Читать книгу El niño filósofo y la ética - Jordi Nomen - Страница 7
Оглавление«Si un libro se puede leer impunemente, no vale la pena tomarse el trabajo. Cuando los libros están de veras vivos, respiran; y uno se los pone al oído y les siente la respiración y sus palabras son contagiosas, peligrosamente, cariñosamente contagiosas…».
EDUARDO GALEANO