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ОглавлениеCAPÍTULO 2
ENTRENAMIENTO DE FÚTBOL CON NIÑOS
EL DESARROLLO DEL FÚTBOL BASE
La educación y formación básica es una actividad continua de varios años. Los niños y adolescentes recorren distintas fases de desarrollo. Cambian y se desarrollan permanentemente. Para el entrenador de la cantera es importante, en el interés de una labor eficaz, conocer los principios y métodos de un moderno trabajo educativo y de entrenamiento, las peculiaridades típicas de cada edad y los factores determinantes del rendimiento que hay que tomar en cuenta en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
El entrenamiento de base y particularmente el entrenamiento con niños es una fase de formación en la que se construyen los fundamentos para un alto rendimiento posterior en la élite; o sea que tiene como objetivo una buena formación técnica y táctica así como el perfeccionamiento de las cualidades físicas y psíquicas. Con todo eso no se puede hablar de unas tareas separadas, sino que hay que considerar el proceso de construcción del rendimiento a largo plazo siempre como una unidad, del principiante al deporte de alta competición. El objetivo del entrenamiento con niños, como componente de este proceso, consiste en educar al niño para ser un deportista, un futbolista. La tarea principal para las edades comprendidas entre 6 y 14 años es la transmisión amplia de los fundamentos del fútbol, la expresión individual de las cualidades técnico-tácticas así como la garantía de una formación polifacética. Por eso, la aspiración al rendimiento adquiere en esta fase un carácter distinto que en años posteriores. Los objetivos del equipo se deben colocar razonadamente entre los de la formación de esta etapa de entrenamiento, o sea subordinar al objetivo principal. Ni los equipos escolares ni los equipos de los clubs de la federación deberían tener el éxito como meta a toda costa. Esta ambición se venga más tarde cuando el niño no puede adquirir las bases correspondientes a su edad. Para la fase de formación de 14 a 18 años hay que plantear otros objetivos y tareas principales. Esta etapa está caracterizada por el desarrollo específico de las bases del fútbol preparando el empleo en la categoría sénior.
Las tareas principales son las siguientes:
–formación específica técnico-táctica
–aplicación de lo aprendido de forma variada y competitiva
–el desarrollo de las cualidades psíquicas
–acondicionamiento físico específico
–aspirar a la mejora del rendimiento
Las cualidades psíquicas se ponen al servicio del objetivo general. Con una edad de 19 a 22 años ya pueden alcanzar la élite. El objetivo de esta fase específica consiste en obtener un aumento constante del rendimiento. A partir de la edad de 22 años se aspira al mantenimiento del nivel máximo de rendimiento, o eventualmente aumentarlo, y al refinamiento de la técnica.
ETAPAS DE FORMACIÓN BÁSICA
Un niño no es una persona mayor “en miniatura”. Por eso estamos en contra de aplicar métodos y formas de ejercicios del entrenamiento de alto rendimiento de una forma esquemática también en el entrenamiento de base, un procedimiento que muchas veces todavía se observa en la práctica. Incluso dentro del entrenamiento de base (de 8 a 14 años) hace falta una diferenciación metodológica considerable, ya que se entiende que entre 8 y 14 años existen unas diferencias considerables en la madurez física y psíquica. Por eso hay que fijar objetivos y tareas para las distintas etapas de formación, así como emplear principios, métodos y ejercicios que tengan en cuenta las peculiaridades típicas de cada edad. Solamente así se puede conseguir que los niños jueguen con alegría al fútbol y garantizar un desarrollo continuo en su rendimiento. De esta manera se les pueden proporcionar sentimientos de éxito y delegar a los más dotados a escuelas deportivas, para que puedan participar ahí en una formación dirigida e intensiva.
Familiarización con el balón (4 a 6 años)
“¡Juguemos al balón!” Con niños ya se puede empezar muy temprano con juegos de balón y enseguida ya no quieren dejarlo. Se puede empezar a partir del cuarto año de vida con las formas más simples y básicas de manejar el balón, aprovechando hábilmente el instinto lúdico innato de los niños para familiarizarlos con el balón. Con todo, da igual si se juega el balón con la ayuda de las manos o de los pies.
