Читать книгу Soy el silencio - Gabriel Barrella Rosa - Страница 18
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Mil soles alumbran la noche del llanto,
sin hallar consuelo entre tanto dolor.
Mil coros entonan un lúgubre canto
que escolta uniforme la voz de un tenor.
Mil manos me cubren con un terso manto
y aun así preciso más hondo calor.
Domingo a la noche, mi angustia no aguanto,
¡Mil sombras gestan obstinado temor!