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CLVIII
ОглавлениеLos Cimanos, pues, enviaron sus diputados a Branquidas, con el objeto de consultar lo que deberían hacer de Páctyas, para dar gusto a los dioses. El oráculo respondió que fuese entregado a los persas. Ya se disponían a ejecutarlo, por hallarse una parte del pueblo inclinada a ello, cuando Aristódico, hijo de Heraclides, sujeto que gozaba entre sus conciudadanos de la mayor consideración, desconfiando de la realidad del oráculo y de la verdad de los consultantes, detuvo a los Cymanos para que no lo ejecutasen hasta tanto que fuesen al templo otros diputados, en cuyo número se comprendió al mismo Aristódico.