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El nazismo en el cine

Guillermo José Velasco Fabra

Profesor Titular de Derecho Mercantil

CUNEF

El cine es un excelente recurso en la formación académica, pero también puede convertirse en un perverso medio de manipulación social1. El nazismo utilizó el cine como instrumento artístico prioritario para inocular “la supremacía de la raza aria” (vid las películas “La victoria de la fe”, “El triunfo de la voluntad” y “Olympia” de la directora Leni Riefenstahl, que introdujo destacadas técnicas cinematográficas) y el antisemitismo (vid. trilogía “El judío eterno”, “Los Rothschild” y “El judío Suss”) en los años treinta y cuarenta2. La película “El Gran Dictador” (1940) de Charlie Chaplin fue una brillante crítica al nazismo en el momento que parecía invencible con la rápida ocupación de Francia.

El Parlamento Europeo aprobó la Resolución sobre la importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa el 19 de septiembre de 2019, que condena los crímenes cometidos por el comunismo y el nazismo. Debemos analizar las causas del origen del nazismo con los criterios económicos, políticos y sociales de la década de los años veinte en Europa para comprender este fenómeno3. ¿Cómo es posible que en la sociedad más culta, con más sensibilidad artística y desarrollada de Europa surgiera el nazismo? ¿Cómo es posible que el filósofo Martin Heidegger o el jurista Carl Schmitt defendieran el nazismo?4 Las míticas representaciones de las óperas de Wagner (como “El anillo del Nibelungo” o “Parsifal”) en el Festival de Bayreuth, fundado en 1876, alcanzaron su máximo esplendor durante el nazismo, con decidido impulso de Hitler. El antisemitismo había existido siempre en Europa. Los nazis atacaron sinagogas y empresas judías en Alemania y Austria el 9 de noviembre de 1939 en la Noche de los Cristales Rotos (Kristallnacht), y fue el comienzo organizado de la Shoah (no debe confundirse con la Noche de los Cuchillos Largos –Nacht der langen Messer– cuando se produce el asesinato de los enemigos políticos de Hitler el 30 de junio/1 de julio de 1934). Albert Speer, arquitecto de Hitler y Ministro de Armamento, afirma que Joseph Goebbels fue “…el iniciador de aquella triste y monstruosa noche…” en la persecución sistemática de judíos5.

La actividad política de Hitler comenzó en los años veinte con el intento de golpe de Estado –Putsch de Múnich– en 1923 por el que fue condenado. Durante su estancia en Landsberg escribió “Mein Kampf ” con la colaboración de Rudolf Hess. El partido nazi fue el más votado en las elecciones de 1932, y Hitler fue nombrado canciller el 30 de enero de 1933. Las Leyes de Núremberg (1935) se aprobaron para dar apariencia de legalidad a las medidas antisemitas que limitaban los derechos y libertades fundamentales de los judíos (“personeicidio”, es decir, la anulación del judío como profesional y, después, el exterminio físico como persona; a pesar de estas circunstancias, en los campos de concentración se desarrollaron actividades artísticas para denunciar el exterminio sistemático, por ejemplo, a través de la música porque nos eleva a lo más profundo de nuestra existencia, vid el libro “La música en el Holocausto” de Shirli Gilbert, y de la pintura, vid “Artistas en los campos nazis” de Javier Molins6). Los principales criminales nazis fueron juzgados en los Juicios de Núremberg (1945-1946) como, por ejemplo, Dönitz, Göring, Hess y Speer.

Alemania ha garantizado los derechos y libertades fundamentales a través de un ejemplar sistema constitucional desde la Ley Fundamental de Bonn (1949). El Presidente de Israel Reuven Rivlin agradeció el esfuerzo que los gobiernos federales están realizando desde el canciller Konrad Adenauer para acabar con el antisemitismo porque sigue existiendo en Alemania, y evitar otra Shoah (Discurso por el 75° Aniversario de la Liberación de Auschwitz –27 de enero de 1945– el 29 de enero de 2020 en el Bundestag). Sin embargo, la democracia nunca está garantizada, como puede verse en la película “La ola” (un profesor realiza un experimento en un colegio en Alemania para demostrar a sus alumnos que en cualquier momento, a través de la manipulación, una democracia pueda transformarse en una dictadura).

