Читать книгу A todo ritmo - Jessa James - Страница 11
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ОглавлениеJosh había estado dormido cuando Serena llegó a casa y ya se había ido cuando Serena despertó. La alegría de ser un adulto trabajador y responsable. Alguien debería advertirles a los niños que dejen de desear crecer rápido, pensó Serena.
Las luces verdes de su alarma le parpadearon. Serena no había dormido mucho, especialmente por la hora en la cual se acostó la noche anterior. Y sin tener en cuenta todo el tiempo que le tomó dormirse a pesar de su cansancio. La humillación seguía doliéndole y parecía ser una entidad viviente riéndose de ella en su pequeña y abarrotada habitación.
Bueno, no era como si lo fuera a volver a ver, así que era momento de una ducha, tal vez un trote y luego a seguir buscando trabajo. ¿A quién estaba engañando? Serena no corría. No al menos que algo la persiguiera y fuera grande y aterrador. Y si no hubiera alguien más que pudiera perseguir. Y solo si ella encontrara algo por lo que vivir y valiera la pena correr hacia ello. Y… no, de nuevo, otra vez no.
Una ducha y a buscar trabajo. Serena agarró una falda suave y cómoda de su closet y se dirigió hacia el baño que compartía con Josh. Solo porque se sintiera mal no significaba que tuviera que mirarlo. Verse bien no significaba estar incómodo.
Serena estaba saliendo de la ducha cuando escucho que tocaban la puerta. “¡Solo un minuto!” gritó Serena, esperando que quien fuera que estuviera ahí la escuchara. Se vistió rápido y cubrió su cabello con una toalla antes de contestar la puerta. Josh debe haber ordenado algo, ¿le había escrito a Mary que había llegado bien a casa? Va a matarme, pensó Serena.
Serena abrió la puerta, su boca lista para decirle una disculpa a su mejor amiga. “¿Yo… Rhys?” Serena parpadeó. ¿Qué?
“No, en realidad soy Rhys. Pero le alegra que lo recuerdes. Compré el desayuno.” Él señaló una caja de pizza en su brazo.
Mierda. De verdad está aquí.
Luciendo, como si fuera posible, incluso más hermoso en la mañana que en el pasillo la noche anterior. Vestido en jeans pegados oscuros, una camiseta negra pegada y gafas de sol en su cabello, sus ojos verdes parecían mirar su alma a través de sus ojos azules.
No había error, era el mismo hombre. Aunque Serena sabía que él no podría haberse dormido antes que ella y probablemente no durmió mucho, él no lucía nada mal.
Como Serena no había podido dormir por su humillación, ella lo había buscado en Google antes de dormir. Los datos básicos que había encontrado sobre la banda en un milisegundo fueron impresionantes. La enorme cantidad de entrevistas en YouTube hacía que pareciera imposible que hayan vivido fuera de cámaras por más de algunas horas en los últimos cinco años desde que salió su primer álbum.
El resumen era:
Nacido como: Rhys Jason Grant. Le dicen Rhys.
Edad: 27
Hermanos: Anders Donald Grant. Sí, Donald.
Años activo: 5 años. Guitarrista principal y voz de apoyo de Misery.
Casi 30 millones de seguidores en Twitter, muchos más en Instagram.
Cinco giras en cinco años. Dos de ellas mundiales. La última terminó días antes de que encontrara a Bryan y comenzara su caída.
Serena planeaba acosarlo un poco más por internet esta mañana. ¿Lo habrá descubierto de alguna forma y habrá venido a evitar que invadiera su privacidad? Serena se preguntó eso por medio segundo antes de darse cuenta de que era imposible.
Serena se recuperó lo suficiente para hacerse a un lado, dándose cuenta de que su cara estaba sin maquillaje y sus pies descalzos y su cabello estaba cubierto por una toalla. Genial. Aparentemente estaba destinada a ser humillada por este tipo.
Él entró en el apartamento y escaneó todo en silencio. “No es tan malo como lo dijiste. Definitivamente un palacio a comparación de algunos lugares en los que he vivido.”
“Uh, gracias. Y por supuesto que eres Rhys. Lo siento, solo estoy sorprendida. Pensé que eras mi amiga Mary a quien abandoné anoche. Gracias por el traer el desayuno. ¿Pero pizza? ¿Y no es que no sea genial que estés aquí, pero por qué estás aquí?” Serena intentó sonar confiada, pero su voz era suave y dudosa.
