Читать книгу Soy el silencio - Gabriel Barrella Rosa - Страница 19

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XIII

Instrumentos de viento y percusión

ensamblan una música serena.

El mar canta acariciando la arena.

El mar escucha con suma atención.

Soy espectador de un ritmo cansino

que recala en mi alma al morir el día,

mis oídos toman la melodía

que sutil compone el canto marino.

Soy artista de emociones internas,

el mar compañero mi confidente,

sin exigencias, espera le cuente

penas precarias, tristezas eternas.

El silencio del mar nunca es callado,

saber escucharlo es todo un talento,

deslindando la armonía del viento

se adivina ese encubierto recado.

Mas quizás tú recibas un mensaje

que sea el mismo que das al oyente.

No percibías que tú eres la fuente,

lo asignabas al dócil oleaje.

Al empaparse el sol ante tu vista

no le exijas al mar una sentencia,

y si él te escucha con suma elocuencia,

tan solo pretende darte una pista.

En la orilla tú verás la respuesta,

los veredictos en el horizonte,

allá mismo, do tu mente confronte

notoria la voz, velada la orquesta.

Soy el silencio

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