Читать книгу Causalidad y contingencia en la filosofía de Juan Duns Escoto - Enrique Santiago Mayocchi - Страница 14
2. El pluralismo de formas substanciales
ОглавлениеEn la física que maneja el Doctor Sutil, el problema de la unidad substancial no se limita a responder de qué manera pueden dos realidades completamente diferentes formar algo que sea uno per se, como lo hemos estudiado en el apartado anterior en relación con su hilemorfismo, sino que encuentra una nueva perspectiva, al evaluar la posibilidad de que existan muchas formas substanciales en una misma substancia corpórea. Es ampliamente conocido el debate en torno a la unidad o pluralidad de formas que componen una substancia, desarrollado durante la Escolástica y en particular la segunda mitad del siglo XIII49. Además de la dificultad de disolver la unidad substancial en un agregado de partes, esta cuestión presenta otro punto interesante, a saber, el estatus ontológico de las formas, que si son muchas, cabe preguntarse si todas ellas son substanciales o una sola lo es junto con otras de tipo accidental. Siguiendo la línea de la escuela franciscana, Duns Escoto apoyará desde los comienzos de su carrera el pluralismo substancial ofreciendo argumentos y respuestas, conjugando el ámbito empírico con una fundamentación metafísica. Su tesis tiene un toque original, sostendrá que en el ser humano –y en todo ser vivo– no hay solo una forma substancial, el alma de la especie que sea, sino que también se pueden distinguir muchas otras formas, lo que no sucede entre los seres inertes, porque no manifiestan diferentes funcionalidades según sus partes constituyentes. Sin embargo, cuáles y cuántas son esas otras formas substanciales, que componen a los vivientes, es un tema de debate entre académicos contemporáneos. Por ello, nuestro interés en el presente apartado será mostrar la doctrina escotista y proponer una posible salida a las interpretaciones formuladas recientemente, ponderando un análisis cronológico de los textos50.
Para poder comprender la relevancia que el Doctor Sutil le da a las partes integrales que componen los seres vivos, debemos detenernos en el análisis que formula sobre los elementos que los componen y sus cualidades características. Si bien no se encuentra en la obra de Escoto un gran desarrollo sobre cuestiones de química, a diferencia de otros autores en su época y entorno académico, comentando el pasaje de las Sentencias sobre la creación, se pregunta de qué modo se encuentran los elementos formando cuerpos orgánicos51. Luego de repasar las doctrinas de Avicena y Averroes al respecto, elabora su respuesta en línea aristotélica. El desafío que presenta esta cuestión es la explicación, por un lado, de las cualidades del cuerpo orgánico (que muestran la existencia, en cierto sentido, de los elementos) y, por otro la recuperación de esos elementos a partir de la descomposición del cuerpo muerto. Ambos desafíos apuntan a la forma substancial de los elementos como explicativa de las cualidades del todo, y también a la pregunta por el tipo de unidad que se da en los seres vivos, ya que es una característica propia de ellos. Escoto formula todo el análisis de la cuestión a partir de las cualidades, en cuanto accidentes que manifiestan cierto aspecto de la forma substancial. Tanto Avicena como Averroes coinciden en establecer, en los cuerpos compuestos, la existencia de los elementos según sus substancias52. Para Duns Escoto ambas posturas están equivocadas, ya que no hay operaciones que nos lleven a concluir que los elementos se encuentran substancialmente, esto es, con sus formas substanciales específicamente diferenciadas. Su propuesta, como adelantamos, es de línea aristotélica53, puesto que afirma cierta presencia de los elementos, en la substancia material compuesta, como incluidas en un ‘efecto común’, es decir, de modo ‘virtual’. Las cualidades de los elementos se relacionan con la del compuesto una vez generado como ‘medios entre dos extremos’. En un cuerpo compuesto de fuego y tierra, por ejemplo la carne, la cualidad que se sigue de ambas formas substanciales ya corrompidas, será una intermedia entre lo cálido y lo frío, dependiendo de las proporciones de cada elemento y su conveniencia para el ser vivo. Así, podrá ser más o menos caliente/frío, ya que al ser opuestas una tenderá a disminuir la otra y viceversa. Ahora bien, Escoto sostiene que las cualidades del cuerpo compuesto no son propiamente la de los elementos más o menos intensificadas, sino que son de una especie distinta, de tal manera que esa cualidad intermedia es realmente distinta de la de los elementos considerados en sí mismos. De todos modos, la virtualidad de sus formas permite que haya un elemento predominante en el compuesto y, por consiguiente, la participación de una cualidad dominante, como la pesantez en las piedras. Las distintas partes orgánicas poseen sus propias formas substanciales, y por tanto diferentes cualidades particulares. En un animal, por ejemplo, el corazón es cálido y el cerebro es frío; por ello la salud del cuerpo dependerá de mantener las correctas cualidades en cada una de sus partes. Si no se logra devolver a cada una de ellas su cualidad específica, puede acontecer la muerte de ese ser viviente. De esta manera, cada ser vivo tendrá su propia especie de cualidad, intermedia entre las que poseen cada uno de sus órganos, determinando la sanidad o no del todo orgánico.