Читать книгу Los almirantes Blanco y Cochrane - Gustavo Jordán Astaburuaga - Страница 9

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Introducción

En el 2018 se cumplirán 200 años de la creación de la Escuadra Nacional y de su primer zarpe. Estas celebraciones bicentenarias, iniciadas en 2010, que proseguirán hasta 2026, parecen ser el momento propicio para revisar los hechos que resultaron en que el territorio más alejado y pobre del Imperio español se convirtiera en una entidad política viable: la República de Chile.

Estimamos que estas conmemoraciones, hasta la fecha, no han sido adecuadamente aprovechadas para revisar temas y figuras claves como lo fueron la Junta de 1810 y los primeros gobiernos autónomos, José Miguel Carrera, la Patria Vieja, sus campañas militares, la Reconquista española, el rol de O´Higgins, entre otros, que son hechos que marcaron al país para siempre, que merecen una nueva mirada cada cierto tiempo, para reafirmar nuestras convicciones, valorar nuestras raíces y permitirnos proyectarnos hacia el futuro como país.

Hasta la batalla de Maipú la guerra había sido terrestre, transformándose en esencialmente naval a contar de esa fecha. Chile siempre ha sido un país de condición geográfica esencialmente marítimo: somos una isla geopolítica, limitada por los desiertos del norte, la cordillera de los Andes y por los mares del sur y del oeste, de esta manera la forma más eficiente de asegurar la independencia de Chile era ganar la guerra naval e invadir vía marítima, con un Ejército Expedicionario, al Perú, el centro del poderío español en Sudamérica.

La historia nos ha enseñado que es imposible improvisar el poder naval, por eso es que hasta el día hoy nos sorprende cómo Chile logró conformar y armar una Escuadra en solo seis meses, que pudo triunfar ante la fuerza naval que la Armada española tenía destinada en el Océano Pacífico, siendo aquella, pese a estar en decadencia, la tercera marina del mundo en importancia de aquella época, al menos en número de buques de guerra en servicio.

Las victorias de la Escuadra en la Guerra de la Independencia son logros nacionales trascendentes que hasta hoy en día sobresalen por su magnitud y relevancia, habiendo generado valiosas tradiciones que se han convertido en un legado invaluable señalando el rumbo a seguir de la Marina de Chile por dos siglos.

La clave de esta historia increíble está en los hombres: la visión marítima y estratégica de O´Higgins, la eficiencia demostrada por el Ministro de Guerra y Marina Zenteno, y las cualidades de mando y liderazgo demostradas por los dos primeros almirantes que tuvo nuestra Armada: Manuel Blanco Encalada y Thomas Alexander Cochrane.

Lo más complejo de la creación de la Escuadra fue el reclutamiento y entrenamiento de sus dotaciones, las que estuvieron conformadas principalmente por oficiales extranjeros y, mayoritariamente, por marineros chilenos, sumados a casi 300 marineros extranjeros. En este libro se rendirá un justo homenaje a los primeros marineros y soldados de mar chilenos, en un principio inexpertos, y luego fogueados en los rigores de la campaña, disciplinados a la vez que valerosos, y díscolos en otros momentos por entendibles razones.

El presente libro también busca destacar un aspecto clave en la historia de Chile: la importancia de la guerra naval en la independencia de nuestro país y en el devenir de la Marina de Chile, por lo tanto otro de los objetivos que motivó la realización de este libro es simple: reunir, en un solo volumen, un relato analítico y crítico de la guerra naval en la Independencia de Chile. Lo anterior va aparejado de un esfuerzo bibliográfico amplio, consultando fuentes nacionales, españolas, peruanas y de países angloparlantes, algunas muy poco conocidas en el país y otras de reciente data e inéditas, las que en su conjunto amplían insospechadamente la riqueza y complejidad del tema tratado.