En esta edad empieza una nueva etapa de desarrollo físico y psíquico; el comportamiento del niño cambia profundamente. Se alternan el aumento de peso con el crecimiento. El sexto año de vida está caracterizado por una enorme etapa de crecimiento. La estructura ósea y la musculatura empiezan a desarrollarse fuertemente. La función coronaria se adapta a las cargas. La mayoría de los niños alcanza en el sexto año de vida la madurez escolar. El intelecto, las experiencias, los conocimientos y capacidades de los niños se amplían enormemente. Además de tareas autoimpuestas, ya ejecutan los primeros pequeños cometidos.
Los niños de esta edad tienen un gran afán de movimiento, muchas ganas de competir y mucha alegría en el movimiento. Los niños son fáciles de motivar. Gustosamente son activos en el grupo y se alegran con los éxitos comunes. Por eso se pueden emplear paralelamente para el individuo y para el grupo formas de competición o bien juegos. Lo más apropiado para esta edad son ejercicios por parejas y juegos sencillos, porque organizan razonadamente los logros previos del deporte infantil. Con el juego se les proporcionan a los niños múltiples experiencias motoras. Las impresiones y experiencias adquiridas en esta edad acompañan al hombre por regla general a lo largo de su vida. El que se acostumbra pronto al movimiento, al juego, al juego de balón, más tarde tampoco querrá dejarlo.
Es decisivo que el balón se convierta lo antes posible en el amigo, en el juguete preferido del niño.
La fase de preparación (de los 7 a los 10 años)
El instinto lúdico fuertemente desarrollado y el gran afán de movimiento son también característicos de esta edad. Este natural afán de movimiento tiene que ser utilizado para la aproximación al juego del fútbol. El niño juega por el placer de jugar. Este gusto por el movimiento tiene que ser guiado por métodos, juegos y ejercicios propios de su edad. La garantía de la experiencia de juego es un requisito indispensable. Se pueden encontrar posibilidades de juego en el círculo de los amigos, pero también en el trabajo dirigido y organizado. Además hay ocasiones para jugar al fútbol en la escuela o en la familia. Es absolutamente necesario que los clubs creen posibilidades de juego también para los más jóvenes.
El objetivo para el grupo de edades comprendidas entre los 7 y 10 años consiste en desarrollar la sensibilidad para el balón, despertar el interés para el juego del fútbol y proporcionar fundamentos para poder jugar. Pero a esta edad no se puede de repente empezar una enseñanza de fútbol, ya que la coordinación de movimientos y la capacidad de atención y concentración todavía están poco desarrolladas; tampoco el desarrollo de la musculatura no corresponde con el crecimiento en altura, y la capacidad de rendimiento fluctúa notablemente. Los ejercicios individuales y por parejas tienen que ser utilizados tanto como los juegos reducidos, que son apropiados para educar hacia el compañerismo necesario (respeto por el compañero de juego y por el adversario, ilusión por el triunfo, superación de la derrota, luchar uno por el otro etc.).
Sencillos elementos del fútbol pueden ser empleados ya en los juegos. Es preferible intervenir poco en el juego; la paciencia desempeña un gran papel entrenando niños de esta edad. A mayor edad, el deseo de aprender crece cada vez más en el niño. La capacidad de concentración y percepción motora, y de este modo la capacidad del aprendizaje motor mejoran constantemente. Los niños de 9 a 10 años son capaces de ejecutar también movimientos difíciles.
El sistema cardio-respiratorio así como el aparato locomotor se desarrollan ya más equilibradamente, la coordinación motriz mejora, el rendimiento es cada vez más estable. Sigue desarrollándose el sentido de colectividad, la intensidad de lucha por la victoria puede aumentar. Ahora se pueden emplear más los juegos de grupo y equipo. Es conveniente instruir esencialmente la calidad de coordi nación; deberían empezarse a consolidar y ampliar las experiencias motrices ya existentes. Los juegos favorecen la capacidad de aprendizaje motriz, si en ello domina el principio de la destreza. Su aplicación dirigida es más importante que el afán de perfeccionar la técnica. Seguir conociendo el fútbol, ampliar las experiencias motrices y llegar a más fluidez en el juego, todo esto proporciona más placer, aumenta el número de experiencias felices, en una palabra, el entusiasmo aumenta. Son útiles todos los juegos, ejercicios con balón y juegos de fútbol adaptados a las peculiaridades típicas de cada edad y que proporcionan un buen ambiente dentro del equipo.
