Читать книгу A todo ritmo - Jessa James - Страница 10
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ОглавлениеGenial. Estaba sola. Exactamente lo que no quería.
Ashley y la otra chica, cuyo nombre no podía recordar, prácticamente habían corrido hacia la piscina que parecía infinita y saltaron con ropa apenas habían llegado.
Mary había paseado con ella al principio, pero un chico muy lindo la había invitado a bailar. Al menos tuvo la decencia de dedicarle a Serena una mirada de disculpas antes de seguirlo a la pista de baile.
Los céspedes gigantes detrás de las enormes paredes y la puerta por la que llegaron estaban divididos por un camino que parecía lo suficientemente ancho para que aterrizara un jet. Tal vez eso hacían las estrellas de rock. Tal vez tomaban jets a todos lados...
El camino llevaba directo hacia unas puertas dobles impresionantes, las cuales estaban totalmente abiertas mientras las personas salían y entraban con libertad. Una vez dentro, Serena echó su primer vistazo a la opulencia del lugar. La mansión tenía una escalera flotante que ella pensó que no podría llevar a ningún lado. Aunque debía hacerlo, ya que había contado tres pisos desde afuera.
Directamente detrás de la enorme habitación había un patio del tamaño de la casa de sus padres. Bueno, quizás eso era un poco exagerado, pero no por mucho. Al final había una piscina que contenía al menos 30 personas en este momento.
Los fiesteros eran personas hermosas que la hacían sentir totalmente fuera de lugar.
La música sonaba a través de parlantes invisibles, y las personas estaban tomando cualquier tipo de alcohol que a ella se le pudiera ocurrir.
Serena había recorrido la casa después de perder a Mary en la pista de baile, ella admiraba las ropas espectaculares que utilizaban todas estas hermosas personas. Su boca se secó un poco mientras miraba toda la ropa de diseñador que la rodeaba.
Los hombres y las mujeres vestían de forma impresionante.
Serena había visto a una chica con un vestido que, según su conocimiento, solo estaría disponible en las tiendas de diseñadores exclusivos el próximo mes.
Mientras se maravillaba con las ropas de diseñador de los asistentes, ella se chocó con una pared. De verdad esperaba que nadie lo hubiera notado. Afortunadamente, ella estaba fuera del área principal de la fiesta y se había mantenido en áreas menos pobladas.
Sin embargo, esta pared parecía oler muy bien. Y parecía haberse… movido un poco al impacto…
Se dio cuenta de que no era una pared, era un hombre. Un hombre con los ojos más verdes que haya visto, un suave cabello negro que le caía hasta los hombros y una cara que la… uh, que la miraba con una mezcla de preocupación y un poco de irritación.
Serena podía sentir el calor llenando sus mejillas y encendiendo su cara mientras se sonrojaba como una completa idiota y se congelaba en el lugar.
“Lo siento mucho, no estaba prestando atención. Estaba caminando sin ver. Lo siento mucho. ¿Estás bien?”
La irritación en su cara dio lugar a algo más, o al menos ella lo pensó así. ¿Serena no conocía a este hombre de ningún lugar, así que quién era ella para analizar sus expresiones faciales?
“Sí, estoy bien. ¿Tú lo estás?” preguntó él en la voz más profunda y melódica que haya escuchado. Ahora que tuvo la oportunidad de verlo por un segundo, ella pensó que lucía algo familiar. ¿Se habían conocido antes?
“Sí, estoy bien. Lo siento mucho. No conozco a nadie aquí. Mis amigas desaparecieron en la piscina y en la pista de baile y yo estaba admirando lo que todos están vistiendo e intentando un lugar donde…” Serena se detuvo entonces, dándose cuenta de que estaba hablando demasiado y que él definitivamente no estaría interesado en lo que ella estaba haciendo.
“No conoces a nadie aquí, ¿huh?” Él parecía estarse divirtiendo. Y de nuevo lo estaba haciendo, analizando las expresiones faciales de un extraño. Idiota. Él parecía haber enfatizado la palabra “nadie” y se dio cuenta de que había mencionado en la misma oración que había perdido a sus tres amigas. Así que técnicamente sí conocía a alguien. A tres personas para ser exactos.
“Uh, lo siento. Quería decir que no conozco a nadie más que mis tres amigas desaparecidas.”
“¿En serio?”
