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Emprender con responsabilidad social y protección a la naturaleza

Si no sabes qué hacer con tu vida, haz algo que salve vidas.

El mundo está lleno de gente con necesidades,

sé parte de su vida y llena esa necesidad.

Sanjeev Saxena

Nosotros definimos el emprendimiento como una herramienta de transformación económica, social y cultural, que debe ser fundamentada con bases éticas y legales. Una empresa no se forja sólo con el objetivo de hacer dinero, su principal misión es cumplir una necesidad, ejecutar un satisfactor: el dinero es consecuencia del intercambio del satisfactor del cliente con la compañía. El emprendimiento que no se sustente en bases éticas, legales, con responsabilidad social y protección a la naturaleza, ocasionaría no sólo el fracaso de la empresa, que sería un daño menor, sino que el impacto negativo llegaría al entorno social, cultural, económico y ambiental de manera profunda; la principal afectada será la empresa que realizó dichas acciones negativas.

Por ejemplo, una empresa agropecuaria que, por obtener una mejor producción, altera los entornos de lluvia o devasta zonas boscosas o sus pesticidas destruyen las abejas de la región, sabiendo que no es ético o legal en primer orden, no puede excusarse en decir que tiene empleados que pagar ni producción que realizar, pues al perjudicar los ciclos de la naturaleza de esa manera, ocasionará una falta de producción en otros granos como maíz y trigo. Además, al afectar el ciclo natural, también aumenta el calentamiento regional y disminuye la oxigenación por la falta de bosques, esto originaría que muchos otros productos agropecuarios tengan faltante en la región y en el país, incrementando no sólo los precios de los mercancías básicas a consumir, sino en todos los productos y servicios, en donde los más afectados serían precisamente los empleados de la misma empresa que produjo el daño, sin mencionar los posibles cambios o fenómenos climatológicos de grandes proporciones que afectarían la economía del país.

Por el lado social-cultural, dicha empresa no puede ser indiferente ante el trabajo infantil, ni permanecer impasible si sus pesticidas dañan a sus empleados, y así tener trabajando a miles de familias, desde pequeños hasta ancianos, con paga miserable, en contra de los derechos humanos fundamentales. Una empresa así no sólo daña y envenena la tierra y el agua, también destruye las relaciones familiares, la sociedad y la cultura, esclavizando a las comunidades a un eterno y desesperanzador sinsentido.

Creemos que tú formas parte de ese grupo de jóvenes en quienes recae la esperanza de nuestro país; existen miles de formas, siempre hay caminos para incrementar la producción, incursionar en otros negocios, apoyar y ser inversionista con otros emprendedores, etcétera. Reiteramos: siempre hay cursos de acción para mejorar en lo ético, legal, con responsabilidad social y apoyando nuestro ecosistema ambiental. Las universidades contribuyen con el saber y los jóvenes como tú en el hacer y quehacer; nuestras familias, la sociedad, el entorno natural y el país lo valen.

Ideas en marcha

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