“La pizza es la comida perfecta a cualquier hora del día. Además, esta es pizza de desayuno, tiene huevos, queso, hongos, tocino, pan… ¿Qué más podrías desear en un desayuno? Y por lo que estoy aquí, vamos a alimentarte primero.”
Él avanzó con confianza hacia la cocina y para cuando Serena pudo mover sus pies y seguirlo, él ya había ubicado los platos y había colocado la pizza en el centro del mostrador de la cocina. Serena agarró una tajada y dudó por un segundo al pensar en una pizza de desayuno antes de morder un poco.
Wow, esto está muy bueno, pensó Serena. Su madre la mataría si descubriera que está comiendo pizza de desayuno, pero ella sacó ese pensamiento de su cabeza antes de que arruinara el momento.
Y el momento era, por supuesto, que un dios del rock y el guitarrista favorito del mundo estaba en su cocina compartiendo su ridícula pizza de desayuno. Él se comió tres tajadas antes de que ella lograra terminar la primera, pareciendo feliz de que ella estuviera comiendo. Él definitivamente era una anomalía.
“Sabes”, comenzó a decir él con suavidad, todavía mirándola comer con una mirada feliz en su cara. “Los chicos y yo hemos estado juntos por algún tiempo. Mucho antes de que Misery tuviera éxito. Anders y yo, probablemente ya sepas que es mi hermano biológico. Pero los otros chicos, aunque no son nuestros hermanos de sangre, ellos son mis hermanos como si compartieran nuestra sangre. Pero felizmente no tuvieron que compartir nuestros comienzos.”
Serena solo asintió. Ella comenzó su segunda tajada de pizza, principalmente para mantener su boca ocupada con algo que no fuera hablar y le dio la excusa perfecta para seguir escuchando. Aunque ella no tenía idea por qué le estaba diciendo esto.
“Milo y yo nos conocimos en la secundaria. En ese entonces pasaba cada segundo con Anders y conmigo. Hemos pasado juntos por muchas cosas. Así que nos quedamos juntos. Conocimos a Jett cuando teníamos diecisiete… sí, cuando teníamos diecisiete. Luc prácticamente nos siguió a casa una noche cuando teníamos diecinueve y se quedó con nosotros. Todos teníamos veintidós cuando ‘Hit the Road’ tuvo éxito. No hemos mirado atrás desde entonces.”
Serena siguió asintiendo, ya no estaba saboreando la pizza, esperaba que él continuara hablando sin tener idea por qué le estaba diciendo esto a las 10:30 de la mañana. Seguramente las estrellas de rock iban a esta hora a la cama. Pero qué sabía ella...
“La cosa es, Serena, te lo dije anoche, me gustas. Me haces sentir, mierda, no sé si esta es la palabra correcta, pero me haces sentir normal. Como si no estuvieras intentando chupármela solo para tener una historia que contar. No parece importarte quién es quién y eso es refrescante.”
Serena estaba completamente sin palabras, aunque estaba comenzando a sentir que tal vez debería decir algo. Ella sentía que estaba yendo a algún lado con esta pequeña historia, aunque todavía no estaba segura dónde. Además, se estaba comenzando a sentir un poco asustada. Y lo que más le asustaba es que también se estaba sintiendo un poco emocionada. Aun así, ella solo asintió. Su boca se sentía seca y la forma en que pasaba su mano tatuada por su suave cabello oscuro no ayudaba para nada.
“La banda se está tomando un descanso de la última gira. Nos descontrolamos un poco en el camino.” Él se volvió a reír y se corrigió. “Digo, algunos de nosotros se descontrolaron más de lo usual.”
Oh, esa risa. Serena esperaba que no fuera nada más que un recuerdo de borracha, pero no, su interior se derretía al escucharla.
“Anoche, cuando te chocaste conmigo, yo estaba pensando en una idea. Una idea para la cual serías perfecta. Eres encantadora y lo suficiente hermosa y lo mejor de todo es que creo que te gustará. Tendrás toda la exposición que podrías desear al mundo de la moda. Los diseñadores estarán babeando para conocerte, para vestirte.”
Definitivamente tenía su atención ahora. “De acuerdo, eso no suena mal”, logró decir Serena, aunque ella seguía sonrojándose por el comentario de su belleza para lo que tenía en mente. ¿Rhys pensaba que ella era hermosa?
“Lo discutí con mi abogado y nuestro representante esta mañana y ambos piensan que funcionará. No conozco a nadie más perfecto para el papel. Será una pura relación de negocios, mi abogado puede crear de inmediato los contratos necesarios. Por supuesto, te pagaré lo que quieras – nos ha ido bien hasta ahora.”
