Читать книгу Los que regresan - Javier Peñalosa - Страница 20

Оглавление

Pero los paisajes también conservan lo que sucede en su extensión.

También las piedras guardan el fuego y a fuerza de agua o viento se pulen.

Si los animales duermen ahí, si ahí crece un cardo o madura una fruta; si un grupo de personas atraviesa el cerro en la madrugada, el territorio como una vasija se va llenando hasta que ya no puede contener, y se derrama.

Los que regresan

Подняться наверх