La fase de consolidación(de los 10 a los 14 años: entrenamiento básico)
Esta fase de la formación de base tenemos que tratarla en dos capítulos, porque los objetivos y las tareas de la formación se cambian y se desarrollan.
EDAD DE 10 A 12 AÑOS:Fase de la transmisión de los elementos básicos de la técnica y táctica del fútbol, así como de las cualidades físicas generales.
Si los niños en los años anteriores han llegado a amar los juegos de balón en general y el fútbol en particular, se les puede más fácilmente llevar al entrenamiento de fútbol. Estos niños sin duda tienen ventajas sobre aquellos que descubren el balón a esta edad.
A los niños les gusta jugar y moverse libremente. Pero para su desarrollo dirigido y equilibrado es necesaria también la aplicación de actividades ordenadas, ya que la coordinación motriz, la armonía de la musculatura, las cualidades físicas empiezan a desarrollarse rápidamente. Esta edad es la más apropiada para el aprendizaje consciente de los elementos básicos del fútbol. Los niños reconocen la importancia del aprendizaje y del ejercicio, ven la relación entre entrenamiento y rendimiento. En esta fase es característica la transmisión de las bases de la técnica, táctica y de las capacidades físicas, la educación de cara al entrenamiento regular, la adaptación a la sociedad y el aprendizaje de habilidades motrices variadas.
Por esto se califica a esta edad como la mejor edad de aprendizaje motora. Las extremidades -sobre todo las piernas- crecen, su masa y fuerza muscular aumentan paulatinamente. Aunque los movimientos de fuerza explosiva cansan rápidamente el cuerpo, se recupera también enseguida tras la carga. Se puede ser muy exigente con los niños de 10 a 12 años con respecto a la velocidad, habilidad y resistencia.
Es característico de esta edad el afán de reconocimiento, el mostrarse como el mejor: destreza, fuerza y habilidad futbolística se dejan comparar fácilmente entre sí. Estas cualidades pueden ser aprovechadas en el proceso de entrenamiento así como a la hora de dar deberes. A la edad de 10 a 12 años se trata sobre todo de la adquisición y formación exhaustiva de los elementos técnicos, del refinamiento y mejora de los gestos motores, y de llevar a los niños paso a paso al juego con un contrario. Formas jugadas y objetivos operativos se emplean cada vez más en la enseñanza del comportamiento táctico básico, del juego combinado, así como de los principios tácticos de grupo y de equipo.
El desarrollo de las capacidades físicas se combina paulatinamente con los elementos técnico-tácticos. Visto desde el ángulo pedagógico, es importante que se den cuenta de lo necesario que es un comportamiento disciplinado, del cumplimiento de las reglas, del comportamiento correcto con sus compañeros de juego y con el contrario. Unos comportamientos básicos consolidados de tal modo influyen positivamente en el rendimiento. Los niños luchan con ánimo, con riesgo y en interés del equipo. Esencial es también el desarrollo de las cualidades volitivas: la ambición, la perseverancia y la adaptación a unas costumbres de un modo de vida deportivo.
Aunque el grado de dominio de las habilidades técnicas y tácticas en muchos casos no supera todavía la coordinación gruesa o global, hay que darles a los niños la oportunidad de aplicarlas en la competición. Solamente así lo aprendido se llena de sentido y de significación. En esta fase es absolutamente necesario llevar a cabo competiciones, porque éste es un medio insustituible para la aplicación de la técnica y de la táctica. ¡ Para la práctica del fútbol solamente se pueden preparar por medio de las competiciones!