“¿Me pagarás exactamente por qué?” preguntó Serena, esta vez con cautela. Esto estaba comenzando a sonar peligroso y tal vez ilegal.
“No, no. No eso. Me adelanté un poco. Lo que te estoy pidiendo, Serena”, él colocó una rodilla al suelo, tomó sus manos con las suyas y le dedicó esa sonrisa increíble antes de preguntarle, “¿me otorgarías el honor eterno de ser mi novia falsa?”
Serena casi se cayó de su propia silla del shock. Su mente se puso en blanco. Parecía que le hubieran robado la voz, el sentido común y su libre albedrío, todo al mismo tiempo. “¿Po… Por qué?” logró decir ella, un millón de pensamientos pasaban por su cabeza, pero ella dijo las dos protestas más importantes. “¿Por qué yo? ¿Y por qué necesitas una novia falsa?”
Él se quedó de rodillas, sus manos fuertes y con callos tomaban las suyas. “Ya te dije por qué. Te dije por qué necesito esto. Necesitamos algo para calmar a la banda. Los otros chicos no lo ven todavía. Algunos porque todavía no son capaces y otros porque no quieren. Necesito que al menos intenten enfocarse. Esta será la distracción perfecta para los paparazzi. Yo nunca he salido a mencionar que estoy en una relación. La prensa se lo creerá de inmediato. Crearemos una narrativa y las personas se lo creerán. Les dará a los chicos un descanso de toda la atención y yo tendré una novia hermosa por un par de meses.”
“¿Solo para dejarlo en claro, me estás pidiendo que le mienta al mundo para darle un descanso a tu banda?”
“No mi banda, mis hermanos… y sí, eso es exactamente lo que te estoy pidiendo. Pero tendrás muchas ventajas. Me aseguraré de presentarte a todos los que quieras, te pagaré la escuela de diseño. Todo lo que quieras.”
Él seguía de rodillas y ahora todo se estaba volviendo muy bizarro, especialmente mirarlo de esa forma.
Como si él pudiera leer su mente, su voz estaba más baja ahora mientras la miraba, sus ojos verdes penetrantes brillaban y estaban quemando su alma. “Vamos, ¿qué dices? Nunca me he puesto de rodillas por una mujer antes. Nunca pensé que tendría que rogar una vez lo hiciera.”
“Yo…” ella luchó por encontrar las palabras adecuadas. “Bueno, primero, no estás de rodillas de verdad y segundo, esta es una mentira enorme que me estás pidiendo que diga. ¿Al menos podría tener algo de tiempo para pensarlo?”
“Mira, mierda, tienes razón.” Él levantó una de sus manos tatuadas de sus manos, la pasó por su cabello y sus costosas gafas de sol cayeron al piso. Él ni siquiera se movió cuando cayeron al piso.
“¿De acuerdo, qué tal esto? ¿Qué tal si lo intentamos? Sal en una cita conmigo. Una cita antes de que lo decidas.”
Serena respiró hondo. ¿No había decepcionado últimamente a suficientes personas? Él de verdad parecía necesitar su ayuda, así que sin pensar demasiado y sabiendo que podría decirle que no, ella apenas se escuchó decir, “Está bien, una cita. Luego lo pensaré y te lo haré saber.” Su mente comenzó a girar; ¿podría hacer esto?
Él se quedó de rodillas, sosteniendo su mano y mirándola a los ojos por otro segundo, haciéndola sentir algo completamente diferente antes de sacudir su cabeza de forma casi imperceptible y levantarse del suelo.
Él arqueó sus cejas mientras se dirigía a la puerta. “Prepárate para ser impresionada, Serena. No recibo un no por respuesta.” Con eso, él salió por la puerta a hacer lo que hacían las estrellas de rock con sus días.
Sus rodillas se sentían temblorosas mientras regresaba a su habitación. Su cabeza se sentía hinchada con incredulidad. Por otro lado, al menos ella ya tenía una oferta de trabajo por el día. Como ella no tenía ningún otro trabajo emocionante en el resto del día, Serena decidió alistarse para lo que veía como su entrevista de la noche. Serena agarró toda la pintura de uñas que necesitaría para una clásica mani/pedi francés y comenzó a consentirse.
A las tres de la tarde hubo otro sonido inesperado en su puerta. Serena acababa de comenzar a buscar en su closet desordenado para decidir lo que sería un atuendo apropiado para una cita con una estrella de rock.
