Читать книгу Cómo me convertí en millonario - Eugenio Carrero Puertas - Страница 12
Pensamiento pobre versus pensamiento rico
ОглавлениеDiversos estudios afirman que cerca de un 70 % de los ganadores de una lotería terminan empobrecidos ―e incluso endeudados― en un periodo no superior a cinco años. Aquellas personas que, por uno u otro motivo, reciben una importante cantidad de dinero, al no estar preparadas para manejar tanto capital, acaban literalmente quemándolo o malgastándolo.
Todo está relacionado con los dos tipos opuestos de pensamientos: de grandeza o de pobreza.
Cada pensamiento positivo que generamos nos sitúa más cerca de alcanzar el ansiado éxito.
Los expertos en nutrición dicen que somos lo que comemos y, de igual modo, los expertos en razonamiento dicen que somos lo que pensamos. Entonces, puestos a ser, pensemos en ser mejores.
Durante muchos años pensé, como quizá tú también estés pensando en este mismo momento, que por el simple hecho de venir de una familia humilde y con pocos recursos siempre me vería reflejado en esa misma mala situación. Ya sabes, como he nacido pobre, moriré pobre. De hecho, todos en esta misma condición lo hemos pensado. Pero no tiene por qué ser así, ¿verdad? Desde el momento en que decides cambiar hacia una visión positiva de la vida, poco a poco vas construyendo el nuevo camino hacia la riqueza, prosperidad o el objetivo que te hayas marcado. ¡Querer es poder!
En un entorno culinario, es bien sabido que los gorros de cocina tienen distintas alturas para identificar y diferenciar a los cocineros de menor rango de los chefs principales. Tú decides si quieres colocarte el gorro alto para ser un chef de primera o el bajo para ser un cocinero raso. Recuerda que la altura de tu gorro marcará tu destino.
Por otro lado, podemos creer que nos gusta el dinero, pero hay que pensar en este como si fuera energía, como un medio para lograr nuevos propósitos. El dinero en sí nunca debe ser nuestro objetivo, sino la herramienta que nos permitirá alcanzar nuestra meta.
Si tenemos una visión negativa acerca del dinero, no podremos obtenerlo y, si por algún modo o forma llegamos a conseguirlo rápido, este se volatizará. ¡Nos sabotearíamos! Básicamente, no podemos conseguir aquello que en el fondo, de un modo u otro, detestamos. Veamos un ejemplo. Si los millonarios ―o las personas con cierto potencial― me provocan asco, rabia o cualquier pensamiento negativo, muy difícilmente me voy a poder convertir en alguien igual, porque en el fondo lo detesto. No pongamos excusas, porque, entre otras cosas, nos estaremos limitando en lo personal y en lo profesional.
Hay quien dice que no importa el talento que tengamos. Si no mejoramos nuestras habilidades cada día y trabajamos sobre ellas, no lograremos nada.
Todos hemos oído decir cosas como «mira el gilipo... qué deportivo lleva, seguro que se dedica a robar, traficar o algo similar. Y la chica tan joven que le acompaña debe estar con él por su dinero». Puede que sea cierto y puede que no, pero en cualquier caso es importante no prejuzgar, porque limita notablemente nuestro pensamiento. Este tipo de conceptos mentales nos alejará del camino dorado con toda seguridad.
Tenemos que cambiar nuestro razonamiento, en lugar de pensar en «ese estúpido rico, cómo habrá conseguido ese flamante coche y una chica tan joven y atractiva», pensemos antes en alabarlo, engrandecerlo, glorificarlo y en conocer cuál es el método que ha seguido hasta lograr su abundancia.
Los seres humanos pueden ser buenos, malos, egoístas, generosos, amables... y un sinfín de adjetivos que les califican, y el dinero se convierte tan solo en un potenciador de su persona. Si eres alguien malo y dañino, el dinero solo te hará generar más dolor, mientras que, si eres bueno y generoso, simplemente podrás ayudar a más personas y de mil maneras diferentes.
Tenemos a su vez que dejar de pensar en pequeño. Si nuestro círculo cercano piensa en pequeño o se conforma con poco, lo más fácil es que nos acomodemos a dicho pensamiento.
Dicen que somos un promedio de las cinco personas con las que nos comunicamos regularmente. Si esas cinco personas no son las correctas y queremos crecer, debemos planear un cambio radical.
Las personas que piensan en grande saben que nacieron para ello y su único destino es alcanzar un gran reto o lograr una gran hazaña por la cual se les reconozca y recuerde; saben que lo conseguirán antes o después y en dicho sentido se rodean de personas afines.
Un millonario no es diferente del resto de los mortales, no está hecho de titanio ni tiene la piel de acero, tampoco es a prueba de balas, pero lo que sí hace es aprender y aplicar cosas totalmente distintas a las que aprenden los pobres.
No nos marcan a fuego desde pequeños para ser pobres o ricos, ¿te imaginas? Pobre, pobre, pobre... y, tras una larga cadena, un agraciado rico, y la serie vuelve a empezar. La forma de pensar como pobre o como rico la vamos asimilando a lo largo de nuestra infancia sobre la base de las personas más allegadas ―normalmente familia y círculo de amistades―. La condición de haber nacido en una familia pobre no significa que tengas que ser y morir pobre, y es un hecho que cierto número de millonarios se hicieron ricos desde la nada más absoluta.
Lo que diferencia a un millonario del que no lo es son las imágenes, ideas y creencias que tiene y que está depositando en su mente.
Tenemos por lo tanto que programarnos al cien por cien para vivir y pensar con abundancia y riqueza.
REFLEXIONA Y ESCRIBE
1 Según este capítulo que acabas de leer, ¿consideras que tus pensamientos son de riqueza o de pobreza? ¿Qué podrías cambiar para poder mejorar en este aspecto?
1 ¿Provienes de un entorno o familia humilde y en consecuencia piensas que jamás podrás ser acaudalado o millonario? Si es así, para poder seguir avanzando, tienes que empezar a cambiar tus pensamientos. Céntrate a partir de ahora en la posibilidad de conseguirlo, alcanzarlo y lograrlo.
1 ¿Cuáles son tus pensamientos actuales relacionados con el dinero? Es decir, ¿el dinero para ti es dañino?, ¿es sucio o limpio?, ¿genera tristeza o felicidad? Haz una lista con todos y cada uno de tus conceptos acerca del dinero. Sé lo más honesto posible, con el objetivo de marcar el punto de origen y el de destino.
1 Relacionado con el círculo de las cinco personas con las cuales te comunicas habitualmente, ¿consideras que es el adecuado o quizá se podría cambiar o mejorar? Analiza el comportamiento de esas personas. No es necesario que «elimines» a las personas que no suman, pero sí al menos que reduzcas drásticamente su contacto y vuelques ese tiempo sobrante en otras personas más productivas, positivas o emprendedoras.
Capítulo 7