EDAD DE 12 A 14 AÑOS:Fase de la consolidación y final de la formación básica
Las características de esta fase son la formación técnico-táctica específica así como la preparación física especial-básica.
Con la prepubertad comienza una nueva etapa de desarrollo que todavía manifiesta considerables diferencias corporales entre los 12 y 14 años. Las proporciones corporales cambian como consecuencia del fuerte crecimiento, que puede causar trastornos en la coordinación motriz a corto o largo plazo. La edad de 12 a 14 años es la edad escolar, la etapa de la preparación específica. Esencialmente se emplean ejercicios, formas jugadas y partidos de entrenamiento con carácter competitivo que promueven el ejercicio aplicado y aumentan las experiencias. Se hace una enseñanza múltiple y variada con carácter futbolístico. Los niños aprenden a aplicar lo aprendido también en el partido. El desarrollo de la capacidad de juego del futbolista, la rápida percepción de situaciones y capacidad de actuación, la oportuna y rápida aplicación de lo aprendido son los objetivos fijados. En la edad de la pubertad son característicos la debilidad sentimental, la irritabilidad y el comportamiento absurdo. Por eso hay que tener en cuenta tratar a los jóvenes conforme a su edad. Para un trabajo eficaz con jóvenes de esta edad es de suma importancia la motivación dirigida. Mantener la alegría en un entrenamiento dirigido, la conservación del interés para nuestro deporte es imprescindible para la mejora continua del rendimiento. A esta edad actúan también de una manera motivante los resultados parciales alcanzados. También es importante que el grado de dificultad de las exigencias crezca de una manera sistemática, que no se les exija a los jugadores demasiado poco. Hay que estimular a los jugadores constantemente para que colaboren, para que actúen autónomamente y para que ellos mismos busquen las soluciones más eficaces. Con todo ello, un estilo autoritario tiene menos éxito que uno basado en la objetividad y en el compañerismo convincente.
La tarea de esta fase de preparación consiste en consolidar más y en perfeccionar los elementos técnicos. Esto requiere su enseñanza bajo condiciones específicas de competición, o sea el empleo de ejercicios y formas jugadas muy exigentes con respecto a los mecanismos de decisión de los jugadores y a la velocidad de ejecución, con oposición activa de un contrario. Se recomienda la práctica regular de ejercicios técnicos obligatorios en la parte preparatoria de la sesión de entrenamiento.
La ambición, la perseverancia, el afán de rendir, la creatividad, la lucha y la dureza en el duelo forman en el ámbito volitivo-moral la tarea principal de la labor educativa. En ello, los jugadores necesitan que se les ayude con mucha paciencia e intuición.
LA SELECCIÓN
El objetivo de la selección es detectar aquellos niños que tienen el talento que corresponde a las exigencias de este deporte. La selección sirve para escoger a niños que en el marco de la formación en las escuelas deportivas y en los clubs puedan ser preparados para el deporte de competición. Las escuelas deportivas y los clubs de fútbol tienen encomendada la tarea de formar la cantera, de crear las bases para una buena capacidad de juego y de preparar al futbolista para las competiciones de liga y los partidos de selección.
La selección es un proceso permanente. En Hungría se divide en las siguientes fases:
–primera clasificación
–selección provisional (primera selección)
–segunda selección.
En el momento de la selección provisional, los niños se encuentran en una edad, en la que con mucha probabilidad todavía no se puede decidir si alguien es apto o no para el fútbol, ya que los niños disponen de distintas condiciones previas y no se pueden excluir los cambios de diferente índole en las distintas etapas de edad. Un pronóstico del futuro rendimiento es bastante incierto a causa de los parámetros de rendimiento motores, neuronales, fisiológicos y psicológicos que apenas se pueden determinar con exactitud a esta edad.
