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Un nuevo sistema de creencias
ОглавлениеComo mencionábamos, la explicación sobre el cambio de políticas se apoya en el papel que desempeñan las ideas (creencias). En nuestro andamio teórico (ACF), las políticas públicas se traducen en la identificación de un problema y en elegir la decisión para solucionarlo, es decir, el diseño de cómo alcanzar objetivos, lo que se traduce, a su vez, en un sistema de creencias (Gómez Lee, 2012). Para nuestro análisis, observar el sistema de creencias en la adopción de un discurso novedoso respecto de la asignación de incentivos por parte de un grupo político influyente nos permite identificar el grado de cambio de la política de incentivos (Cruz Rubio, 2011).
El nuevo sistema de creencias se basa en una lógica de asignación de incentivos con base en el mérito; por tanto, los incentivos solo reconocen y promueven a los docentes que certifiquen un desempeño destacado. A diferencia del antiguo modelo de incentivos (PNCM) la creación de un marco legal para el desarrollo de procesos de evaluación tiene su justificación en que representa el medio gracias al cual se determina la administración de premios o sanciones. Este modelo intenta lograr que mejore el proceso de adquisición de aprendizajes en los alumnos motivando constantemente al docente para que acredite mejores niveles de desempeño (SEP-CNSPD, 2015).
A fin de esquematizar los cambios en los sistemas de creencias de un periodo de amplia estabilidad respecto a otro de reforma, hemos hecho una representación del discurso que acompaña la RE, así como de la movilización de los recursos para promover los cambios. En la tabla 1.1 se recuperan tres conceptos fundamentales del ACF en relación con sistema de creencias, y cada uno de estos conceptos representa un grado mayor o menor de cambio (Weible y Sabatier, 2007, p. 130). El primero de estos, el núcleo profundo, encarna las creencias más estables del sistema, muy difíciles de modificar ya que se refieren a prioridades de valor y derechos, de distribución de justicia y de identidad sociocultural (Jenkins-Smith, Silva, Gupta y Ripberger, 2014, pp. 486-487). En tal sentido, encontramos que el núcleo profundo del sistema de creencias de la política de incentivos al magisterio se sustenta en el artículo 3o. de la Constitución mexicana, que no había presentado modificaciones hasta la presentación de la reforma educativa. La incorporación de las transformaciones al artículo 3o. y 73o. de la Constitución quitaron el control del SNTE sobre el proceso de ingreso, promoción y permanencia de la fuerza laboral educativa.
El segundo concepto se refiere al núcleo de la política, donde se encuentran las prioridades de esta, como la importancia de la educación de calidad, la definición y el alcance del problema en la educación básica, las causas que lo producen y también la elección de la solución que implica la estrategia general para modificar el statu quo. Este segundo componente es algo difícil de cambiar, pero puede ocurrir ante la evidencia de la falla de la estrategia de atención y la definición del problema (Weible y Sabatier, 2007, p. 130) En ese sentido, hemos identificado que la definición del problema de la baja calidad de la educación, sus causas y su solución se han modificado para centrar en el docente la explicación del principal indicador. De esta manera, se define una solución con base en la selección y promoción de los docentes que demuestren ser capaces de conducir el proceso de enseñanza-aprendizaje de sus alumnos y con ello abatir los indicadores negativos del progreso educativo del nivel básico.
Por último, las creencias secundarias o instrumentales son el elemento de mayor posibilidad de cambio. Este rubro abarca la mayoría de las decisiones de índole institucional, administrativa y financiera que se encuentra en manos de los cuadros gerenciales de la burocracia (Sabatier y Weible, 2007, p. 210) En ese sentido, el hallazgo se refiere a la modificación de la creación del PPFIEB en el marco del SPD, su coordinación entre dependencias de la federación y autoridades educativas locales, y el financiamiento del programa.
Como se ilustra, durante el periodo 2008-2012 las ideas y estrategias sobre el tratamiento al magisterio permanecieron estables, y lejos de ser el motor de cambio fueron el cemento que permitió que la coalición promotora SEP-SNTE permaneciera unida. Podemos afirmar que, incluso desde la creación del Programa Nacional de Carrera Magisterial (PNCM) y hasta 2008, la política de incentivos al magisterio se mantuvo estable con cambios menores, como la revisión del marco legal y sus consecuencias de gestión administrativa.
En el periodo que siguió al proceso de reforma, se vislumbra una aparente competencia entre coaliciones rivales, cada una con un sistema de creencias específico, que buscaron colocar sus ideas y traducirlas en la política de incentivos mediante un nuevo instrumento, situación que explicaremos más adelante.