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INTRODUCCIÓN
ОглавлениеRecorreremos de prisa en este libro las diez repúblicas de la América del Sur. En nueve de estos países el español es el idioma nacional. En la décima república, el Brasil, se habla el portugués, lengua semejante al español. La única parte del continente sudamericano que no puede calificarse de Hispano América es la zona noroeste de la costa, conocida como Las Guayanas. Este territorio se divide en tres colonias: inglesa, francesa y holandesa, que constituyen con las islas Malvinas los únicos dominios de las potencias europeas en la América del Sur.
Para dar idea clara de la América del Sur en conjunto, y de las diferentes naciones sudamericanas en sus relaciones geográficas recíprocas, juzgamos oportuno dividir el continente en cuatro zonas. Esta división será como sigue: la costa occidental; la región del río de la Plata; el valle del Amazonas; y la cuenca del mar de las Antillas, mar que se llama también Caribe o de Colón.
Naturalmente, las fronteras nacionales no coinciden del todo con esta división geográfica. Colombia está limitada por el océano Pacífico y el mar de las Antillas; pero la región de su mayor desarrollo es la que comunica con el mar Caribe, y debemos, en consecuencia, considerarla dentro del cuarto grupo. Asimismo, aunque Bolivia pertenece a dos grupos, siendo su parte más poblada la de los Andes, en el interior, mientras se verifica su comercio por los puertos de la costa occidental, la consideraremos entre los estados del Pacífico.
(1) La costa occidental. Tenemos, en primer lugar, la región de la costa, al oeste de los Andes. De norte a sur se extiende una faja angosta y llana, más o menos de cuarenta millas de anchura. De esta llanura surge repentinamente la elevada cordillera de los Andes.
Las montañas aparecen siempre en la perspectiva y dominan todas las ciudades. En el Ecuador se encuentra el Cotopaxi, el volcán más alto del mundo, y el Chimborazo, que alcanza una elevación de veinte mil cuatrocientos noventa y ocho pies. En la parte meridional del Perú se yergue la cumbre aguda del Misti. Bolivia tiene dos gigantes: Illampu e Illimani. Entre Chile y la Argentina se alza el Aconcagua, la montaña más elevada del Nuevo Mundo.
Esta gran barrera de los Andes ha separado hasta ahora la costa occidental del resto de la América del Sur. El período de aislamiento ha pasado, sin embargo. En 1909 se terminó un ferrocarril del Atlántico al Pacífico, entre Buenos Aires y Valparaíso; y el 15 de abril de 1918 el teniente Luis Candelaria, aviador argentino, atravesó por primera vez los Andes en aeroplano, repitiendo la hazaña el 12 de diciembre de 1918 el teniente Dagoberto Godoy, aviador chileno.
Hay pocos ríos en esta región y ninguno de ellos es caudaloso. Los países del Pacífico no están muy provistos de puertos. Chile tiene el puerto principal de esta costa en la América del Sur: Valparaíso. Arribando por la vía marítima a cualquiera de las demás repúblicas, encuentra el viajero puertos de menor importancia que la capital.
(2) La región del río de la Plata. La segunda zona en que hemos dividido el continente es la del sur, al este de la cordillera, hacia el lado del Atlántico. Ésta es la región de las grandes pampas o llanuras ocupadas por vastos rebaños de ganado de todas clases y por campos de trigo. En el sur el clima es más bien seco; en la parte septentrional las lluvias son frecuentes y los terrenos más fértiles.
A mil cuatrocientas millas aproximadamente al norte del cabo de Hornos, el gran caudal del río de la Plata desemboca en el Atlántico. El Plata está formado por la confluencia del Paraná y del Uruguay; el Paraná se forma por la unión del Paraguay y del Alto Paraná; y el Paraguay recibe en Asunción un gran tributario: el Pilcomayo. De esta manera la parte septentrional de la Argentina, el Uruguay, el Paraguay y la región sudoeste del Brasil se comunican con el Atlántico por el estero formado por la desembocadura del Plata, entre Buenos Aires y Montevideo. Es natural, en consecuencia, que Buenos Aires y Montevideo hayan llegado a hacerse puertos de importancia.
La Argentina y el Uruguay tienen los mismos caracteres y semejantes industrias. El Paraguay, por su situación hacia el norte, es más tropical que los demás países de aquella zona.
(3) El valle del Amazonas. Esta tercera división es la región de las selvas, llanuras y bosques tropicales del sistema del Amazonas, que es el río más caudaloso del globo. Aun cuando esta región es la más extensa de las cuatro divisiones, no ofrece tanta diversidad de clima y superficie como las otras. Es tropical casi en su mayor parte. Las montañas del norte y a lo largo de la costa son bajas, en comparación con los Andes.
El Brasil ocupa casi toda la región del Amazonas. En el norte, las llanuras de Colombia y Venezuela están casi deshabitadas y son muy poco conocidas.
Abundan buenas radas. La principal entre ellas es la hermosísima bahía de Rio de Janeiro.
(4) La cuenca del mar de las Antillas. Entramos ahora en la cuarta división, formada de los dos países que confinan con el mar Caribe: Colombia y Venezuela. Las Guayanas pertenecen geográficamente a este grupo, pero no trataremos de ellas, porque esta obra se refiere únicamente a la América ibérica.
La mayor parte de esta región está bañada por el Orinoco, que fluye en dirección nordeste, atravesando Venezuela, y por el Magdalena, que corre de sur a norte en Colombia. Aquí, como en el Brasil, los ríos asumen importancia esencial. Las comunicaciones ferroviarias se encuentran todavía en su infancia y los ríos constituyen la única vía de transportación.
Tanto Colombia como Venezuela están poco pobladas encontrándose sus habitantes de preferencia a lo largo de la costa y en los valles situados en la margen de los ríos. Sus relaciones comerciales se han establecido, por consiguiente, con los demás países del mar de las Antillas, los Estados Unidos y Europa, más bien que con el resto de la América del Sur.
En lo que respecta a recursos naturales y belleza del paisaje, la América del Sur es muy rica. Incluye gran variedad de climas y producciones. Cada una de estas repúblicas tiene su propia historia, sus problemas peculiares y su vida nacional característica. Hay, por lo tanto, mucho que aprender acerca de la América del Sur; pero en esta breve reseña apenas podemos echar una ojeada a vuelo de pájaro sobre el continente. Discutiremos tan sólo los rasgos característicos prominentes de cada país; y los datos que aquí se obtengan servirán de base para conocimientos posteriores que puedan adquirirse mediante la lectura de periódicos, revistas y obras más extensas.