“Sip. Y logré perderlas a las tres a solo treinta segundos después de llegar aquí. Soy Serena, por cierto. Lo siento de nuevo. Miraré por donde camino de ahora en adelante. Tal vez me quede en alguna esquina hasta que mis amigas me encuentren y no causarle daño a alguien más”, Serena continuó hablando.
“Rhys. Encantado de conocerte. Serena, ¿cierto?” Él parecía estar esperando algo, aunque ella no sabía qué, así que ella solo asintió para confirmar su nombre.
“¿Cómo terminaste aquí, Serena? No pareces el tipo de chica que usualmente termina en estas fiestas.” Rhys estiró su mano hacia ella y Serena la sacudió automáticamente.
Probablemente debería haberse sentido insultada por su insinuación sobre el tipo de chica que era, pero no lo hizo.
Todo su cuerpo estaba concentrado en la mano cálida que tocaba la suya y la sensación que se estaba esparciendo como un incendio por todo su cuerpo. Aunque ella no vio ningunas chispas cuando se tocaron sus manos, al menos ella comprendía finalmente la analogía.
“Encantada de conocerte, Rhys.” Serena se recordó a sí misma de dejar de mirar esos ojos hipnotizantes, su fuerte mandíbula, las líneas negras de tatuajes que desaparecían debajo de su camisa negra de cuello en V…
“Entonces”, Serena soltó su mano y se forzó a detener su inspección casi pervertida. “¿Cómo terminaste aquí?”
“Me gusta pasear por ahí”, contestó él con una sonrisa curiosa en su cara. Una sonrisa que podría bajarle las bragas en diez segundos a cualquiera de las chicas hermosas que había en la fiesta. Tal vez ella no era una de las personas hermosas de la fiesta, pero sus bragas sí estaban listas para bajarse. Patético, pensó Serena.
“De acuerdo, señor que pasea. ¿Cómo es esta banda? En tu capacidad oficial de alguien que pasea, ¿son ellos tan buenos como parecen? ¿Y si esta es su fiesta, dónde están?”
Esta vez él soltó una risa sincera antes de responder, “Creo que son buenos. ¿Entonces no eres una fanática?”
“En realidad no. Bueno, no lo creo. Escuché música clásica en su mayoría mientras crecía. Últimamente he estado escuchando algo de pop, pero todavía no he comenzado a escuchar rock.”
Él se volvió a reír. Aunque ella no estaba segura de por qué se estaba riendo, ella quería descubrirlo y hacerlo reír lo más que pudiera por la mayor cantidad de tiempo posible. Serena estaba segura de que no había algo mejor que ver o escuchar en cualquier otro lugar o planeta que la risa de este hombre.
“De acuerdo, si quieres saber si Misery es tan bueno como parece, ven conmigo.” Él la agarró de la mano sin esperar su respuesta y la llevó por la escalera, todavía riéndose mientras subían al piso de arriba. Serena se emocionó un poco al volver a sentir esa sensación en su cuerpo cuando él volvió a tomar su mano.
Aquí arriba era más silencioso, pero todavía había algunas personas caminando por el segundo piso. Los sonidos que salían de algunas de las habitaciones que pasaron le dieron una buena idea de dónde estaba la banda. Él no dudó mientras la llevaba con confianza hasta el tercer piso.
Una vez ahí, él la llevó hacia la puerta al final del pasillo. Ahora solo estaban los dos. “¿Estás seguro de que podemos estar aquí?” preguntó Serena escéptica.
“Sí, claro, estos chicos son… mis amigos.” Su cara tenía una expresión divertida mientras murmuraba las palabras.
Él atravesó la puerta que había abierto como si fuera el dueño y ella lo siguió hasta una habitación pequeña y poco decorada.
Él parecía lo suficiente confiado como para subir y nadie lo había detenido o cuestionado, así que ella supuso que estaba bien estar aquí. Aunque Serena sentía que estaba invadiendo la privacidad de alguien.
Serena miró alrededor con curiosidad. La habitación tenía paredes de vidrio en dos lados, revelando una vista que la dejó sin respiración.
Además de la puerta por la que habían entrado, había otra puerta cerrada que parecía llevar a una habitación adjunta detrás de esta. La habitación estaba decorada con una alfombra gruesa, un par de sofás, una mesita de café, un sistema de sonido que parecía de última generación y muchas pelotas de papel cubriendo la mayoría de las superficies.