Serena le había enviado un texto rápido a Mary después de que Rhys se fue, haciéndole saber que lo sentía por haberse ido y que estaba bien, así que dudaba que fuera Mary en la puerta. Aun así, ella abrió la puerta esta vez con más cuidado y se encontró cara a cara con un trabajador de envíos que parecía que tenía suficientes cajas y bolsas para mudar un nuevo inquilino.
“Lo siento, creo que vino al apartamento equivocado.”
“¿Señorita Woods?” preguntó él, luciendo un poco menos aburrido después de haber observado el modesto escote a través de la camisa que llevaba.
“Uh, sí. Soy ella. Digo, soy yo.”
“¿La entrega es para usted, podría firmar aquí, por favor?”
Él le puso un portapapeles en la cara y señaló una línea en la parte inferior en la que quería que firmara.
“¿Lo siento, pero yo no he ordenado nada?” Al ver todo de cerca, parecía que todos los artículos eran de tiendas lujosas en las que no había podido comprar incluso antes de que saliera de la casa de sus padres.
“Señorita, a mí solo me dicen dónde y a quién entregarle las cosas. Usted es la señorita Serena Woods y vive en la dirección en ese pedazo de papel, ¿cierto?”
“Sí.”
“Entonces esto es para usted. Por favor, firme señorita, para así poder retirarme.”
Completamente confundida, ella firmó el estúpido pedazo de papel y él envió una orden de inmediato a alguien que ella no podía ver, “¡Vamos a meterlo todo!” Un hombre apareció del pasillo y los dos hombres metieron todos los paquetes en la sala de Josh en segundos. Mierda, ahora sí iba a matarla.
Serena comenzó a abrir las bolsas apenas se fueron los hombres. Al principio se movió con timidez, pero cuando descubrió los tesoros que tenía, ella comenzó a emocionarse por cada uno.
Estaba prácticamente gimiendo para cuando abrió la última bolsa. Serena nunca había sido fanática de la ciencia ficción, pero se imaginaba que así se sentían ciertos fanáticos del género cuando recibían objetos coleccionables.
Dentro de las bolsas había algunos de los vestidos más hermosos que haya visto, de diseñadores que nunca en sus sueños más salvajes hubiera imaginado que usaría. Serena abrió otra caja, tenía una forma diferente, pero ella estaba ansiosa de seguir viendo zapatos hermosos, aunque solo descubrió que tenía algo totalmente diferente.
Serena movió las cajas y comenzó a chillar de felicidad mientras abrazaba los zapatos que tenía más cerca. Luego abrió otra caja que tenía una forma diferente, estaba ansiosa por encontrar más zapatos, pero esta vez descubrió otra cosa.
En vez de eso, esta caja y otras tres cajas, tenían alguna de la ropa interior más fina que haya visto – incluso en los catálogos que estaba avergonzada de admitir que había visto. Serena vio las etiquetas en cada una y eran exactamente de su talla. Sí, era un poco aterrador, pero ella no pudo evitar sentir un escalofrío por su columna.
La próxima caja tenía una forma diferente. Sin saber qué esperar, ella abrió esta con más lentitud. Lo primero que notó fue un suave sobre blanco con una nota dentro.
Diviértete. Espero que te encante todo.
Te veo a las 8.
-R
Serena dejó la nota a un lado con cuidado, preguntándose si la había escrito él mismo. Olía un poco a él, pero si era honesta consigo misma, seguro que estaba drogada de tantas cosas de diseñador.
Serena levantó el sobre de papel y encontró una botella de perfume que había estado deseando por años, pero nunca había comprado, aunque ella siempre se aseguraba de echarse un poco de las botellas de muestra en su cuello y su escote cuando pasaba por una tienda que los tenía. Al lado del perfume encontró algunos de los mejores cosméticos en la industria.
Serena sonrió. Para un hombre que conocía por menos de veinticuatro horas, él conocía muy bien su estilo.
Le tomó el resto del día, pero ella finalmente escogió lo que pensaba que era el traje perfecto para circunstancias desconocidas y estuvo lista justo a tiempo.
Eran las 8 en punto y hubo un golpe ligero en su puerta. Josh todavía no estaba en casa, así que ella abrió la puerta.
Serena estaba comenzando a sentir que debería llevar un maldito tanque de oxígeno alrededor de este hombre. El estar a su alrededor hacía que le fuera difícil respirar, era casi imposible. Él llevaba unos jeans oscuros y una camisa abotonada del mismo color con mangas enrolladas y sus tatuajes asomándose. Sus dedos ansiaban tocar esos tatuajes, inspeccionarlos y aprender la historia detrás de cada uno...
