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Dinero limpio versus dinero sucio

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En mi casa, como en muchas otras, había cierto número de discusiones en su mayoría relacionadas con la falta o escasez de dinero, lo cual me generaba una sensación agridulce. Por un lado, ansiaba conseguir el tan preciado dinero; pero, por otro lado, tenía un sentimiento negativo hacia el mismo.

Desde nuestra más tierna infancia, todos hemos escuchado numerosas frases asociadas a la supuesta cara negativa del dinero: «el dinero no da la felicidad», «el dinero no nace de los árboles, hay que trabajar muy duro para conseguirlo», «el dinero separa familias», «el dinero es la raíz de todos los males», «el dinero corrompe»... Disponemos por ende de mil y una creencias que nos limitan y un sinfín de conceptos negativos que nos han inculcado desde una edad temprana, lo que irremediablemente nos puede haber condicionado de antemano.

¿Qué significa esto? Pues que no contamos con las mejores cartas para empezar la partida, ¿verdad? Por lo tanto, el primer paso es tomar conciencia de nuestra situación actual y poner nuestro contador a cero. Acto seguido, es necesario desaprender todo lo negativo aprendido para coger esa nueva baraja sin las cartas marcadas y poder jugar la mejor partida jamás orquestada.

Volviendo a mi situación, pocas conversaciones tuve de pequeño con mi padre, porque en aquella época, la verdad, no se dialogaba tanto con los hijos y quizá sí había más órdenes. Se me ha quedado grabada la siguiente frase: «Cuando seas padre, comerás huevos». Aquí acababan todas las discusiones y, si no, también estaba la zapatilla por si te había quedado algún tipo de duda.

Con relación al dinero, mi padre tenía dos perspectivas conforme a sus creencias. Sus dos caras fundamentales: el dinero limpio y el dinero sucio.

El dinero limpio y honrado tenía que venir al cien por cien del trabajo, esfuerzo y sudor de tu frente.

El dinero sucio o deshonesto era aquel que se ganaba rápidamente, sin sacrificio.

Seguramente mis padres no tendrán toda la culpa, ya que sus padres y los padres de sus padres les transmitieron el mismo mensaje, como aquel anillo o joya que pasas de generación en generación con la mejor intención. Pero el que algo siempre se haya hecho de determinada forma no significa que sea siempre lo correcto.

Centrémonos ahora en los pensamientos positivos sobre el dinero. Con el dinero puedes ayudar a la familia, colaborar con las personas más necesitadas, conocer mundo, mejorar tu alimentación, mejorar tu estado físico mediante el deporte, conseguir seguridad económica, disfrutar de mil y una experiencias, etcétera.

Como todos sabemos, aparte de alcanzar el ansiado dinero, otro asunto no menos importante se refiere a la capacidad para poder retenerlo. Hay ciertas personas que, de un modo u otro, están o se encuentran conectadas con el dinero. Son capaces de atraerlo, pero, de la misma forma que les llega, lo queman o malgastan. Este tipo de personas acaba frecuentemente con sus bolsillos vacíos, llegando incluso a acumular deudas. Es decir, son personas que poseen una alta capacidad para generar dinero, lo cual es muy importante, pero no la tienen para retenerlo. En este sentido, da igual lo que ganen, que de una forma u otra la mayor parte del tiempo estarán en números rojos.

La expresión de «tanto tengo, tanto gasto» se suele aplicar aquí a rajatabla. Cuántos de nosotros, en un momento de nuestra vida, hemos dicho: «Si tuviera un tanto por ciento más de dinero en mi poder, se acabarían mis problemas».

Curiosamente, con un cambio de trabajo, una subida de sueldo, incluso un dinero extra de una herencia, la situación de incremento monetario se produce, pero otra vez volvemos a gastar conforme a este nuevo estatus alcanzado. Con lo cual, el simple hecho de tener más dinero, si no lo canalizamos de forma correcta, nos dejará sin remedio en la misma mala situación en la cual nos encontrábamos.

Por otro lado, hay que aprender a amar el dinero, pero desde una forma honesta y transparente; si queremos dinero simplemente por llevarle la contraria a alguien, por odio o algo similar, no nos hará sentir felices. Igual situación ocurre cuando, por ejemplo, le dices a tu hijo: «No hagas esto» o «totalmente prohibido». Solo por curiosidad o por llevarte la contraria, ¡es lo primero que hace! El hecho de que te prohíban algo suscita una mayor curiosidad por saber qué hay detrás de ello.

En este momento, y para que vayamos avanzando en la materia, debo introducir un nuevo concepto que me parece muy interesante: la antropomorfia.