Él la estaba mirando mientras ella admiraba la habitación y se maravillaba con las vistas, pero para cuando ella volvió a mirarlo, él estaba tocando el sistema de sonido.
“Vamos, ponte cómoda y escucha esto.” Él señaló uno de los sofás cómodos y se sentó frente a ella, al lado del sistema de sonido. Cada espacio de la casa gritaba opulencia, excepto esta habitación. Parecía como una especie de santuario, uno en el cual vivía una persona real.
Justo entonces, un sonido hermoso de un solo de guitarra sonó por los parlantes, seguido de una poderosa voz masculina. Serena escuchó con atención y estaba un poco aturdida cuando los otros instrumentos más ruidosos comenzaron a sonar.
Rhys estaba mirándola atentamente una vez más, haciendo que su estómago se sintiera cálido y extraño y haciéndola desviar sus pensamientos de la música que salía por los parlantes y pensar en el hermoso hombre que estaba al frente. Su mano izquierda y su antebrazo estaban cubiertos de líneas negras de tatuajes que se estiraban por debajo de la manga de su camiseta. Otro tatuaje salía de la manga de su mano derecho. Sus brazos eran divinos, músculos definidos, aunque no eran enormes. Su pecho era amplio y fuerte y sus hombros eran anchos, casi como los de un nadador. Sus ojos los recorrieron para luego mirar su cara cincelada. Él estaba estudiando su reacción con atención, como si estuviera intentando descifrar sus pensamientos y le importara de verdad lo que pensara.
Él levantó una ceja al escuchar su aprobación y una sonrisa apareció en su cara. Pero él no dijo nada. Él le dio algo de tiempo para escuchar y luego comenzó a explicar los acordes, el ritmo, la melodía y otras palabras que fluían sin parar mientras ella se perdía en su voz. Mientras él hablaba de música, la emoción y la pasión que irradiaban de él llenaban la habitación.
Él levantó una guitarra que ella no había visto y tocó un poco con los ojos cerrados. “… ¿lo entiendes ahora?” Serena solo escuchó el final de su pregunta y su columna se enderezó para aparentar que le había estado prestando atención a sus palabras y no a él.
“Sí, algo, creo. Si escuchas con atención no es solo el sonido que escuchas al comienzo, es algo totalmente diferente. ¿Sabes qué otra cosa entiendo?”
“¿Qué?”
“Tienes mucha pasión por la música, ¿cierto? No creo haber escuchado a alguien hablar de algo con tanta pasión como lo hiciste ahora.”
Era un hecho, no una pregunta, pero él no lo negó. En vez de eso, él la miró directo a los ojos, sosteniéndole la mirada y le preguntó en voz baja, “¿Y a ti qué te apasiona, Serena?”
De repente, algo en ella hizo clic mientras lo miraba a los ojos. ¡Por eso lucía familiar! ¡Él era el hermoso hombre del balcón en la gala de caridad la otra noche, estaba segura!
“¿Por casualidad estuviste en una recaudación de fondos de caridad para una fundación de servicios sociales la otra noche?” balbució Serena antes de poder detenerse, pero él no le dio oportunidad de responder.
“Lo siento, ¡esto debe sonar extraño! Es solo que abajo me pareciste conocido y se me ocurrió justo ahora que luces como alguien que vi en un balcón cuando me estaba yendo.”
“Sí, ese era yo.” Él me miró un poco sorprendido por un segundo, pero luego las esquinas de su boca mostraron una sonrisa hermosa y traviesa. “¿Vestido púrpura, cierto?” preguntó él, sus ojos brillando.
¿Me recuerda? Wow, eso es extraño. No soy alguien memorable, así que debe ser mi interrupción lo que debe haber recordado, pensó Serena. Él había estado mirando la ciudad con tanta intensidad… ella se había preguntado lo que estaba pensando, aunque ella nunca le preguntaría.
“Sí, uhm, lamento haberte interrumpido. No estaba prestando atención.”
“Eso parece algo común en ti, ¿eh?” dijo Rhys, divertido y sonriendo con serenidad mientras ella se sonrojaba. “Entonces, Serena distraída con el vestido púrpura, confiesa. ¿Qué te apasiona?”
