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Miércoles 9 de octubre de 2019 Dejando C.V.´S
(ya habrá tiempo para disfrutar)

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Bordeo el River Liffey, subo por la O’connel Street, vuelvo a bajar, me desvío por la Dame Street y subo nuevamente: voy dejando CV’s por diferentes lugares, especialmente ¡en bares! La zona de The Temple está llena de los mejores Pubs (las clásicas tabernas) que uno podría encontrar en todas las ciudades a las que pueda ir: son muy agradables, con esas barras circulares o semicirculares de roble de alta calidad y ese aroma a madera que se mezcla con ese otro olor que queda inevitablemente en los típicos lugares donde la gente va a divertirse o a tomar bebidas con alcohol. También huelen a frito o a comida potente. En muchos de ellos suelen estar zapando o guitarreando en pequeños escenarios con los que, no todos, pero si algunos de los pubs, cuentan. La música que tocan no siempre es gaélica o celta; muchos hacen covers de bandas de rock (inglesas o norteamericanas) o de clásicos. Si uno tiene tiempo para quedarse a disfrutar, ya sea en compañía de alguien, solo, o, mejor aún, disfrutando de una Guinnes, pasarla bien es una consecuencia milagrosa. Los mozos son muy cordiales y cosmopolitas (con la salvedad de un único estúpido que me trató muy mal en un pub cercano al museo de rock). A veces, como ahora, me surge como un leve sentimiento de bronca por no poder quedarme a disfrutarlos: en estos días estoy más pendiente de conseguir un trabajo y terminar con todos los trámites para poder currar en forma legal. Hoy, por ejemplo, repartí más de treinta currículums: entré a los bares a dejar una copia en cada uno con la estrictísima política en mi mente de que sólo volveré a esos lugares, siempre y cuando, ya me encuentre trabajando. Si no, no podría disfrutar de lo que describí como disfrutable. Recuerdo que en mi época de estudiante, ir al cine o ir a tomar una cerveza un día antes de rendir era perder el tiempo dos veces: la primera por no terminar de disfrutar del todo ya que sabes, desde el comienzo, que al otro día tenés que rendir (además, al escabiar, estás cediendo concentración para hacerlo al 100%), y segundo porque gastas esas últimas horas de estudio en un “esparcimiento” que no terminarás de esparcir. Pues entonces, esta semana me dije…: “hoy a mi deber, mañana a ¡mí beber!”.

Ah, lo olvidaba: ¡ya tengo el PPS Number!

Manuscritos grabados a base de Motorola en los Confines de la Isla Esmeralda

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