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Manuel Dépsi Cológia

Un ejemplo de introspección y fragmentos desechados. (Plagio del plagio)

Aclaración previa: a continuación, se encontrará sumergido como lector —o, por lo menos, chapoteando— en la lectura de unos fragmentos de los que se presume serían parte de un manual para estudiantes de psicología, del cual no hay registro y cuyo texto está escrito con una informalidad atípica, respecto de lo esperado en materia de lectura académica.

“[…] Desfragmentación. Un proceso a través del cual la mente se desmenuza para ser observada, estudiada y diagnosticada. Es cansador pero necesario.

Primero se llenan los filtros mentales con poluciones cotidianas, grelas de la vida. Este paso es quizá el más lento, porque es necesario colmar este aspecto para convertirlo en el combustible que usaremos para lo que sigue.

Luego se aíslan los conceptos caducos, según el criterio de turno, que es conveniente que sea inspeccionado meticulosamente, considerando la lógica y el sentido común como pilares esenciales para la edificación de un nuevo y evolucionado Yo, lo que estaría siendo el fin de semejante empresa. Este paso se podría denominar ‘Etapa de alarmas’, ya que, en el camino de aislar dichos conceptos, la cabeza se va a sentir indefensa, atacada y con un fuerte falso instinto de resguardarse de la agresión casi galopante. Tranquilizarse, por más difícil que sea en ese momento, es menester.

Es solo una de las más difíciles preguntas que uno se podría hacer, la que podría iluminarnos en ese momento, tal vez: ¿quiero evolucionar o quiero estancarme? Decisión, acción, aceptación, trabajo y dedicación.

Posteriormente, el proceso de selección y de limpieza se convierte en un período de integración, ya sea de nuevas energías, de las recicladas, de nuevos valores, etcétera. Una vez alcanzado este momento, la desprotección puede parecer aún más intensa, por la sencilla razón de que nos estamos abriendo al mundo —y su gente— y al planeta. Cuidado, el exceso o desequilibrio en tiempos de apertura puede llevarnos a vivir la vida a través de ojos ajenos. Esta etapa la denominaremos ‘Esponja’.

Pasado el salón de emociones múltiples, empieza el período de asimilación de lo integrado. Es un momento de cierto hermetismo, de maduración de lo absorbido en la etapa anterior; resultando en un (a veces) paulatino asombro y otras veces en una espontánea sorpresa, al reconocerse a uno haciendo cosas que antes no se creía capaz de hacer o no las veía como posibles.

Concluyendo este ciclo que tratamos en los párrafos anteriores, llegamos a la etapa ‘Ipso facto’, se trata de la práctica y requiere perseverancia, disciplina, constancia y meticulosidad (que no se trata de meter lo que sugiere la palabra en ningún lado). Es una etapa que se mantiene en el tiempo y de hecho se suma a futuros procesos; es usada para adoptar o generar hábitos saludables que aporten al autoflorecimiento y a la rectificación.

Ahora bien, en contraposición… […]”.

Aclaración posterior: estos fragmentos fueron encontrados en una de las aulas de la facultad de psicología, escritos en varias servilletas que estaban amorfamente apiladas y tan arrugadas que se las veía contraídas contra sí mismas… hechas un bollo…

Vale agregar, también, que existe el registro de un tal Manuel Dépsi Cológia, matriculado en la facultad de Filosofía y Letras, con fecha de hace unos pocos años.

Marvan Nataccardi

Director de la Biblioteca Nacional

de la Ciudad de Edificios, País Aje-Gris.

Delirios y afines  (Compilación neurótica)

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