Читать книгу Pasqual Maragall. Pensamiento y acción - Jaume Badia - Страница 5
PRESENTACIÓN JAUME CLARET
ОглавлениеLa Fundación Catalunya Europa (FCE) tiene encomendada la misión, entre otras, de «analizar y difundir el pensamiento y la acción política de Pasqual Maragall», una labor que desarrolla, sobre todo, a través del programa Llegat Pasqual Maragall. Fue precisamente su Consejo Académico Asesor el que asumió la idea de impulsar una publicación que constituyese un estudio de la obra y las ideas maragallianas, a la vez que realizara una primera aproximación a los materiales archivísticos y bibliográficos del personaje. Los profesores Borja de Riquer y Josep Maria Vallès fueron los responsables de esbozar un proyecto inicial del que, después de ser aprobado por los órganos de la FCE, se me propuso la coordinación en lo que se refiere al diseño definitivo.
Aquella idea inicial se ha materializado en el presente volumen gracias al trabajo, la profesionalidad y el compromiso de los autores que firman los diversos ensayos que lo componen. Se les encargó realizar aproximaciones temáticas siguiendo la evolución cronológica del personaje desde sus años de formación hasta su etapa en la presidencia de la Generalitat, pasando por la de la alcaldía de Barcelona. Cada aproximación temática aporta caras distintas y complementarias de un personaje poliédrico, pero esta no es —insistimos— una biografía canónica, sino un primer mapa de situación, un manual de uso. Se trataba, por así decirlo, de abrir caminos, plantear escenarios, intuir lecturas y proponer interpretaciones para que otros estudios futuros profundicen luego en la complejidad del pensamiento y de la acción política de Pasqual Maragall.
El historiador Joan Fuster-Sobrepere es el encargado de abrir el volumen analizando cómo Maragall efectuó el aprendizaje del poder, institucional y de partido, y de qué modo lo ejerció a partir de un bagaje particular —familiar, ideológico, académico y vivencial— que trasladó a la práctica política. Y quien nos aparece ahí es un político especialmente dotado que, al mismo tiempo, se nos revela como una figura de excepcional honestidad intelectual que, en todo momento, reflexiona críticamente sobre su propia labor.
En segundo lugar, el geógrafo Oriol Nel·lo nos presenta unas vidas paralelas entre la evolución de la ciudad de Barcelona y quien ha sido uno de sus mejores alcaldes. El hecho urbano surge como uno de los hilos de continuidad destacados en su trayectoria, desde su formación académica y su experiencia laboral hasta su papel decisivo al frente de las instituciones barcelonesa y catalana.
Más concreto todavía es el terreno de juego en el que se sitúa el politólogo Quim Brugué: las políticas públicas. O, dicho de otro modo, el ámbito de las acciones y las medidas destinadas a impactar en la vida cotidiana y futura de la ciudadanía. Que las que se desplieguen sean unas políticas públicas u otras diferentes evidencia mejor que ninguna declaración cuáles han sido los fundamentos ideológicos y la continuidad de una determinada concepción de la sociedad por parte del alcalde (primero) y president (después) Pasqual Maragall.
Recoge el testigo el analista Jaume Bellmunt, que indaga en los fundamentos ideológicos del Maragall ciudadano y político. En ese capítulo, nos acercamos a la visión del personaje a propósito de los grandes conceptos políticos —catalanismo, federalismo, socialismo...— para descubrir cómo la presencia de unas continuidades en su pensamiento no ha impedido el replanteamiento constante de las propias posiciones e ideas.
Cierra esos cuatro ensayos temáticos una coda centrada en el discurso de inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Se trata, pues, de un texto breve que, valiéndose del simbolismo del momento y de la alocución en sí, pretende ser, gracias a la pluma de Jaume Badia, una evocación de la figura de Pasqual Maragall en un escenario irrepetible.
Todos tenemos nuestro propio Maragall en mente y guardamos de él alguna imagen determinada vinculada a un hecho, una declaración o un momento. Aun así, la memoria tiende a menudo a confundir contornos hasta el punto de construir recuerdos nuevos, no siempre precisos y, en ocasiones, incluso inexactos. Conscientes de tales peligros, los autores han querido recuperar los textos y las palabras precisas con la intención de restaurar —hasta donde sea posible— al Maragall real, evitando al mismo tiempo tentaciones hagiográficas, lecturas teleológicas y aproximaciones maniqueas. Evidentemente, la selección misma condiciona el relato, pero, seguramente, la proximidad a las fuentes —a los fondos conservados en la FCE, a los archivos personales de los autores y a las diversas hemerotecas y bibliotecas— garantiza una mayor fidelidad. Dado que el objeto de estudio es común y que el universo de referencias es finito, resulta inevitable que algunas citas se repitan y que, en algunos casos, determinados hechos se solapen. Tanto las inevitables reiteraciones como los posibles errores se han intentado reducir a la mínima expresión, pero si, a pesar del esfuerzo, algunos perviven, el único responsable de ello soy yo como editor.
El libro habrá conseguido su objetivo si es capaz de hacer llegar al lector un retrato complejo a la vez que esclarecedor del personaje, y si permite sugerir al investigador nuevos caminos de aproximación a una figura y un momento capitales de nuestra historia: en resumen, si, gracias a las páginas que siguen, se puede comprender mejor nuestro pasado reciente y, sobre todo, se incide en nuestro debate sobre el presente y el futuro. Y todo ello, sin voluntad alguna de caer en lecturas tramposas e interesadas, ni de sustituir el despectivo concepto de «maragalladas» por loas acríticas, sino poniendo en valor un pensamiento y una acción políticos. Si coincidimos con Ralf Dahrendorf en que la clave para asegurar la prosperidad, la civilidad y la libertad de un pueblo pasa por «fortalecer, y en parte reconstruir, la sociedad civil» (1996: 77), resulta evidente la pertinencia de recuperar el pensamiento y la obra políticos de alguien tan comprometido con la civilidad como Pasqual Maragall.