Aunque suene un tanto raro, paso a detallarte. La antropomorfia es el principio que permite pensar en el dinero como si fuera una persona. Puedes ponerle sexo, edad, vestimenta, imaginarte cómo se ve y cómo se comporta e incluso ponerle un nombre. ¡Piensa en él como si fuera un amigo!

También existe el concepto generalizado de que quizá no hay dinero para todas las personas de este mundo o que cada uno de nosotros solo debe optar a una pequeña porción del mismo porque es lo que nos corresponde. Déjame decirte que esta es una creencia totalmente incorrecta. Nos encontramos en la era de la transformación digital y del conocimiento, por lo tanto, cada vez es más fácil hacer dinero y, si nos lo proponemos firmemente y trabajamos en ello, podemos lograr una gran fortuna.

Los humanos, para bien o para mal, gastamos gran cantidad de nuestro valioso tiempo pensando en el dinero: cómo conseguirlo, cómo multiplicarlo, cómo invertirlo, cómo administrarlo...

Ya que entramos en el tema de la administración del dinero, he de decirte que es algo capital para hacernos ricos. Hay personas con muy buenos ahorros que ganan poco, y otras que ganan mucho, pero al final no les queda nada en sus bolsillos.

En relación con el uso del dinero, hay expertos que recomiendan el soporte físico ―es decir, en papel o monedas― frente al de plástico/tarjeta sobre todo por dos principales motivos: porque te acostumbras a tratar con él regularmente, con lo que pierdes el miedo, y porque a la hora de pagar suele costar más soltar los billetes físicos que pagar con la tarjeta. Evidentemente, al pagar con tarjeta, como no lo vemos, pensamos que el gasto no nos afecta, que cae en saco roto.

Las personas con mente potenciadora o rica saben que el dinero llama al dinero y las personas con mente negativa o pobre tan solo lo gastan sin más, necesitan literalmente desprenderse de él.

Dicen que el dinero no te da la felicidad, pero, créeme, ¡la pobreza está bastante más alejada del camino!

No obstante, el concepto de la felicidad es muy amplio. Para unos puede ser la familia, para otros el trabajo, para otros la absoluta tranquilidad, los animales, el tener una buena salud.

La Real Academia define la felicidad como un «estado de grata satisfacción espiritual y física».

Frases como «pobres pero honrados» y otras tantas muy similares ¡cuánto daño nos han hecho!

La honradez no tiene absolutamente nada que ver con el dinero, sino con el corazón. Esto quiere decir que hay pobres y ricos honrados. Hay pobres que son ladrones, mentirosos e injustos, y de igual manera hay ricos que son mentirosos, ladrones... Todo ello no lleva nada más que a pensamientos de escasez o prosperidad.

Si, en lugar de pensar en la escasez, nos centramos más en buscar soluciones a los problemas económicos, estoy seguro de que el universo hallará la forma de materializar dichas oportunidades.

Habrás escuchado muchas veces que «una imagen vale más que mil palabras». Por lo tanto, una imagen agradable o desagradable del dinero nos acercará o alejará de él irremediablemente.

Frases como la de «el dinero no es lo más importante en la vida» la suelen decir por norma personas que, o bien no tienen dinero, o no lo tienen al menos en grandes cantidades. Recuerda, no puedes atraer aquello que no deseas.

Según diversos expertos si quieres atraer el dinero debes tener pensamientos similares a estos que agradecidamente te presento:

1 Me siento bien al tener dinero.

1 Estoy agradecido por todo el dinero que tengo.

1 Siempre tengo dinero.

1 Gano dinero todos los días.

1 El dinero viene a mí en avalancha.

1 El dinero fluye hacia a mí regularmente.

REFLEXIONA Y ESCRIBE

1 ¿Qué te decían acerca del dinero tus familiares y círculo más cercano cuando eras pequeño? Reflexiona sobre ello porque es necesario conocer el origen para poder realizar un cambio de pensamiento. Sin origen no hay destino.

1 ¿Cuáles son tus pensamientos actuales en relación con el dinero? Es decir, si lo conservas, lo gastas, lo regalas... ¿El dinero te quema en las manos o te consideras más bien ahorrador?

1 ¿Dispones en la actualidad de algún sistema de control de tus finanzas, por ejemplo, mediante una app en tu smartphone ―Excel o similares― con la que llevar un seguimiento tanto de tus entradas como de tus salidas de efectivo?

1 ¿En qué consiste la felicidad para ti? Puede ser, por ejemplo, la familia, el trabajo, el dinero, la salud, la tranquilidad, la seguridad... En el caso de coincidir con varias de ellas, indica, por favor, el porcentaje correspondiente a cada una para poder determinar el peso de tu felicidad.

Capítulo 5

Cómo me convertí en millonario

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