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PRÓLOGO DE SCOTT JUREK

EL ATRACTIVO DE CORRER ULTRADISTANCIAS SE DEBE EN parte a su elenco tan singular, lleno de personalidades tan originales, y a la acogedora sensación de comunidad que transmite. Si no fuese por el ecléctico grupo de influyentes y alentadores amigos, yo no creo que hubiese llegado nunca a dar el gran paso que di al correr mi primer ultramaratón.

Hal Koerner es, sin duda alguna, uno de esos personajes, a quien además tengo el orgullo de considerar un viejo amigo. No soy capaz de recordar si fue en una montañosa carrera de 50 kilómetros, en Virginia, o en otra de 80 kilómetros, en Arizona, con caminos repletos de piedras, donde me encontré con Hal por primera vez. Él era un alto y desgarbado chico de Colorado que llevaba la gorra tan encajada en la cabeza que apenas se le veía la barbilla, pero bajo la visera se podía ver siempre, invariablemente, esa amplia sonrisa que mostraba constantemente, sin importarle el esfuerzo que estuviéramos efectuando para subir alguna cuesta empinada. ¡Era algo casi inquietante! ¿La otra característica de Hal? Su indiscutible tranquilidad. Por la mañana, cuando empezaban las competiciones, apenas lograba llegar a la línea de salida antes de que sonase el disparo inicial. Sin embargo, independientemente de lo tarde que fuese, no se ponía nervioso en absoluto, mientras dedicaba un rato a tomar un poco de café y a encontrar su botella de agua y sus gelatinas en el último minuto, y después se apresuraba a dirigirse a la línea de salida sonriendo. Lo más típico de Hal es que nunca parece preocuparse por los pequeños detalles, excepto en lo relativo a elegir su indumentaria para competir. ¡Su kit de competición consistía siempre en una camiseta con un estilo que ni los más fanáticos de la moda podrían superar!

Durante quince años, Hal y yo hemos compartido muchos kilómetros por caminos, tanto compitiendo como entrenando. Y a pesar de todos los años que han pasado, no ha cambiado casi nada. Hal sigue siendo ese chico de fácil trato cuya sonrisa puede tranquilizar a cualquiera, pero que puede hacer un giro repentino para ganar y emplearse a fondo cuando más falta hace.

En esta guía utiliza ese mismo estilo desenfadado, pero enfocado a la competición. Independientemente de que seas un ultracorredor principiante o un experto veterano, los prácticos consejos de Hal te aportarán la confianza que necesitas para poder llegar a la línea de meta, o para conseguir un mejor registro personal. Él ofrece la sabiduría que ha adquirido gracias a mucho esfuerzo, en todos los aspectos, desde realizar un descenso correctamente, hasta qué hacer si te encuentras con animales salvajes en medio del camino. Incluye secciones especiales, como por ejemplo sobre la depilación y –sí, es cierto– sobre su «kit multiuso». ¡Pero dejaré que sea el propio Sr. Koerner quien tenga el honor de explicar estos dos detalles!

El compendio de sabios y prácticos conocimientos que contiene esta guía es lo que ayudó a Hal a conquistar el podio en numerosos ultramaratones, incluyendo dos victorias consecutivas en la carrera Western States 100*. Hal es aplicado y tan «ultra» como puede; de eso no hay duda. Y, no obstante, aunque pueda citar estadísticas sobre ultramaratones como el mayor empollón de los entendidos en el tema, la sencillez de su planteamiento y el hecho de poder mantener la cabeza fría son las características que le han sido de mayor utilidad en los eventos más agotadores y competitivos de este deporte.

Lo que más me gusta de Hal es su estilo seductor, amante de la diversión, siempre tan bienvenido en el camino. Este rasgo está muy presente en este libro, y le ayuda en todo momento, como si fuera su whisky favorito. Pero él ofrece algo más que buenos consejos. Una buena orientación y unos programas bien expuestos pueden ayudar a cualquiera a entender mejor y a participar en nuestro deporte; y, no obstante, lo cierto es que correr ultramaratones es una práctica demasiado voluble y particular para poder establecer reglas inalterables. Se dice que «correr un ultramaratón es, en un 90 por ciento, mental, y el otro 10 por ciento… también». Normalmente, una mente fuerte es mejor que unas piernas fuertes. Hal lo sabe. Este libro te proporciona conocimientos esenciales y muy prácticos; pero, lo que es más importante, ganarás confianza en ti mismo, un factor que puede llegar a ser tu mayor aliado durante los inevitables momentos críticos de cualquier ultramaratón.

A pesar de la exhaustividad con que están expuestos todos los temas, debo reconocer mi decepción por la no inclusión de una sección sobre cómo prepararse para –y recuperarse de– las largas fiestas posteriores a las competiciones. En ellas, Hal es el amo supremo, ¡algo en lo que estará de acuerdo cualquiera que haya intentado competir con él también en las fiestas posteriores a las carreras!

Yo, al igual que Hal, creo sinceramente que cualquiera puede correr un ultramaratón, y si sigues sus consejos no sólo lograrás terminar uno, sino que te divertirás mucho durante el recorrido. Así es Hal: totalmente comprometido con la labor que tiene entre manos, pero también completamente decidido a disfrutar del trayecto. De verdad, espero que nunca olvides esa lección y que disfrutes de tu propio camino. Y en esos momentos en que nos encontramos con el ánimo por los suelos y en que parece imposible lograrlo; en esos momentos en lo que te preguntas si tienes algo más que dar, busca en tu interior. En eso consisten los ultramaratones.

¡Sigue buscando en tu interior!

* Nota del Traductor: Se trata de una de las numerosas competiciones que el autor citará a lo largo del libro, la mayoría celebradas en los Estados Unidos, país de origen y residencia de Hal Koerner. Ésta en concreto, que se traduciría como «Estados del Oeste», se mencionará en numerosas ocasiones porque Hal resultó vencedor en dos ediciones.

Entrenar el ultramaratón

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