Читать книгу Los que regresan - Javier Peñalosa - Страница 15

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Lo que amábamos se movía también hacia adelante, como nosotros, con nosotros. Había ternura en la forma en que pesaba la luz y en los rastros que habían dejado los animales. Cedíamos a la misma fuerza que abre los botones de los nísperos y que dobla y quiebra las varas.

Yo repetía el sonido de mis nueve sílabas y por un momento sentí que podía llamar a los árboles por su nombre.

Los que regresan

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