Читать книгу Otro - Ferny Kosiak - Страница 8
Demi-plié
ОглавлениеMedia flexión de las rodillas. Todos los pasos de la elevación comienzan y terminan con un demi-plié.
Mi amigo bailarín, Nicolás, siempre me elogió el arco del pie, enfatizando la envidia que tenía de la forma de mi empeine. Algo que en mi cuerpo era natural, a un bailarín clásico le lleva toda una vida alcanzarlo. Entonces decidí probar suerte en el ballet. Más allá de tener una edad más acorde a un profesor de danza clásica, comencé como estudiante, sin prestar atención a mis músculos no tan turgentes o a los tendones de mis piernas, que siempre fueron cortos. La disciplina, el rigor, la belleza estética de un movimiento que puede medirse con la geometría de un compás me enamoraron de la disciplina. Mi único compañero varón, también.
Llegué al aula después de haberme cambiado en el baño. Joaquín estaba precalentando en la barra mientras hablaba con una de las chicas de la que no me acordaba el nombre. La profesora aún no estaba, siempre llegaba tarde. Saludé con un beso y me fui al sector de la barra que con el paso de las semanas se volvió mío. Le vi el culo y las piernas por el reflejo del espejo que cubre una de las paredes. La calza negra le marcaba todo. Reía con la otra chica. Yo precalenté solo: caminata estirando los empeines, flexión de piernas, torsiones del cuerpo a ambos lados, lo usual.
De a poco fueron llegando las otras alumnas. Nosotros somos los dos únicos varones en un grupo compuesto por doce mujeres de edades que van desde los veinte hasta la jubilación. Formamos parte de un taller municipal de ballet para adultos y los motivos de qué hace cada uno de nosotros en esta sala es un misterio diferente que cambia de cuerpo a cuerpo.