Читать книгу Mensaje urgente a las mujeres - Jean Shinoda Bolen - Страница 15

Desvelos maternales; derechos de la mujer; primera ola del feminismo

Оглавление

Las mujeres quieren un mundo en el que sus hijas e hijos estén a salvo, un mundo en el que ellas mismas no vivan con miedo. Esto nunca sucederá, a menos que las mujeres como género intervengan activamente y participen de lleno en determinar el destino de la Tierra y de la vida que hay en ella. Con vistas a este fin, es valioso todo esfuerzo por afianzar y educar a las mujeres, así como hacer que cualquier vecindario y cualquier escuela sean lugares más seguros. Para que la paz se haga realidad, las mujeres tienen que reunirse, aprender unas de otras, y luego realizar una labor con los hombres con el objetivo de poner fin a la idea de que la violencia es el medio de ganar las discusiones, o de hacerse con el poder –en el hogar y en el mundo–. En los últimos años, las mujeres estadounidenses han apelado expresamente al instinto protector maternal y a los lazos de hermandad, y les han dado un papel activo. Resultado de ello es el MADD –Mothers Against Drunk Driving [Organización de madres contra la conducción en estado de ebriedad]–, que ha influido en las leyes, en las sentencias, y ha creado el programa “designated driver” [designa a un conductor]. La Million Mom March [Marcha del millón de madres], manifestación que exigía que se controlara la posesión de armas, fue promovida por Donna Dees-Thomases después de que un hombre armado con una pistola disparara al azar contra un grupo de escolares. Fue un llamamiento a congregarse ante la Casa Blanca el Día de la Madre del año 2000 con el fin de exigir que se aprobara una legislación sobre el control de armas de fuego. Se presentaron 750.000 manifestantes, mientras que simultáneamente se producían otras 60 marchas en el país, pidiendo «protección para los inocentes»; exclamando «¡Ya basta!», indignadas ante la indiferencia de las autoridades, que están forzando a las madres a convertirse en activistas.

Para hacer oír su voz y ejercer una influencia en el mundo, antes las mujeres tuvieron que mantenerse unidas y hacer frente a las burlas y al desprecio. Individualmente y juntas, las mujeres se vieron obligadas a afrontar las amenazas de violencia dirigidas contra ellas, y estuvieron dispuestas a dejarse arrestar a fin de conseguir su derecho al voto (sufragio). Hicieron falta setenta años de forcejeos políticos para que las mujeres pudieran votar en Estados Unidos, lo cual se logró mediante una enmienda a la Constitución en 1920. En Gran Bretaña e Irlanda, una ley del Parlamento concedió el derecho al voto a las mujeres mayores de treinta años en 1918. El término “sufragettes”, hoy en día respetable, tuvo inicialmente una connotación despectiva, y se utilizó para rebajar la importancia de las mujeres sufragistas (suffragists). Desde los púlpitos se denunciaron sus esfuerzos como contrarios a la voluntad de Dios. Cuando marchaban por las calles se las escupía y ridiculizaba, y algunas eran encarceladas; de entre estas últimas, a gran cantidad de ellas se las golpeaba. Es fácil olvidar que los derechos que hoy damos por sentado son desde el punto de vista histórico muy recientes, y que fueron mujeres fuertes y audaces unidas entre sí quienes hicieron posible que hoy disfrutemos de ellos. El derecho a la propiedad, el derecho a conservar el dinero fruto del trabajo realizado, el derecho a contraer matrimonio sin el consentimiento del padre o de un sustituto de éste, el derecho a recibir una educación, o la derogación de leyes como la que concedía al marido el derecho a disciplinar a su esposa sirviéndose de una vara, siempre que ésta no sobrepasara el grosor de su dedo pulgar, fueron todos ellos hechos que ocurrieron en el contexto de la lucha de aquellas mujeres por su derecho al voto. Ésta fue la primera ola del feminismo.

Mensaje urgente a las mujeres

Подняться наверх