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Capítulo V Creación del Programa de Atención Integral Domiciliaria para Personas con Discapacidad
ОглавлениеEn un principio el programa nació netamente de corte odontológico y lo bauticé “En Boca de Todos”, como un juego de palabras porque ahora sí, la odontología llegaba a todas las bocas. A su vez, hace referencia a que empezó a comentarse de él en toda la zona.
Para las personas adultas con discapacidad, en un porcentaje muy alto su primera atención odontológica la obtuvieron a través del programa, porque las familias no los llevaban al consultorio (ni público, ni privado) asumiendo que la atención no se podría realizar.
A los pocos días de incluirse el programa entre las prestaciones del hospital, una enfermera se ofreció para integrarse al mismo. No era una enfermera más, sino que tenía una sensibilización especial por tener un hermano con discapacidad y me dio ese plus que me faltaba. Con esto me refiero a a que tengo la tendencia en los casos que el paciente no puede manifestar dolor a realizar prestaciones más sencillas que las que realizaría en el caso que el paciente pudiera avisar si le duele. Pero tener a alguien que sabe identificar molestia o incomodidad en rostros que a mi criterio no muestran nada, me permitió hacer prestaciones más complejas.
Esto, sumado a algo de suma importancia como lo es el control de signos vitales, control de medicación, curaciones varias, interconsultas y demás funciones relacionadas a la enfermería. Por otro lado, se incorporaron dos médicos como referentes del programa. Todos sabemos que el médico es el recurso humano más caro de salud y en lugares tan alejados de los grandes centros urbanos no solo es difícil conseguirlo sino conservarlo, por eso cuando les propongo formar parte del programa es a modo de referentes a los cuales consultaríamos en los casos en que la enfermera no pudiera solucionar la situación de salud encontrada.
Por otro lado, nuestro hospital es un Hospital Escuela para Estudiantes de Medicina, estando incluido dentro del sistema de residencias médicas de la Provincia y logramos que los residentes que estén asignados a nuestro Hospital participen del programa y nos acompañen a las visitas domiciliarias. De esta manera incluimos un médico de manera presencial en domicilio y por otro lado hacemos docencia al motivarlos y sensibilizarlos con respecto a la discapacidad, ya que en pregrado no tienen ninguna materia referida al tema.
Simultáneamente, se sumó al equipo un compañero de Servicios Generales (Gustavo H.) que resultó indispensable al momento de realizar la contención en pacientes con movimientos involuntarios. Para un odontólogo es de vital importancia sentirse cuidado por sus compañeros al momento de realizar una prestación en pacientes con movimientos involuntarios o con cambios repentinos del humor ya que nuestra integridad física y la del paciente depende de eso, al poder lastimarnos o lastimarse.
Ahora bien, al momento de presentarles el equipo, nombré la participación de varias personas, pero lo cierto es que no se realiza la visita con todos los integrantes del equipo. El número óptimo de personas para ingresar a un domicilio es de tres integrantes, al menos en mi experiencia y en este lugar de la Patagonia donde es muy frio, difícil de calefaccionar y por eso muchas viviendas son de tamaño reducido. Lo último que queremos es una invasión en el domicilio.
Control de Enfermería
Las visitas se programan con una semana de anticipación, siendo el personal de estadísticas/ informes los encargados de avisar los turnos si es en el área urbana y los agentes sanitarios en el área rural. Los agentes sanitarios son nuestros referentes en terreno porque ellos conocen la zona, la gente y por sobre todo la dinámica familiar.
Los dos primeros años, lejos de ser improductivos prepararon el terreno para que madure el programa, ejemplo claro de eso es que la tarea difícil es ganarse el ingreso al domicilio, conocer las rutinas familiares, sus necesidades, conflictos internos y externos.
Cuando hablo de dinámica familiar es algo tan simple como saber a qué hora se levantan para no programarlos en los primeros turnos, a qué hora almuerzan, a qué hora hacen las compras, a qué hora cambian los pañales, las tomas de remedios, a qué hora hay menos cantidad de familia en la casa; todo lo mencionado debe anotarse y tenerse en cuenta a la hora de programar una visita para alterar lo menos posible la dinámica diaria de la familia.
Si utilizamos los criterios antes mencionados, cuando lleguemos al domicilio nos estarán esperando y es muy probable que la puerta se abra incluso antes de tocar el timbre o palmear. Si el paciente es varón va a estar recién afeitado, los pisos se van a estar secando y el pañal recién cambiado; todo eso ocurre porque nuestra visita es un evento esperado para la familia. Es totalmente lógico, a todos nos gusta recibir a la gente con la casa en condiciones: pero toda esa preparación merece de parte nuestra el mayor de los respetos y la mejor forma de demostrarlo es respetando los horarios.
Por todo lo explicado, programar visitas domiciliarias encadenadas una con otra es todo un arte con muchas aristas a considerar además de las mencionadas.
• Hora a la que se despierta el paciente
• Hora de la comida
• Horario de menor cantidad de gente en la casa
• Distancia de la vivienda con la vivienda del turno anterior
• Actividad planeada con ese paciente
• Si le corresponde turno doble
• Tiempo dedicado al cuidador o familiar (la visita es un espacio de escucha y muchas veces de catarsis para el familiar o cuidador).
• Horario de toma de medicación (efectos sedativos)
• Horario habitual de realizar las compras
• Si no cuenta con luz artificial
• Según como este conformado el equipo ese día, si contamos o no con médico, asistente, enfermera
• Estado general del paciente
• Si está bajo cuidados paliativos (son prioritarios)
• Resultados de estudios de laboratorios (dosaje de medicación)
A casi trece años del primer paciente el equipo sigue sumando voluntades: el año pasado se sumaron un nutricionista (Nicolás M.) y una segunda enfermera (Cyntia G.).
La nueva enfermera tan motivada como la primera, con muchas ganas de innovar, muy sensibilizada y sobre todo muy humana al atender y eso se transmite. Por otro lado, el equipo pasó a tener cobertura continua de enfermería, al poder adaptarnos mejor al sistema de guardias rotativas.
En cuanto al nutricionista, ¿qué decir?, me sorprenden los resultados de la combinación nutricionista-odontólogo más allá de lo que podía suponer en un comienzo. Tenemos pacientes que no caminan y su motilidad intestinal se ve reducida, pero con aporte de fibras y leves modificaciones en la dieta de los pacientes puede solucionarlos. Para las familias es muy importante, pero tal vez jamás hubieran consultado por no saber que tenía solución, aunque no todo es tan fácil; al vivir en la cordillera en época de invierno no es tan simple conseguir frutas y verduras. Cuando se logra, no llegan en buenas condiciones y tiene un alto precio, afectando directamente al estado nutricional y bucal.
Por eso es muy importante esta alianza con el nutricionista quien a través de consejería alimentaria e intervenciones directas logra dietas equilibradas para nuestros pacientes, no solo en lo referido a lo nutricional sino también con respecto a las texturas de los alimentos y las distintas formas de cocción y tamaño de porciones.
Se debe considerar que nuestros pacientes tienen edades comprendidas desde los recién nacidos hasta ancianos, y que presentan muy variados síndromes e incluso pacientes paliativos, en cada caso los requerimientos ya sea nutricionales, como la explicación de la consistencia de la comida al momento de la ingesta o la incorporación o eliminación de ciertos grupos alimentarios además de la forma de cocción, implica dietas individualizadas.