Las consecuencias de la I Guerra Mundial (1914-1918) crearon las condiciones necesarias para el surgimiento de los totalitarismos: a) El Tratado de Versalles impuso condiciones inasumibles a los vencidos (1919), además de una humillación simbólica e innecesaria para Alemania (precisamente por esta razón Hitler exigió que el Armisticio con Francia (1940) se firmara en el denominado “Vagón-coche de Compiègne”, en el que se había firmado también el que puso fin a la I Guerra Mundial. Francia no olvidaba el asedio a París en la Guerra Franco-Prusiana de 1870). Francia fue admitida en el orden europeo en el Congreso de Viena (1815) porque Europa era consciente que no se podía excluir a los vencidos, b) La Sociedad de Naciones fracasó como marco jurídico para garantizar la paz mundial, c) El comunismo y el nazismo se impusieron como sistemas políticos totalitarios frente a la democracia que se consideraba el origen del fracaso de la República de Weimar, d) Los derechos y libertades fundamentales no se garantizaron por el Estado, a pesar de la creación, por primera vez, del Tribunal Constitucional en Austria, e) El Estado fue incapaz de hacer frente a las consecuencias económicas y sociales del crash de 1929, y f) Alemania continuó con su política de expansión (Lebensraum – espacio vital alemán) con la Anexión de Austria (Anschluss), la invasión de los Sudetes (Checoslovaquia) y parte de Polonia a finales de los años treinta (como también hizo la Unión Soviética, por ejemplo, en Lituania, Letonia y Estonia).

Precisamente estas razones desencadenaron la II Guerra Mundial, que comenzaría con la invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939 y terminaría el 8 de mayo de 1945 en Europa con la Capitulación y, por tanto, la rendición incondicional de Alemania (preferimos la expresión “Liberación de Alemania” del Presidente Federal Richard von Weizsäcker). Europa, esta vez, asumió su pasado y transformó sus ideales de dominio y egoísmo en generosidad y unidad: a) Los vencedores ayudaron a los vencidos a través del Plan Marshall, b) Se fundó la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE) como marcos jurídicos para garantizar la paz mundial, al menos, europea (el origen primigenio de la Unión Europea se encontraba en evitar batallas entre Alemania, Francia e Inglaterra como la de Somme (fue incluso peor que la de Verdún); las profundas experiencias religiosas de Tolkien, autor de “El Señor de los Anillos”, en esta batalla fueron determinantes en la configuración de su universal obra literaria), c) La democracia se consolidó en Europa (salvo en Europa Oriental hasta la Caída del Muro de Berlín en 1989; recomendamos la película “Un, dos, tres” (1961) del director Billy Wilder, que plantea con genial ironía el capitalismo vs. comunismo durante la Guerra Fría en Berlín), d) Los derechos y libertades fundamentales se garantizaron a través de ejemplares sistemas constitucionales, como el alemán, e) El Estado fue capaz de hacer frente a las crisis económicas de la segunda mitad del siglo XX y principios del siglo XXI, y f) Alemania renunció a su expansión territorial.

El Presidente de Alemania Frank-Walter Steinmeier afirmó en el Discurso del 75° Aniversario de la “Liberación de Alemania” (8 de mayo 2020) que “El 8 de mayo de 1945 marcó el fin de la tiranía nacionalsocialista; el fin de las noches de bombardeos y las marchas de la muerte; el fin de los crímenes sin precedentes perpetrados por los alemanes y del cataclismo de la civilización que significó la Shoá (…) Debemos mantener a Europa unida. Debemos pensar, sentir y actuar como europeos”. El canciller Helmut Kohl, que lideró de forma magistral como estadista la Reunificación alemana, defendió una Alemania europea y no una Europa alemana. Cuando recibió el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional (1996) afirmó que Europa se basa en la cultura y en el espíritu común europeos que tienen su origen en la filosofía de la Antigüedad Clásica, el Cristianismo y la Ilustración (como juristas añadiríamos el Derecho Romano). Alemania ha reconocido y subsanado el daño causado, como siguió afirmando el Presidente Frank-Walter Steinmeier en su inolvidable discurso: “Debemos liberarnos de la tentación de un nuevo nacionalismo; de la fascinación de lo autoritario; de la desconfianza, el aislamiento y la hostilidad entre las naciones; del odio y la instigación al odio, de la xenofobia y el menosprecio de la democracia, porque no son más que los fantasmas de antes disfrazados de otra manera”.

