Читать книгу Medicina basada en la evidencia y análisis de diseños de investigación clínica - Gilberto Vizcaíno Salazar - Страница 9

Aspectos generales

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En la última década del siglo XX, particularmente en su segunda mitad, la medicina basada en la evidencia (MBE) emergió como un nuevo paradigma en la práctica clínica y en el cuidado de los pacientes. Emergió, asimismo, como herramienta auxiliar en la búsqueda de nuevas e importantes investigaciones fundamentadas en el método científico y asumió un papel imprescindible en la toma de decisiones en la práctica de la medicina clínica.[1]

El análisis de la evidencia científica es fundamental para aplicar decisiones que beneficien al paciente en determinada enfermedad, así como en el mantenimiento o rehabilitación de la salud (Figura 1). Esta nueva modalidad surge del incremento exponencial de los avances de la ciencia en la generación de nuevos conocimientos, los cuales son difundidos a través de las publicaciones científicas. Esto obliga al profesional de la salud a mantenerse actualizado mediante la revisión crítica de la evidencia mostrada en la literatura, cada día más abundante. En este contexto inicial, la MBE quiere distinguir la información (muchas veces inútil) de la evidencia con un tamizaje que permita discriminar lo que es útil y aplicable al paciente. Un tipo especial de estudio con el cual el estudiante y el profesional pueden empezar a familiarizarse son las revisiones sistemáticas, un análisis estructurado agregativo de varios artículos científicos sobre un mismo tema, que muchas veces incluye el metanálisis como herramienta para resumir la evidencia encontrada.[2] Un ejemplo está en Colaboración Cochrane (www.cochrane.org), una organización dedicada a realizar revisiones sistemáticas, reportadas estas a través de una base de datos electrónica; dichos datos conforman la Biblioteca Cochrane (Cochrane Database Systematic Reviews).


Figura 1. Fundamentación de la MBE.

Por otra parte, la MBE busca relacionar la práctica clínica con decisiones aportadas por la evidencia científica sobre análisis de ensayos clínicos, revisiones sistemáticas, guías de prácticas clínicas o políticas de salud pública, todo ello con el propósito de actualizar y mejorar los conocimientos en las diferentes áreas de las ciencias de la salud.

La MBE se enfoca en el examen de la evidencia presentada, la cual debe ser clara, explícita y bien sustentada. Es importante considerar toda la evidencia en relación con un tema científico y no solo aquellos trabajos que publican resultados relevantes positivos y obvian los negativos o no concluyentes. El análisis crítico estimula a examinar las fortalezas y debilidades de los diferentes diseños de investigación clínica y el juicio objetivo sobre la calidad de la evidencia.

El término “explícito”, por su parte, significa transparencia en la evaluación; esta permite comprender los métodos empleados en el análisis, el poder de la evidencia, las limitaciones que se presentaron y el razonamiento para la recomendación si la evidencia está bien fundamentada para su aplicabilidad en la práctica clínica.[1]

Medicina basada en la evidencia y análisis de diseños de investigación clínica

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