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Gráficos de la velocidad de la mano

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Los gráficos ilustrados en la figura 4.3 muestran los patrones de la velocidad de la mano y de avance de Carrie Steinseifer, coganadora de la medalla de oro en los 100 m libres en los Juegos Olímpicos de Vera-no de Los Ángeles celebrados en 1984.


Figura 4.3. Un ejemplo de los patrones de velocidad del cuerpo y de la mano en estilo libre de Carrie Steinseifer, coganadora de los 100 m libres en los Juegos Olímpicos de 1984.

La velocidad de su mano variaba desde aproximadamente 1,8 m/s en su punto más bajo a casi 4 m/s en su pico. Obsérvese que los aumentos y reducciones de la velocidad de la mano ocurren por impulsos, que corresponden a cada una de las fases principales de su brazada: el movimiento hacia abajo, el movimiento hacia dentro, el movimiento hacia arriba y el recobro. El brazo desacelera durante cada cambio principal de dirección de una fase de la brazada a otra, y luego acelera durante la fase siguiente hasta que empieza la transición a la próxima. También se ve que estos aumentos y reducciones de la velocidad de la mano reflejan los incrementos y reducciones de la velocidad de avance.

Además de los aspectos ya mencionados, hay otros que son de interés en estos gráficos de la velocidad de la mano y de avance. El primero concierne al intervalo de tiempo que ocurre entre la entrada de la mano en el agua y el comienzo del movimiento hacia abajo. En la figura 4.3 los gráficos para la velocidad de la mano de Steinseifer muestran un intervalo de 0,20 - 0,30 s, desde el momento en que sus manos entran en el agua hasta que empieza el movimiento hacia abajo. Esto indica que los nadadores de estilo libre no empiezan a colocar sus brazos en la posición del agarre inmediatamente después de su entrada en el agua, sino que escogen intuitivamente una posición hidrodinámica avanzada con el brazo hasta que hayan completado la fase propulsora de la brazada anterior. Entonces empiezan el movimiento hacia abajo para realizar el agarre.

Una segunda característica de los gráficos de la velocidad de la mano en la figura 4.3 que revela un aspecto técnico importante concierne a la pérdida de la velocidad de la mano durante el movimiento hacia abajo de cada brazada. Las velocidades de las manos de Steinseifer se reducen hasta que aproximan su velocidad de avance durante el movimiento hacia abajo de cada brazo. Esto significa que su mano y brazo están casi inmóviles cuando realiza el agarre. La mano y el brazo están realmente avanzando con la misma velocidad que su cuerpo, lo que significa que están siendo empujados hacia delante por el cuerpo. No puedo enfatizar lo suficiente que los na dadores deben esperar hasta que hayan creado un buen agarre antes de tratar de aplicar la fuerza propulsora con los brazos.

Otra faceta interesante es que acelera sus manos sólo moderadamente durante el movimiento hacia dentro. Las velocidades de la mano alcanzan aproximadamente 3 m/s durante el movimiento hacia dentro, pero logran acelerar hasta 4 m/s durante el movimiento hacia arriba. Puede que esté graduando la aceleración de los brazos a propósito para que lleguen a su pico de velocidad durante el movimiento hacia arriba. En cambio puede ser que no acelere las manos hasta la misma velocidad pico en el movimiento hacia dentro que la que logra en el movimiento hacia arriba. La parte superior del brazo se utiliza como componente de la pala de brazo y mano durante el movimiento hacia dentro, mientras que sólo el antebrazo y la palma están empujando hacia atrás contra el agua durante el movimiento hacia arriba. Quizás el área de superficie adicional ofrecida por la parte superior del brazo reduce la velocidad pico de la mano durante el movimiento hacia dentro.

Las velocidades de las manos de Steinseifer justo antes de salir del agua demuestran un punto técnico importante, y que va en contra de la enseñanza tradicional. Obsérvese que la velocidad de la mano disminuye justo después de que su cuerpo haya alcanzado su velocidad pico de avance durante el movimiento hacia arriba. Esta reducción de la velocidad de la mano tiene lugar mientras que ésta sigue en el agua y proporciona una evidencia convincente de que los nadadores no tratan de empujar hacia atrás contra el agua hasta que las manos llegan a la superficie. Si lo hiciesen, las velocidades de las manos seguirían acelerando hasta que éstas saliesen del agua.