“¿Lista para ser impresionada?” preguntó él como saludo, cortando cada uno de sus pensamientos.
“¡Nací lista!” mintió ella. Serena estaba dispuesta a apostar que nada lo ponía nerviosa, así que ella estaba desesperada en no mostrar su propio nerviosismo y falta de confianza.
Debe haber funcionado, porque al hacerlo, él agarró su mano y la bajó por las escaleras hacia su motocicleta. No era lo que esperaba. Nunca había estado antes en una motocicleta, pero tampoco había estado nunca en una cita con una estrella de rock. Supongo que hay una primera vez para todo.
Serena aceptó el casco que él le entregó, completamente feliz de haber elegido una simple cola de caballo en vez de un peinado más complicado. Serena se lo colocó y se metió en la chaqueta de cuero negro que él le entregó, luego lo abrazó mientras él aceleraba a través del aire frío de la noche. Claramente el límite de velocidad no aplicaba para las estrellas de rock. Ella colocó su cara en su espalda y se agarró como si su vida dependiera de ello.
Serena no tenía frío, pero estaba agradecida de que finalmente bajó la velocidad. Solo que ahora que el rugido de su motor se había callado y finalmente tuvo el coraje de levantar la vista, una sensación fría apareció en su estómago. Estaban en una fiesta al exterior. Las luces estaban al máximo y la música pulsaba en sus huesos. Esta definitivamente no era su escena.
Sin pensarlo, Serena murmuró, “Yo, uh, no uso drogas. Nunca lo he hecho, nunca quiero hacerlo.” Ella había visto a suficientes estudiantes de su secundaria adictos a esas cosas venenosas y ella no tenía intención de que eso le sucediera. Ni siquiera le gustaba tomar mucho, el vino con Josh fue una pequeña excepción.
“No te preocupes, todo está bien. No hay drogas esta noche.” Él agarró su mano y la llevó a través de la multitud para llegar a un área rodeada por una cuerda y cuidada por hombres enormes en trajes oscuros. VIP, se dio cuenta ella. Todo su cuerpo se sentía encendido al tocarlo. Habían pasado treinta minutos de contacto físico constante entre ellos y su cuerpo parecía estar al borde.
Serena había decidido después de su visita y su búsqueda rápida en Google dejar de invadir su privacidad como cualquier otra fanática y solo permitir que él diga lo que quiera que ella escuche, lo que quiera que ella sepa.
Rhys pasó al lado de los guardias, apenas pausando para levantarles la barbilla como agradecimiento. Ellos siguieron imperturbables y volvieron a colocar la cuerda en su lugar apenas ellos pasaron hacia el área VIP.
Era obvio que los dioses del rock y sus sabores de la semana no los afectaban mucho. El área VIP era mucho más espaciosa y calmada que las multitudes que habían atravesado. Ella no comprendía cómo no habían reconocido a Rhys, hasta que se le ocurrió que nadie esperaría que el príncipe de la guitarra estuviera atravesando las multitudes con una chica como ella.
Rhys escaneó la habitación y encontró el intruso rubio de anoche relajándose en una cabina en la esquina. Serena había descubierto que él era Milo, mejor amigo de la secundaria de Rhys y el hombre detrás del teclado de Misery.
Según los artículos que ella había leído antes de decidir dejar de acosarlos en línea, Milo era tan estrella de rock como Rhys, le daba un sonido único a Misery y era muy popular con los fanáticos.
Aunque Serena no sabía mucho sobre los teclados, lo que sí sabía es que Milo era hermoso. Igual de alto y confiado que su compañero de banda, él tenía ojos azules y cabello corto y ligeramente rizado. Él se puso de pie cuando los vio avanzar hacia él.
Él y Rhys se saludaron con un abrazo incómodo de una mano que señalaba la intimidad masculina. Solo que este no era nada incómodo, ya que ellos se veían genuinamente felices de estar juntos.
Extraño, pensó Serena. Por lo que había visto anoche, ellos vivían juntos y trabajaban juntos, y sin embargo parecían felices de verse.
“¿Está listo, amigo?” preguntó Milo, mirándola.
“Claro que sí, amigo. Bueno, eso creo. El tiempo lo dirá.” Rhys asintió hacia ella.
Ah, por eso era la felicidad. Milo obviamente pensaba que Serena había aceptado de manera irrevocable al “acuerdo” de Rhys.
“Serena, él es Milo. Mi mejor y más antiguo amigo y mi hermano favorito.”