Las películas “La lista de Schindler” (1993), de Steven Spielberg, y la película “El pianista” (2002) de Roman Polanski son las obras cinematográficas, basadas en hechos reales, más completas para entender lo que sucedió en los guetos de Cracovia y Varsovia durante la II Guerra Mundial (también recomendamos el excelente libro “El drama de Varsovia” de Casimiro Granzow de la Cerda, duque de Parcent, sobre su experiencia en la Legación de España de 1939-1944, del que su nieta Miriam Granzow de la Cerda nos recomendó su lectura)7. Sin embargo, no debemos olvidar que diplomáticos españoles también salvaron a miles de sefardíes en Atenas, Budapest, Burdeos y Lisboa a través del Real Decreto de 20 de diciembre de 1924, porque obtuvieron la nacionalidad española y no fueron asesinados (vid el Preámbulo de la Ley 12/2015, de 24 de junio, en materia de concesión de la nacionalidad española a los sefardíes originarios de España, que nos reconcilia con la historia, porque como afirmó el Papa Pío XI [1922-1939] “El antisemitismo es inaceptable. Espiritualmente todos somos semitas”8; recomendamos también la Encíclica “Mit brennender Sorge” que supuso una implacable crítica al nazismo en 1939). Por último, el mejor documental es “Shoah” (1985), del director Claude Lanzmann, que está estructurado en entrevistas a los protagonistas durante diez horas.

Bibliografía

ARENDT, H., Los orígenes del totalitarismo, Alianza Editorial, Madrid, 2006.

DA COSTA, M., El cine del III Reich. Desmotando el cine nazi en 50 películas (1933-1945), Notorious Ediciones, Madrid, 2016.

FERNÁNDEZ CARBALLO-CALERO, P. (Dir.), Derecho Mercantil y Cine, Thomson Reuters-Aranzadi, Cizur Menor, 2016.

GILBERT, S., La música en el Holocausto, Eterna Cadencia, Buenos Aires, 2010.

GRANZOW DE LA CERDA, C., El drama de Varsovia, Espasa, Barcelona, 2020.

MOLINS, J., Artistas en los campos nazis, Nagrela, Madrid, 2019.

SHERRATT, Y., Los filósofos de Hitler, Ediciones Cátedra, Madrid, 2014.

SPEER, A., Memorias, Acantilado, Barcelona, 2001.

ZWEIG, S., El mundo de ayer. Memorias de un europeo, Acantilado, Barcelona, 2002.

1. Vid. FERNÁNDEZ CARBALLO-CALERO, P. (Dir.), Derecho Mercantil y Cine, Thomson Reuters-Aranzadi, Cizur Menor, 2016. Este libro tiene su origen en dos excelentes Ciclos de Cine y Derecho Mercantil que se organizaron entre 2012 y 2014 en la Facultad de Ciencias Jurídicas y del Trabajo de la Universidad de Vigo, y se ha convertido en el libro de referencia internacional en esta especialidad de Derecho Privado.

2. Vid. DA COSTA, M., El cine del III Reich. Desmontando el cine nazi en 50 películas (1933-1945), Notorious Ediciones, Madrid, 2016.

3. Vid. ARENDT, H., Los orígenes del totalitarismo, Alianza Editorial, Madrid, 2006 y ZWEIG, S., El mundo de ayer. Memorias de un europeo, Acantilado, Barcelona, 2002.

4. Vid. SHERRATT, Y., Los filósofos de Hitler, Ediciones Cátedra, Madrid, 2014.

5. Vid. SPEER, A., Memorias, Acantilado, Barcelona, 2001, pág. 212; recomendamos la lectura de este libro porque es imprescindible para comprender el nazismo.

6. Vid. GILBERT, S., La música en el Holocausto, Eterna Cadencia, Buenos Aires, 2010; sobre el arte en los campos de concentración vid MOLINS, J., Artistas en los campos nazis, Nagrela, Madrid, 2019.

7. Vid. GRANZOW DE LA CERDA, C., El drama de Varsovia, Espasa, Barcelona, 2020.

8. http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_16031998_shoah_sp.html.

El nazismo a través del cine jurídico

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