Читать книгу Dimensiones de la migración en Colombia. - Felipe Aliaga Sáez - Страница 11
Cifras de la inmigración a Colombia: magnitud, origen, localización y sexo, 1819-2015* WILLIAM MEJÍA OCHOA** Introducción
ОглавлениеSobre la historia de la inmigración a Colombia desde los inicios de la República (1819) no se cuenta con un panorama que informe, con algún detalle, de la evolución de las cifras asociadas con ella, de estadísticas que la describan en su conjunto. No obstante, se dispone de una serie importante de documentos, en ocasiones con buen respaldo estadístico, pero sobre temáticas y períodos específicos, algunos de esos documentos, apenas por vía de ejemplo, se mencionan en el párrafo siguiente.
Centrados en normatividad, políticas y aparato estatal: Mármora (1976 y 1979); Cardona, Cruz & Castaño (1980); Aya, Carvajal & Téllez (2010); Mejía (2011 y 2018) y Ciurlo (2015). En relación con las normas de libertad religiosa: Cortés (2017). Referidos a nacionalidades particulares: alemanes (Garnica, 1992; Biermann, 2001); franceses (Lotero, 1992; Barreto, 2009); italianos (Capelli, 2006); japoneses (Sanmiguel, 2006; Hincapié, 2011; Arango, 2011); sirios, libaneses o palestino (Fawcett, 1991; González, 1997; Rhenals & Flórez, 2008); judíos (Bibliowicz, 2001). A inmigrantes en general en períodos cortos (Ordóñez, 1987; Colombia, 2017); o a síntesis históricas, destacando algunos grupos nacionales, regionales o étnicos (Wabgou, Vargas & Carabalí, 2012). Además, hay otra serie de trabajos, cuyo número crece con rapidez, sobre la inmigración venezolana reciente, que ha cambiado de manera radical la relación del país respecto a las migraciones internacionales, y lo ha llevado de ser, fundamentalmente, de origen, a constituir un destino y tránsito importante (Bermúdez, Mazuera-Arias, Albornoz-Arias & Morffe, 2018; Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial, 2018; Mejía & Quintero, 2018; Castro, 2019; entre otros).
En las condiciones descritas, parece pertinente empezar a construir, como de hecho lo hacemos, ese panorama estadístico de 200 años de inmigración, que nos adelantamos a calificar como de baja intensidad y que ya es historia, como referencia de los grandes cambios que la nueva inmigración venezolana ha significado y seguirá significando, por lo menos a mediano plazo.
Dada la amplitud del período por cubrir y las restricciones de tiempo y de recursos para hacerlo, la mirada la centramos en unas pocas variables, consideradas clave para el propósito: la cantidad o acervo de inmigrantes residentes en el país en distintos momentos (“stocks”); los “saldos migratorios” (entradas de extranjeros menos salidas, como aproximación a los flujos netos); los lugares de origen en el exterior y de asentamiento en Colombia; y el sexo. Al respecto, logramos colocar algunas piezas de rompecabezas, que permiten una primera visión, aún borrosa y fragmentada. La tarea para obtener mejores aproximaciones queda pendiente y exigirá regresar no solo a las mismas fuentes que consultamos, sino a otras no procesadas, como libros o planillas de registros de visados y carpetas de inmigrantes, alguna parte de lo que parece existir en el Archivo Nacional.
Dentro de las muchas otras variables disponibles en las fuentes consultadas y que no aprovechamos, por la discontinuidad de las series o la referencia solo a períodos cortos, están la edad, la profesión, el estatus migratorio, la mortalidad, la natalidad y la nupcialidad de los inmigrantes. Dada la importancia mayor de estas variables en la comprensión de la inmigración a Colombia, es una tarea pendiente volver a ellas para echar luces sobre los lapsos a los que se refieren.