Читать книгу Liturgia cartujana - Fr. Josep Oriol de Barcelona - Страница 3

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Prólogo

Añejas aficiones al estudio de la sagrada liturgia han conducido nuestros pasos a asistir, siempre que ha habido ocasión, a los diversos actos del culto público que la Iglesia tributa a Dios. Y esas mismas aficiones nos han impulsado a tomar nota de lo más interesante de los ritos que hemos presenciado.

Mucho antes de que tuviéramos ocasión de visitar ninguna Cartuja, al oír relatar la vida que llevan aquellos monjes, lo que más poderosamente llamaba nuestra atención era, sin duda alguna, su liturgia. Por eso, al proyectar, con algunos condiscípulos, nuestra primera visita a uno de esos cenobios, pusimos por condición llegar a él a hora conveniente para asistir a la Misa conventual y a todos los actos de comunidad que fuera posible. Así fue, en efecto, que pasamos un día cartujano, como lo llamaríamos hoy.

No podemos ocultar que aquella liturgia tan severa nos descorazonó. Aquel exceso de sobriedad en las ceremonias, en el canto y en los mismos textos, contrastaba demasiado en nuestro ánimo con las sublimes exuberancias, no solo del culto de nuestras catedrales, sino también de cualquier misa solemne del rito romano. Romanísimos como el que más, echábamos a menos aquel culto que ya desde la infancia habíamos seguido con interés y que, de día en día, se había ido arraigando cada vez con más amor en nuestra alma. Con todo, el rito cartujano lo hallamos muy elocuente en aquella soledad; y aquella su sobriedad encajaba admirablemente con aquel ambiente de austeridad y silencio que circunda la Cartuja.

Por eso, decidimos estudiar a fondo una liturgia que no dejaba de tener sus atractivos y, sobre todo, su importancia bajo el punto de vista histórico. Pero tropezamos en seguida con un sinnúmero de dificultades, puesto que la liturgia cartujana es poco menos que un arcano. No se ha publicado todavía un estudio acabado de ella; es más, algunos documentos que sirven de fuente para dicho estudio han quedado inéditos. Los más capacitados para hacer un estudio completo de la materia son, naturalmente, los mismos monjes cartujos, pero como llevan una vida tan abstraída, o no se cuidan de escribir un tratado sobre su liturgia, o no le dan publicidad. Los extraños a la orden, difícilmente podrán acometer con éxito feliz esta empresa, pues dada la organización de la misma Orden, no les es permitido permanecer largo tiempo (cual requiere un estudio de esta naturaleza) en la Cartuja, a fin de no turbar la quietud y el recogimiento, que son uno de los medios principales que se proponen aquellos monjes para poder contemplar.

A pesar de todas esas dificultades, hemos logrado reunir un buen número de notas, que son las que hoy nos atrevemos a publicar, con el doble fin de dar a conocer un rito tan interesante como desconocido, y de que estas páginas sirvan de estímulo a otras personas más competentes, y se decidan a profundizar más en esta materia.

Sea todo para la honra de Dios y de su bienaventurada Madre, la Virgen María, y para mayor acrecentamiento de la piedad en los fieles.

Liturgia cartujana

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