Читать книгу La Conquista De Glouster - Enrique Laurentin - Страница 5
ОглавлениеCapítulo Uno
El trinar de las aves anunciaba la llegada de un nuevo amanecer, la oscuridad que le precede comenzaba lentamente a disiparse a medida que la intensidad de los trinos iba en aumento, inundando el ambiente y despertando a todos los seres que hacían vida común en Crestor. El olor a leña quemándose comenzaba a inundar el aire de la ciudad activando todos los sentidos, mientras el aroma a café y comida en cocción conquistaban espacios, propiciando la vigorización de cada calle, cada casa y cada ser. Nuevas oportunidades encapsuladas en un lapso de 24 horas brindaban ilimitadas posibilidades a todos.
Crestor se encontraba al oeste de Elsum, era la ciudad más pequeña de los territorios de Ramsary y se había caracterizado siempre por ser la ciudad más innovadora y productiva de todos los territorios occidentales, orientales y remotos a lo largo de la historia, junto con Lambar, Glouster y Elsum conformaban las mayores ciudades de los territorios de Ramsary junto con todas las villas y pueblos. Su producción agrícola y sus adelantos tecnológicos alcanzaban para abastecer a los demás territorios, además de que su infraestructura deportiva contaba con los mejores campos deportivos de todos los territorios, tenía fama de producir a los más connotados líderes del país. Sus habitantes eran personas alegres, dinámicas y siempre dedicadas a sus tareas.
Poco a poco los habitantes se incorporaban a sus actividades cotidianas, mientras tiendas y mercados abrían a la actividad. Y así como despertaba la ciudad, los cuarteles militares y las oficinas oficiales. Mientras los habitantes poco a poco se trasladaban a sus trabajos, un grupo de militares corría en una perfecta formación acompasada con cánticos guerreristas que exaltaban la combatividad de la fuerza. Y así comenzaba a avanzar un nuevo día.
Más tarde, en el comando general de Crestor discutían los Sub Comandantes con el comandante general acerca de la importancia de los próximos juegos inter ciudades pautados para un mes más tarde a partir de ese día. Esos juegos siempre sirvieron para mantener la cordialidad entre los habitantes y las fuerzas vivas de cada una de los territorios de Ramsary, reuniendo no solo a aficionados y deportistas sino a las fuerzas militares, policiales y políticas de cada uno. Permitieron debatir tras los bastidores olímpicos los sucesos que podían estar afectando a cada territorio y las consecuencias generales en los demás territorios y sus poblaciones.
En la Sala de Operaciones del Comando General de Crestor, el Comandante General Lionel Sangma presidía y escuchaba la disertación que el Sub Comandante Bernard Dartnell exponía dando los detalles acerca de la logística para cubrir el evento deportivo programado, trabajaban con la anticipación correcta para no omitir ningún aspecto. El grupo atento a la exposición concentraba sus miradas en las cifras que ilustraban la narración pertinente, mientras en sus mentes desplegaban los diferentes recursos en cada área, trazando sus propias estrategias.
La ciudad ya despierta y sumida en los quehaceres cotidianos de la economía, las amas de casa seleccionando y adquiriendo víveres, flores y demás productos necesarios para mantener la calidad de vida de cada familia.
“¡Buenos días alegría!” saludaba efusivamente Lexi al entrar a cada establecimiento, dando inicio a una especie de ritual que consistía en revisar los abarrotes ofrecidos para seleccionar o no lo que pudiera necesitar. Luego al completar sus revisiones, entablar cortos diálogos con el tendero y dando ojeadas a los alrededores para verificar que no olvidara nada antes de continuar su camino hacia el “Café Antiguo Crestor” a reunirse con su gran amiga Ava, con quien había acordado compartir un café y panecillos típicos del lugar. Continuando así su ritual entre ristras de ajo y expendios de frutas de todo tipo y colores, cultivadas por los Biogrunts más dedicados y especialistas en producir las frutas y vegetales de mayor calidad y más altos aportes de nutrientes para garantizar la salud de sus consumidores, especialmente de los afortunados habitantes de Crestor.
El aroma de café y de especias sobre fondo de madera abrazó a Lexi a su llegada al “Café Antiguo Crestor”.
“Bienvenida al Café” Saludó atentamente una joven anfitriona.
“Hola, Buenos días, vengo a encontrarme con una amiga que me espera en el segundo salón”
“Adelante, siéntase como en su casa, y si necesita cualquier ayuda o información, no dude en llamar mi atención que allí estaré”
Desplazándose entre las mesas multicolores se dirigió al lugar acordado la última vez que se reunieron.
