Читать книгу Códigos sagrados - Isabella Valenzano - Страница 10

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Llega la chocolatada al servirles la moza lo saluda, hermosa su novia, señor. Sonríe, gracias, es una amiga, visita Alemania desde Chile.

—Me siento halagada, muchas gracias, ¡exquisito lugar!

—Siéntase bienvenida.

Camina hacia la caja a despedirse. Como siempre todo delicioso. Salude a su madre, Fredy, esperamos una pronta recuperación de su padre. Gracias, seré portador de sus saludos y preocupación.

—Ves lo que pasa cuando te conocen desde pequeño, pensaron que eras mi novia.

—¡No sé si podré con todo esto! Si no nos conocemos, ¿cómo podremos compartir? Jamás he vivido una situación como esta.

—Por favor, Cristina, es por una buena causa.

—¡Está bien, Fredy, no se angustie!

Caminan por el centro en busca una tienda de ropa.

Cristina mira admirada el lugar, los adornos de las vidrieras, hasta el aroma a rosas, es una fragancia diferente su favorita, la vendedora es muy amable, la asesora fantásticamente, aun con los nervios observa todo, para ella el lugar es un sueño, sale del vestidor, cada vez que se prueba se mira al espejo.

Es alta, delgada, cintura pequeña, hermosa figura, cabello largos color almendra, tez blanca, grandes ojos verdes, bella sonrisa, nunca le dio importancia a la moda, al vestir siempre de jeans, camisolas largas uno o dos talles más, para ocultar su figura, la hace sentir más cómoda, el cambio será total.

Desde el asiento Fredy la mira embelesado, con cada prenda que se prueba, no podía dejar de contemplarla cuando la veía sonreír, tomó unas botas de la vidriera, se las acerca a la vendedora Creo que estas combinarán con el color del tapado, fue divertido, ambos terminaron relajándose.

Al salir del lugar se sentía otra persona con su cabellera suelta, un maquillaje muy suave, su imagen había cambiado.

—Eres hermosa, Cristina.

—Para mí es muy incómoda esta situación, no me permites cancelar todo lo que he comprado, no estoy acostumbrada a una circunstancia así. Por favor permítame cancelar la mitad.

—Tranquila, no quiero incomodarte, no me tomaré otras atribuciones. Nunca he vivido una situación así, simplemente incómoda. No tiene valor lo que haces por mí, disfrutar de su compañía en estos momentos es maravilloso.

—Soy yo quien agradece ahora, estar abrigada no tiene precio, mi equipaje era liviano, ¡no pensé que haría tanto frío!

—En estas fechas bebemos vino caliente con especias, para calentar el cuerpo. –

Ya quiero probar, sonrió.

—Hace mucho frío, Cristina.

—Háblame de su persona, quisiera saber más de usted, si no le molesta:

—Ah, no, por favor, no nos tratemos de usted, sonrieron ambos a la vez.

—Soy ingeniero mecatrónica, la mayor de tres hermanas, vivo en Santiago Chile, soy de la sexta región de Colchagua, vengo de familia tradicionalista conservadora, como toda familia alemana chilena.

—¿Existe novio?

—No, después de una larga relación mi novio se recibió de médico. Decidió especializarse en Europa, esperaba que nos comprometiéramos como fue planeado, anunciaríamos nuestro matrimonio en esta Navidad y fue todo lo opuesto, terminamos, nuestros caminos eran diferentes. No me di cuenta a tiempo de que no estaba en sus planes, desilusionada, decidí alejarme de todo en estas fechas.

—Lo siento, trataré de cambiar su estado de ánimo.

—¿A qué te dedicas?, ¿o qué te llevó a trabajar en Chile?

—Soy hijo único, no novia, soy astrofísico. Viajé al desierto de Atacama, a 5000 mil metros de altitud en el Llano de Chajnantor, en la región de Antofagasta, para unirme al Radio Observatorio.

—He escuchado hablar de este gran proyecto, ¿qué te motivó a ser astrofísico?

—Desde pequeño soñaba con las estrellas, me recostaba en mi habitación, amanecía observándolas, era todo tan místico y mágico a la vez.

Al convocarme no lo dudé, es algo fantástico trabajar con este gran equipo de astrofísicos de diferentes países, es el radio observatorio más grande del mundo, son 66 antenas operando, componen un solo radiotelescopio de diseño revolucionario, permite vislumbrar la formación de las estrellas en los albores del universo, obtienes imágenes de estrellas en proceso de nacimientos.

—¡Fascinante! Ahora comprendo por qué no hay novia…

—Siempre he pensado que cuando me enamore va a ser para siempre, se dará en forma natural. No tengo tiempo para otra cosa que no sea trabajo.

—Se podría decir entonces que desde Chile se puede tocar el cielo.

Sonrió.

—Así es son los ojos al universo.

—Te entiendo, Fredy, es apasionante lo que haces. Así me siento con mi profesión, realizada.

—¿Cómo hablas bien Alemán?

—Por mi padre.

—Ahora todo tiene sentido, por qué viajó a Hamburgo.

En el trascurso del viaje conversaron de los diferentes pasajes de la historia. Mitigó sus nervios, ella observaba la ciudad, las construcciones de ladrillos estilo gótico báltico. Increíble, me impresiona, ¿cómo se conserva todo?

En la Segunda Guerra Mundial, no fue devastada, por ser sede de la Cruz Roja. Fue construida en el siglo XII, ha sido sede de la Liga Hanseática Lübeck, fue la reina de la Hansa.

—¿Habrá una historia muy interesante?

—Si conoces el Hansemuseum con sus elementos interactivos, podrás ver escenas históricas y documentos originales, que te ayudarán a conocer nuestra historia.

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