“Bueno, de acuerdo. Veamos. Hace un par de semanas, probablemente te hubiera dicho que mis padres y quizás alguien más. Creo que lo único que queda después de las últimas semanas es la moda. Me encanta. Eso es lo que estaba haciendo cuando me choqué contigo, mirando toda la ropa increíble abajo.”
“Moda, ¿eh? Eso es genial. Y te llevó hacia mí”, sonrió él. “¿Eso significa que yo te apasiono por extensión?”
Serena volvió a sonrojarse mucho, pero no dijo nada. Solo sacudió la cabeza como si él fuera un loco por haber dicho eso. Serena no lo admitiría, pero él era definitivamente alguien por la cual ella se apasionaría. Él era tan intenso, pero fácil y ella… su voz la atraía, la sacaba de sus pensamientos.
“Suena a que has tenido unas duras semanas si has perdido algo que te apasionaba. Recuerdo esas muy bien…”
“¿En una casa como esta, llena de chicas hermosas y estrellas de rock?” bromeó ella, intentando aliviar la repentina atmósfera oscura. “Se deben pasar malos ratos aquí.”
“¿Entonces te gusta la casa?”
“Bueno, sí. Digo, ¿a quién no? Hace que la casa de Josh, digo, hace que nuestra casa parezca enana y deba irse a la esquina a llorar.”
“Te mudaste con un chico, ¿eh?”
“Sí, pero no de esa forma. Es uno de mis amigos más antiguos. Él me recibió por lástima, así que me está dejando dormir en su segunda habitación por ahora. Tuve una pelea enorme con mis padres porque no me permitían ir a la escuela de diseño… así que tuve que pensar rápido.”
Sus ojos seguían oscuros, pero su voz era más suave. “Créeme, yo no siempre viví así. Los lugares en los que viví probablemente harían que tu casa de ahora luzca como un maldito palacio. Recuerdo un lugar…”
La puerta que Serena no se había dado cuenta de que estaba cerrada se abrió en ese momento, cortando a Rhys a la mitad.
Otro hombre hermoso entró en la habitación y puso una mueca, ella todavía no estaba segura de que pudieran estar aquí.
Este hombre era casi tan algo como Rhys y lucía igual de confiado, pero no era igual de magnético como el hombre que tenía al frente. “¡Te necesito, Rhys, AHORA!” él casi gritó, apenas notando su presencia.
Rhys parecía alarmado, toda su apariencia se puso oscura. “Serena, ¿podrías encontrar el camino hacia abajo? Fue un placer, eres genial. Me gustas. Espero consideres volverte una fanática”, le dijo Rhys mientras cruzaba la habitación y salía por la puerta sin mirar atrás ni una vez.
“¿Espero consideres volverte una fanática?” escuchó ella decir al otro tipo antes de que la puerta se cerrara.
Serena caminó hacia la ventana para admirar la vista por última vez y luego se volteó hacia la puerta para intentar encontrar a sus amigas antes de regresar a casa. Era muy tarde o muy temprano, dependiendo de cómo lo miraras y ella necesitaba ir a su cama.
En la ausencia de la presencia de Rhys, ella se sintió cansada de repente o al menos un poco más ligera después de contarle parte de su historia.
Mientras salía por la puerta, ella miró una pancarta que había estado oculta antes. Letras oscuras con medio marco estaban encima de una fotografía de un grupo de cinco hombres. “Misery”. Así que esta era la banda, ¿huh? La mayor banda del planeta por lo que había escuchado, así que Serena pensó que tal vez debería mirar bien a sus anfitriones ausentes antes de irse.
Mientras se acercaba a la fotografía, ella perdió el aliento por segunda vez desde que entró en la habitación y se sintió un poco mareada.
Mirándola desde el centro de la pancarta estaba el mismo hombre con el que había estado sentado, al que le había contado de su vida. Él parecía ser el hombre principal de la banda. El guitarrista principal de Misery.
Mierda. Se había comportado como una idiota. Sintiendo las lágrimas cerca de salir, Serena huyó de la habitación, bajó por las escaleras y se dirigió a casa sin pensar en encontrar a sus amigas.
Es por eso que estaba en la recaudación de fondos, pensó Serena mientras se dirigía a casa. Misery debió haber sido la banda que donó todo el dinero. Serena nunca había afirmado ser inteligente, pero ahora se sentía como una idiota.