“¡Lexi! Escuchó su nombre al acercarse a la mesa acordada mientras su gran amiga Ava se ponía de pie para recibirla con un gran abrazo, apartando luego una de las sillas aledañas e invitándola a sentarse, mientras ambas se acomodaban hizo señas a uno de los camareros del lugar, un joven que apenas estaba abandonando la adolescencia, para ordenar dos raciones del llamado “Vigoroso” el cual consistía en una enorme taza de café y panecillos con queso y mermelada que aportaban un chorro de energías a quienes lo consumían, preparándolos para asumir cualquier día de actividades que tuvieran que enfrentar.
“Amiga estoy muy contenta de verte y de que podamos compartir parte de nuestras vivencias” Comenzaba la conversación Lexi, mientras Ava le veía con mucho entusiasmo. “Estas conversaciones son un ingrediente invaluable para nuestra tranquilidad y avance siempre. “Sí, nuestros esposos dedicados en sus comandos y nosotras haciendo nuestra parte”
“Jamás imaginarán cuan valioso será nuestro aporte” respondía Ava con mirada brillante y ambiciosa.
Las carcajadas no se hicieron esperar, mientras la orden llegaba de manos del mismo joven mozo que la había tomado y se obligaban a reprimir el despliegue de alegría ante su llegada. Dos platos con panecillos glaseados con mermelada y tiras de queso hermosamente acompañados de una gran taza de café achocolatado y aromatizado con especies de la zona cada uno. Ava abrió sus ojos grandemente mientras Lexi levantaba sus manos en señal de triunfo al recibir tan atractivos platillos.
“Amiga, disfrutemos este manjar, antes de que ocurra cualquier cosa. Esto es un pedazo de cielo que no debemos hacer esperar” Comentó Ava todavía con sus ojos ampliamente abiertos en señal de gran sorpresa.
“¡Siii, a por ellos!” respondió Lexi mientras echaba mano de uno de los panecillos, partiéndolo en mitades para engullir con un gesto exagerado la primera mitad. Poniendo sus ojos en blanco mientras el delicioso sabor se apoderaba de todos sus sentidos.
“Lexi, si algo extrañaré algún día en caso de no tenerlos, serán estos deliciosos panecillos”
“Esa sería una triste realidad amiga” respondía Ava viendo hacia los platos mientras cerraba sucesivamente los ojos.
A esa hora, ya muchos Biogrunts adornaban los campos de cultivo atendiendo afanosamente las diferentes plantaciones, los arados y cada planta, mientras otros verificaban la calidad de las aguas destinadas a los cultivos y otros más cuidaban de la naturaleza alrededor de los cultivos para garantizar que la armonía con la naturaleza y la calidad inigualable del agua incidiera sobre los productos cultivados como era ya una tradición en la realización de sus tareas. Mientras tanto, en la ciudad, los Chendis estaban encargados de todas las tareas de construcción y de los avances tecnológicos que mejoraban los procesos de desarrollo de Crestor a pasos acelerados en comparación con ciudades como Lambar, Glouster e incluso Elsum, la Capital.
El Sub Comandante Theodore Lewis mantuvo un dedo elevado hasta ganar la atención del sub comandante Bernard Dartnell luego de transcurridos algunos segundos.
“¿Cuantos de los Grunters necesitaremos para cubrir todas las tareas de logística que usted expone? Debemos tomar en cuenta de que debemos reservar una cantidad suficiente de Grunters para reforzar las posiciones defensivas en prevención de cualquier alteración, además contaríamos con un control más eficiente si destináramos previamente un buen contingente de Grunters solo a las tareas de logística y los excluyéramos del servicio mientras dure el evento” Preguntó y agregó el Sub Comandante.
“Efectivamente, considero muy acertada su recomendación, además de otorgarnos un mayor control, nos permitirá no mezclar peras con manzanas en sentido de mantener la información de cada evento en mejor resguardo.” Respondió el Sub Comandante Bernard Dartnell.
“Muy bien Comandantes, entonces repasemos las tareas de logística ya expuestas para que no queden dudas y comenzar a asignar las funciones respectivas” Acotó el Comandante General Lionel Sangma, a la vez que hacía una seña al Oficial que fungía como edecán para que se alistara a registrar las decisiones a tomar en el respectivo libro de anotaciones.
“Al finalizar la reunión necesito reunirme en privado con Usted Sub Comandante Lewis. Dartnell y los Comandantes de Combatientes podrán retirarse a sus respectivos comandos a cumplir sus planes operativos de manera rutinaria y por favor recuerden actualizar la información relacionada con cada combatiente debido a la reciente incorporación de los nuevos reclutas, y hago el recordatorio porque aún no la he visto en todo lo que he revisado. ¡La disciplina abarca todos los aspectos de sus actuaciones!”
Con un gran abrazo Lexi y Ava se despedían luego de haber compartido por aproximadamente una hora, acordando incluir a Amelia en su próximo compartir, sin embargo Lexi ya estaba planificando dispensar una visita imprevista a Amelia ese mismo día…