también a los otros niños. Pero hay que prestar atención a no destacar y elogiar solamente a los que más rinden, sino también a los más débiles que han evolucionado y progresado.
De no acatar los jugadores las reglas de juego, o si así lo exige su comportamiento, la reprensión o el castigo son también un medio educativo efectivo. Restar tantos o goles; en caso de repetidas faltas, también la descalificación temporal y, en casos aislados, la exclusión del equipo.
Al aplicar sanciones hay que tomar en cuenta que el castigo corresponda a la respectiva falta. Pronunciar una reprensión debe, en primer lugar, surtir un efecto educativo y no hacerse de una manera humillante. En todo caso hay que mostrar y considerar la falta a la hora de fijar una sanción; no importa si se cometió consciente o inconscientemente o incluso intencionadamente.