Una última revelación acerca de la técnica de brazada, evidente en los patrones de velocidad para ambas figuras 4.2 y 4.3, se refiere a la diferencia en la propulsión generada por la brazada derecha y la izquierda. Tanto Sánchez como Steinseifer logran más propulsión con la brazada derecha. Durante el respectivo movimiento hacia abajo, los valles correspondientes a la brazada izquierda son más profundos y ligeramente más largos que los de su brazada derecha. Los picos de propulsión de la brazada izquierda son también de menor magnitud y más cortos que los de la derecha.

La razón o las razones de estas diferencias de propulsión son desconocidas. La explicación más obvia sería que se deben a diferencias de fuerza entre el brazo derecho y el izquierdo. Sin embargo, dudo de la validez de este argumento. He administrado varias pruebas de fuerza de los brazos a los nadadores, tanto en seco como en el agua, y luego he comparado los resultados con los gráficos de velocidad de su propulsión efectiva. Las pruebas no demostraron que el brazo más débil fuese siempre el menos propulsor de los dos.

Otra explicación posible tiene que ver con la respiración y la posición del cuerpo. El brazo menos propulsor es normalmente el que está en el lado por el que no respiran. Quizá los nadadores deben utilizar algo de la fuerza producida por el brazo del lado por el que no respiran para realinear el cuerpo después de respirar. Una explicación aún más convincente es que no realinean el cuerpo correctamente después de respirar y, por lo tanto, pierden alguna fuerza propulsora alterando la técnica de ese brazo. Un gran número de nadadores no rota el cuerpo hacia atrás más allá de la línea media hacia el lado por el que no respira, después de respirar. Por consiguiente, tienen que tirar más del brazo del lado por el que no respiran a través del cuerpo para colocarlo debajo de la línea media. Además, tienen que balancearlo más hacia fuera durante el movimiento hacia arriba para que esquive las caderas y salga del agua. Ambas acciones pueden reducir la fuerza propulsora de esta brazada.

En mi opinión, el hecho de no rotar el cuerpo igualmente a ambos lados proporciona una explicación de las diferencias en la efectividad propulsora entre las dos brazadas. Sin embargo, no proporciona una explicación completa, porque se han encontrado diferencias de propulsión entre los dos brazos en mariposa y braza, en los que no se utiliza la rotación longitudinal del cuerpo. Esto me lleva a creer que también puede estar implicada la dominancia lateral. De hecho, puede ser el factor principal que causa la asimetría de la propulsión entre la brazada derecha y la izquierda. Los nadadores probablemente desarrollan un sentido cinestético más agudo en el brazo que han utilizado más desde que nacieron, el así llamado brazo dominante. Como resultado, puede que sean capaces de realizar una brazada más correcta con el brazo dominante y así adquirir más propulsión. Las observaciones de las brazadas de los nadadores me han indicado que el brazo dominante normalmente tiene menos burbujas alrededor y parece moverse por los diversos movimientos con mayor precisión, lo que sugiere una brazada más eficaz.

Si la dominancia lateral es la razón principal de la asimetría de propulsión entre la brazada derecha e izquierda, ejercicios especiales que pueden aumentar la eficacia propulsora del brazo no dominante podrían mejorar el rendimiento de forma considerable. Tengo tres sugerencias para ejercicios que pueden ayudar a los nadadores a mejorar la mecánica y la resistencia de la brazada de su brazo no dominante.

1 Practicar la natación con sólo un brazo utilizando el brazo no dominante.

2 Cerrar el puño de la mano dominante y nadar con la mano no dominante abierta para que el brazo no dominante lleve la mayor parte de la carga.

3 Concentrarse en realizar una rotación casi igual hacia la derecha y la izquierda. Los nadadores deben rotar hacia el lado por el que no respiran lo bastante como para fomentar un fuerte movimiento hacia dentro y un movimiento hacia arriba con el brazo del mismo lado. Nadar respirando en lados alternos es un buen ejercicio para conseguir este propósito. Este ejercicio fomenta un movimiento corporal igual hacia ambos lados y puede ayudar a conseguir un mejor uso del brazo no dominante. Los nadadores pueden volver a respirar sólo de un lado una vez que el brazo no dominante se haya convertido en un agente propulsor más eficaz.

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