Normalmente, la elección de un deporte está influenciada muchas veces por los amigos, una decisión de los padres, o simplemente casualidad. Naturalmente sería favorable que la decisión por un deporte no se dejase a la casualidad. No es decisivo cómo y por qué el niño ha llegado al fútbol, sino que el mayor número posible de niños lleguen a conocer y amar el fútbol, ya que de un mayor número se elige mejor a los más dotados y capacitados. Para eso, naturalmente, son necesarias unas organizaciones deportivas. Pero también existe el peligro de una especialización demasiado temprana. Ésta es la razón por la que los niños no deberían ser obligados unilateralmente después de la primera clasificación a jugar al fútbol. Un niño de seis a nueve años todavía no es consciente de sus capacidades y cualidades, y un talento tampoco puede ser detectado aún con toda seguridad por los padres y educadores. Es mucho mejor que el niño sea primero educado –sobre todo en el colegio–con varios deportes. De esta manera puede satisfacer también su afán de movimiento, recibe una formación más polivalente, y su experiencia motora y destreza (capacidad de aprendizaje motor), así como las cualidades psíquicas claramente reconocibles, aumentan la seguridad en la elección de un deporte. Si tiene talento y se siente atraído hacia el fútbol, la posibilidad de mantener la fidelidad a su deporte elegido, el desarrollo de su talento, son más elevados y el desarrollo de su talento transcurre conforme a sus capacidades.
La primera clasificación
La primera clasificación debería efectuarse a la edad de 9 a 10 años. En esta edad el niño madura y puede adquirir en el entrenamiento de fútbol las bases del juego deportivo en el marco de un proceso de entrenamiento consciente. El éxito de la clasificación es tanto mayor, cuanto más niños a la edad de 7 a 10 años sean llevados al fútbol dentro de las formas de organización (fútbol escolar, actividad extraescolar) descritas en los capítulos anteriores.
–Los clubs de fútbol deberían ofrecer a los niños, ya a la edad de 7 a 8 años, oportunidades de juego una o dos veces a la semana, ocuparse de la vigilancia e instrucción y organizar de vez en cuando partidos y torneos.
–El entrenador de cantera del club tiene la tarea de mantener contactos continuos con los colegios de la localidad y ayudar en las actividades de fútbol extraescolares, para que los alumnos puedan participar en ellas con regularidad; también debería apoyar la organización de partidos y torneos en los colegios.
–Con todo eso, la colaboración con los profesores de educación física adquiere una importancia particular. Se les puede pedir también apoyo mediato e inmediato para la dirección, organización y ejecución de los torneos.
–También es importante incluir los padres aficionados al fútbol.
–En la organización de la clasificación hay que tener en cuenta el mayor número posible de colegios y todos los alumnos en cuestión.
Cuanto más compleja sea la clasificación tanto más seguras son las informaciones que se obtienen. La primera clasificación comprende los siguientes criterios:
–Reconocimiento médico;
–Control de las habilidades técnicas en el juego y en el dominio del balón (aquellos niños que disponen de una capacidad de aprendizaje motor superior al promedio son más apropiados);
–Control de las cualidades tácticas (es decisiva la capacidad de saber escoger la más oportuna de varias posibilidades de resolución de problemas);
–Cualidades físicas (en primer lugar la velocidad de desplazamiento así como la función y capacidad de adaptación del sistema car- dio-respiratorio);
–Evaluación de las cualidades personales (con la ayuda del tutor o profesor de educación física);
–Universalidad (rendimiento superior al promedio en varios deportes);
–La capacidad de juego.
Hay que informarse sobre la edad de entrenamiento en la cual se encuentra el niño, o sea sobre los conocimientos previos que conlleva y sobre la actitud de los padres hacia el fútbol. En la primera clasificación hay que proceder con cautela, porque hay niños que tienen talento pero pocos conocimientos previos, y al revés.
Para los niños que superan la primera clasificación con éxito, es importante que se les ofrezca tan pronto como sea posible la oportunidad de entrenamiento. Estos niños se muestran orgullosos de haber sido aceptados en un club o en una escuela deportiva y que puedan participar regularmente en los entrenamientos. Por eso, la responsabilidad de ellos hay que ponerla en las manos de un experimentado pedagogo de fútbol y también hay que organizar el equipo de juego, balones, posibilidades de entrenamiento y competición. Si no se dan estas condiciones previas, no se consigue con la selección los objetivos planteados, ya que el niño no recibe la formación adecuada y puede que quiera cesar la actividad deportiva o cambiar a otro deporte.
