Читать книгу Catarsis de la humanidad - Isabel Cortés Tabilo - Страница 15

Minero

Оглавление

Yo no sé de ¿dónde viene? Pero lo que veo es un hombre

que se pierde en las manos de la naturaleza,

la sencillez parece un mito impregnado en él.

Siente que la madre riqueza no vendrá nunca,

aunque en sus sueños, parecen haber nacido con él,

admiro su entrega, su tenacidad, el amor a la tierra.

Yo no sé, ¿quién es? Pero veo en él un aire de tristeza,

absorbido por un paño de esperanzas o tal vez quimeras,

es tan solo su forma de ser, un minero nortino.

Es una fuerza que se percibe cuando se interna en la mina,

sin miedos, valiente, solitario, me confundo con él,

quisiera ser minero, ser tu reflejo fiel.

O, quizás, simplemente, sea mi imagen y no yo la suya

porque cuando él sufre, siento zaherir mi alma,

con lágrimas de vehemencia que envejecen su corazón.

Y se vuelven sobrevivencias cansadas de sudor,

inmerso, a veces, en un mar de ignorancia,

y frustraciones que asoman como ferviente dolor.

Obreros entregados a nuestras minas,

valientes guerreros en los brazos del yacimiento,

amadores de la patria, sus raíces, vividores de la vida.

A veces, muy hombres; otras veces, niños,

más bien jóvenes, enamorados del peligro,

amantes del mañana y del progreso de la nación.

Mineros de corazón.

Catarsis de la humanidad

Подняться наверх