Читать книгу El libro conciso de la punción seca (Color) - John Sharkey - Страница 15
Nivel celular
ОглавлениеGuimberteau y cols. (2010) hicieron observaciones a nivel celular, para lo que utilizaron imágenes fluoroscópicas. Obtuvieron evidencias visuales claras de que la fascia contiene un sistema vacuolar relleno de agua que es capaz de deslizarse independientemente de la frecuencia de contracción del músculo. Por su parte, es capaz de facilitar y soportar los capilares en la fascia. Sharkey (2015) proporcionó imágenes macroscópicas de cadáveres recién congelados y de la fascia profunda que reflejan esta estructura microvacuolar fractal. Además, dichas imágenes revelaron una composición icosaédrica (tensegridad), en la que los elementos fractales se interrelacionan creando un marco o entramado extendido a todo el cuerpo.
Esta estructura es capaz de modificar o mantener el aspecto y la forma dentro de una base fluida, que permite tanto la deformación como el posterior retorno al estado original y mantiene el volumen. Esto crea un entorno estable, pero flexible, que es necesario para que la fascia actúe como medio para la transmisión de la fuerza (Huijing, 2009).
En una muestra de cadáver recién congelada, la fuerza de estiramiento aplicada a los tejidos de la cara anterior del antebrazo evidencia la disposición fractal caótica de la fascia profunda (fotografía de J. Sharkey, 2010).
Este nuevo modelo de estructuras biológicas basado en el concepto de biotensegridad identifica la fascia como el miembro tensional continuo. En un modelo de tensegridad, las fuerzas tensionales continuas (de los tejidos miofasciales) proporcionan un «océano» dentro del que flotan los pilares (en el cuerpo humano, estos «pilares» son los huesos que son continuos, ya que son fascia, aunque virtualmente están separados y no transmiten de manera directa las fuerzas de compresión entre sí). Según describió Fuller en 1961, los miembros tensionales son continuos y distribuyen directamente su carga tensional a todos los otros miembros tensionales.
Interesante imagen que ilustra el entramado tensional omnidireccional que es la fascia. Incluso las fibras musculares constituyen una forma especializada de la fascia. La ausencia de un vector preciso posibilita la adaptación máxima de la estructura en una evolución continua del equilibrio a través de las fuerzas de tensión y compresión. Este es el caos fascial del que con tanta elocuencia habla mi colega Jean Claude Guimberteau (fotografía de J. Sharkey, 2010).
Los océanos fasciales se convierten en mares, lagos, ríos, corrientes y arroyos; la piel y el hueso representan costas marinas opuestas. Las propiedades newtonianas, hookianas y mecánicas lineales constituyen la base para el edificio de todo lo no biológico (Levin, 1995). Esta descripción apoya la imagen recientemente más aceptada de un tejido continuo, ubicuitario en la naturaleza, que conecta la izquierda con la derecha y el arriba con el abajo, rodeando y permeando todo el cuerpo. Los tejidos conectivos derivados del mesénquima proporcionan un entramado de comunicación a todo el cuerpo (Schleip y Muller, 2013).
Esta potente imagen de la fascia superficial (retirada como una estructura continua) permite al terapeuta de los puntos gatillo miofasciales con punción seca hacerse una idea de la continuidad fascial y de la naturaleza ubicuitaria de este tejido que lo rodea todo (fotografía de J. Sharkey, 2010).
La punción seca de los puntos gatillo miofasciales proporciona un mecanismo para restaurar el tono fascial, tan vital para la biotensegridad, y procura el regreso a la homeostasis, con lo que se normalizan los tejidos asociados y conectados con el punto gatillo miofascial. De hecho, la fibra muscular dentro de la que se aloja el punto gatillo miofascial es en sí una especialización de la fascia. Las fibras musculares forman parte de un continuo de la especialidad que incluye todos los tejidos de lo que Stephen Levin y Graham Scarr calificaron como el sistema mesocinético.