La primera selección
Mientras la tarea de la primera clasificación era la de detectar los talentos, en la primera selección hay que dar un paso más. Allí ya hay que averiguar cómo se desarrolla el niño bajo las condiciones de entrenamiento, a qué ritmo se efectúa el aprendizaje de los gestos motores y de la capacidad de juego así como el perfeccionamiento de las cualidades físicas y hasta qué punto es capaz de recibir y asimilar información. Es correcto que esta selección tenga lugar en dos etapas porque en las distintas edades son determinantes nuevos aspectos cada vez.
A LA EDAD DE 12 AÑOS
En los primeros dos años, el objetivo consiste en la preparación física y en la asimilación de las bases de la técnica y táctica. Se puede observar con qué rapidez aprenden y aplican en el juego los elementos técnicos y los modos básicos de comportamiento táctico. Por eso hay que evaluar su capacidad de juego por medio de formas jugadas apropiadas y su capacidad de aprendizaje motor por medio de distintos controles técnicos.
En esta edad se obtienen informaciones sobre la actitud del niño hacia las cargas periódicas de entrenamiento, su actitud en el grupo y sobre la opinión de los padres acerca del fútbol, el rendimiento escolar del niño y su voluntad de estudiar. Hay que evaluar todos los factores que favorezcan o impidan el desarrollo.
A LA EDAD DE 13 A 14 AÑOS
En este período de vida tiene lugar la segunda selección. Hay que tener en cuenta que los niños con un rendimiento escolar excelente y, al mismo tiempo, con aptitudes deportivas, cambian de centro escolar al acabar sus estudios primarios para obtener el bachillerato o un certificado de estudios secundarios. Esto significa por regla general una limitación de sus posibilidades de entrenamiento. En el marco de esta etapa de selección se obtienen respuestas a nuevas preguntas. Se trata de evaluar las reacciones a estímulos de carga específicos, la oportuna y tácticamente correcta aplicación de la técnica en la competición así como sus mecanismos de decisión. También hay que estimar su empleo, su voluntad de ganar y capacidad de resistencia a las cargas. Para eso es necesario un análisis de sus anteriores años de entrenamiento (desarrollo de su personalidad, técnica, táctica y condición física). En esta edad empieza a mostrarse el talento, partiendo del convencimiento de que el talento solamente es desarrollado por un entrenamiento consecuente y regular, y por la educación. Conforme a experiencias prácticas, se puede considerar como dotado aquel niño que:
–consigue con el mismo trabajo de entrenamiento un mejor resultado que otros;
–aprende más rápida y eficazmente los elementos técnicos del deporte y los emplea más oportunamente;
–soporta bien la carga de entrenamiento y muestra una mejor capacidad de adaptación;
–resuelve de una manera original situaciones de juego complejas empleando con oportunismo sus capacidades cognitivas.
La segunda selección
Entre la primera y segunda etapa de selección se encuentra la fase de la fluctuación natural, es decir que una parte de los jóvenes cambia a causa de su talento, capacidad y voluntad a otro club perteneciente a una categoría superior; otros se quedan o cambian a un equipo de categoría inferior, y otra parte lo deja o cambia de deporte.
Los más dotados, los cuales se han decidido por el fútbol, son sometidos a una nueva selección. Esto sucede a los 18 años, ya que la preparación para el deporte de alto rendimiento se efectúa sólo en la edad de juveniles, se toman como criterios de selección preferentes los rendimientos específicos de entrenamiento y competición de esta edad. Sobre todo éstos deciden si un jugador es apto para ser incluido en el equipo sénior de un club de alta categoría o en una selección. A la hora de seleccionar hay que tomar en cuenta:
–el desarrollo personal en toda etapa de formación;
–el comportamiento en el entrenamiento y en la competición;
–la adaptación a cargas elevadas y la actitud bajo condiciones de competición complicadas;
–la regularidad en el rendimiento de los partidos de liga.