Esta obra también se ha centrado en las dos figuras capitales de la guerra en el mar en el período 1817-1826: los almirantes Cochrane y Blanco Encalada, con un espíritu igualmente innovador. No solo se explican los hechos históricos en torno a estas figuras ilustres como protagonistas únicos, sino como ejes útiles para mejor explicar y exponer procesos que tienen un origen, desenvolvimiento y resultado en el largo plazo. Plazo aún más extenso si se considera las largas vidas de estos líderes, y que, por lo tanto, abarcaron varias épocas.

Por otro lado, nuestros personajes-ejes, Cochrane y Blanco, están tratados en toda su humanidad, con sus luces y sombras, virtudes y defectos, considerando sus momentos de triunfos y fracasos, propios de existencias por lo demás notablemente longevas para la época. Sus biografías, algunas de ellas poco conocidas en nuestro medio, nos permiten conocer sus vidas más allá del mencionado período de las campañas de emancipación y nos ayudan a entenderlos mejor.

En lo que respecta a las operaciones navales en sí, la narrativa y análisis a que hemos hecho referencia incluyen hipótesis y análisis alternativos de cómo pudieron haberse desarrollado los hechos en otras circunstancias como, por ejemplo, los riesgos que debió afrontar la inexperta Escuadra Nacional en su primer zarpe. También se incorporan, creemos que, por primera vez en una obra de origen chileno, las visiones y puntos de vista de los enemigos de entonces, los jefes políticos y militares españoles, y sus reacciones ante la creación del poder naval chileno prácticamente desde la nada.

Una visión crítica de la actuación de ambos bandos se expone especialmente al momento de hacer un balance de las campañas navales, analizando sus aspectos estratégicos y logísticos.

Hemos querido utilizar en este texto abundantes citas de los protagonistas y de estudiosos de estos temas, de manera que el lector pueda evaluar en forma directa los hechos y las motivaciones que los originaron, como asimismo las dificultades que se debieron vencer para lograr la victoria final.

Lo anterior, no impide rendir un tributo a las figuras protagónicas y a quienes las secundaron. Así, Cochrane se renueva como una figura relevante de la historia naval universal por sus excepcionales capacidades estratégicas y de innovación en el arte de la guerra en el mar, como lo siguen reconociendo sus biógrafos hasta nuestros días; y por su parte, Blanco Encalada se perfila no sólo en su dimensión de un valiente oficial de marina y caballero, sino también como un estadista, uno de los artífices de la República, condición que quizá no le ha sido suficientemente reconocida. También destacaremos a un tercer nombre, a George O’Brien, el primer héroe naval chileno, injustamente olvidado.

Estimamos que la producción bibliográfica nacional para conmemorar el bicentenario de la república ha sido bastante escasa hasta la fecha, lo que no deja de sorprender si se piensa que se trata de acontecimientos fundamentales, que marcan a un país para siempre, y que merecen una nueva revisión cada cierto tiempo.

Desde nuestra mirada, esperamos contribuir con esta obra al proceso de revisión histórica de la Guerra de la Independencia, a través de un tema que paulatinamente nos fue conquistando y apasionando, como lo fueron las campañas navales de Blanco y Cochrane al mando de la Escuadra Nacional.

“El tiempo es como el barniz de los hechos memorables. Pone de relieve su alcance, descubre todos los resortes que los produjeron, destruye las preocupaciones, a veces arraigadas, de los contemporáneos, señala a los actores el puesto que en justicia les corresponde”, escribía en 1888 el periodista y corresponsal de guerra Eloy T. Caviedes, al comenzar su extenso relato sobre el Combate Naval de Iquique, acaecido nueve años antes.

Nosotros, con la perspectiva mayor de casi dos siglos, aspiramos que este tiempo transcurrido, sea también el barniz que haga resaltar en toda su trascendencia la épica de la guerra naval y la importancia de la Marina en la emancipación de Chile y Perú, y en el futuro de Chile como país independiente.

Los autores

Los almirantes Blanco y Cochrane

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