Читать книгу Sindone: La Misteriosa Sábana Santa De Turín - Guido Pagliarino - Страница 29
ОглавлениеEn 1204 se produce la tragedia: el Imperio de Oriente es atacado por los combatientes de la Cuarta Cruzada, que se ha organizado en Occidente para liberar de musulmanes Tierra Santa, algo que no se conseguiría. Y el 12 de abril, Constantinopla es expugnada entre horribles masacres y tremendos saqueos de tesoros y reliquias sagradas. Si es verdad que solo la Primera Cruzada tuvo también fuertes motivaciones ideales además de las habituales razones económicas y de poder, sin embargo, antes de 1204, quizás no se había llegado todavía a tal punto de especulación cínica y sanguinaria en el bando cristiano. Al mando de la mezquina expedición estaban, a la cabeza, el conde Balduino IX de Flandes y, bajo su mando, los condestables franceses Guillermo de Champlitte, Godofredo de Villehardoui, Otón de la Roche, señor de Borgoña, y los comandantes italianos Bonifacio de Montferrato y Enrico Dandolo, dux de Venecia. Se funda el Imperio Latino y los jefes de los vencedores, salvo el dux, que ya tenía más de noventa años y estaba muy enfermo, se repartieron el territorio: el conde Balduino de Flandes se hace coronar como Balduino I, con gran pompa, en la catedral de Constantinopla, Santa Sofía, como los emperadores; Guillermo de Champlitte se convierte en príncipe de Acaya; Godofredo de Villehardoui en príncipe de Morea; Bonifacio de Montferrato en rey de Tesalónica; finalmente, aunque su figura sea la más importante para nuestra historia, Otón de la Roche se convierte en duque de Atenas y de Tebas. Entretanto, el mandylion (¿o bien la Sábana Santa?) es robado durante el saqueo de la iglesia adosada al palacio imperial de Blanquerna, donde estaba guardado, y desaparece. ¿Tal vez se ocultó en Atenas? Lo haría suponer la copia, siempre que fura cierta la prueba de la existencia de su original,24 de una carta datada el 1 de agosto de 1205, no mucho después del saqueo de Constantinopla, cuyo original se habría enviado al Papa entonces reinante, Inocencio III, por Teodoro Ángelo Comneno, emparentado con la familia imperial. El remitente, después de condenar los actos de los cruzados saqueadores de reliquias, pide al Sumo Pontífice la restitución de la tela de Constantinopla, que afirma que estaba guardada en ese momento en Atenas por el duque Otón de la Roche. Se ha dicho, aunque no haya pruebas seguras, que posteriormente, en 1208, el duque de Atenas y Tebas habría enviado la sábana (de nuevo la pregunta: ¿la de Turín?) en su posesión a su padre Ponce II de La Roche-sur-Ognon y de Ray para que desde aquel año la tela estuviera en Francia en poder de la familia.