Читать книгу La angustia - Jacques-Alain Miller - Страница 4
PRESENTACIÓN
ОглавлениеEste libro es una introducción al seminario de Jacques Lacan sobre La angustia. Se trata de un comentario de Jacques-Alain Miller sobre este seminario a lo largo de una serie de lecciones que impartió en su Curso del Departamento de Psicoanálisis en la Universidad de París VIII, durante el año académico 2003-2004. Incluye, además, dos intervenciones estrechamente relacionadas con él: una conferencia dada por Miller en el marco de la Biblioteca de la École de la Cause freudienne, y el discurso de clausura que pronunció en el Quinto Congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, en Roma, en julio del 2006.
Este libro es también lo que, en el mundo anglófono, se conoce como Companion Book, un «libro compañero», es un Companion Book to Lacan, un libro que orienta al lector del seminario sobre La angustia de Lacan, recientemente editado en castellano (Buenos Aires, Editorial Paidós, 2006).
El comentario de Jacques-Alain Miller llama la atención por su visibilidad. Para empezar uno sabe lo que está leyendo, se hacen visibles los conceptos y las líneas de fuerza de estas lecciones en relación con los escritos de Lacan, sin disimular su complejidad, y haciendo patente el carácter metódico de una demostración que pone a cielo abierto la perspectiva de toda su enseñanza.
En su modo de leer, Miller despliega el principio que encontró en Coleridge. El poeta inglés escribió: «hasta que no entiendas la ignorancia de un autor, considérate ignorante de su comprensión». Miller enseña de qué manera su relación con la ignorancia de Lacan le permite captar el camino que guiaba su enseñanza1. Más que dar recetas o claves de lectura, hace algo mejor: construir una brújula con la que orientarse en la enseñanza de Lacan. Este libro es una demostración excelente de este proceder.
La parte principal del libro, es «una exposición elemental» de lo que es el hilo principal del Seminario La Angustia de Lacan. En ella, se delinea su estructura y, también, se marca el momento de viraje, de cambio inédito en su enseñanza, la que nos permite conocer «Otro Lacan».
Miller trata de hacer este seminario sorprendente y lo logra produciendo un efecto inesperado entre sus oyentes, un efecto de sorpresa después de señalar la ausencia de la angustia de castración en él: «No estoy descontento por haber conseguido causar cierto efecto de sorpresa en un auditorio, el suyo, el mío, donde se conoce a Lacan, se estudia su enseñanza y se escrutan sus enunciados. He obtenido esta sorpresa al formular, evidentemente para provocarles, que la angustia de castración es la ausencia de ramillete de este seminario».
Esta referencia al ramillete remite al esquema óptico reproducido en «Observación sobre el informe de Daniel Lagache» y con ella no hace sino volver a poner de relieve el vínculo existente entre la angustia y lo imaginario.
Aunque la angustia se produce topológicamente en el yo, es en todo caso una señal que no se dirige de ninguna manera al yo sino, en realidad, al sujeto. En su seminario, Lacan empieza a estudiar el registro imaginario como el lugar donde la angustia se experimenta. Parte del esquema óptico, de la imagen especular y de los trastornos de la relación con ésta, lo Unheimlich del doble, para llegar, finalmente, al momento en que la imagen cobra autonomía y empieza a mirar. La angustia está del lado de lo que colma, del exceso, de la presencia excesiva del objeto que Lacan llama (a). Esta es la razón por la cual Lacan dice que la angustia aparece «cuando falta la falta».
Lacan se apoyó en Freud para decir que la angustia es una «señal de lo real», pero precisa que es señal de un goce que precede al deseo. Para Lacan, la angustia es una señal que es lógicamente necesaria para la constitución del deseo.
Por tanto, ¿qué es la angustia? Ante todo, es el afecto que Freud nos enseña a entender como una señal o, lo que es lo mismo, la angustia tiene como función el ser una señal de un peligro interno-pulsional, subraya Freud, para distinguirla del miedo, que concierne a un peligro externo. La función de esa señal es causar la represión, dando así lugar a la formación del síntoma.
Por su parte, si Lacan retoma la indicación freudiana de que la angustia es una señal de lo real es para hacer un buen uso de la misma como vía de acceso a lo real. Si decimos que la angustia es «un afecto que no engaña» es porque plantea la buena pregunta, aquella del deseo: Che vuoi? Sin la angustia, la vida del sujeto se vería reducida, como en Macbeth, «a sombras, a una historia llena de ruido y sin significado».
Si nos angustiamos es porque no sabemos lo que el Otro quiere de nosotros. La presencia del Otro como tal está en causa y es por esto que Lacan puede decir que la angustia «no es sin objeto».
En estas lecciones se muestra cómo el Seminario La Angustia Lacan hace más legible las evoluciones de la teoría freudiana de la angustia, revelando que la angustia es siempre «presencia del deseo del Otro» como tal.
¿Cómo trata la medicina actual la clínica de la angustia? Básicamente, como una disfunción física. Bastó con que se constatara empíricamente que los inhibidores de los captadores de la serotonina calman físicamente un «síndrome de angustia» para que se concluya que la esencia del fenómeno de la angustia tiene que ver con el destino de la serotonina. En esta perspectiva, la angustia sería una señal, no del sujeto, sino de la neurona.
Lo que queda olvidado tras este enfoque «farmacológico» es que, sólo por abuso de términos, se ha trasladado a una «señal» química el poder de afectar, emocionar y conmover presente en la palabra, olvidando que la significación es un fenómeno que acompaña al significante. Es justamente el misterio de la producción de la significación la que hace que la angustia esté abierta a la interrogación del sujeto.
Si la medicina toma la angustia como un síntoma que debe desaparecer, por su parte, el psicoanálisis sólo considera la eliminación de los síntomas una vez establecida su función y distinguiendo siempre la función de la angustia de la del síntoma. La lectura de este libro ayuda a entender por qué es importante mantener esta distinción.
VICENTE PALOMERA