Читать книгу Álvaro Obregón - Jorge F. Hernández - Страница 4
OBREGÓN. ENTRE LO PÚBLICO Y LO PRIVADO
ОглавлениеEl filósofo y lexicógrafo francés Émile Maximilien Paul Littré, discípulo de Augusto Comte, al señalar las diferencias entre lo público y lo privado se remontó a sus raíces etimológicas de domesticado y familiaridad. Al respecto, señaló que la “vida privada ha de hallarse oculta” y a manera de glosa sentenció: “No está permitido averiguar y dar a conocer lo que sucede en la casa de un particular”. Es decir, lo privado se opone a lo público. Sin embargo, al referirse al concepto de público concluyó que es “todo aquello que le pertenece a un pueblo y lo que de éste emana” y por ello, en torno a las figuras públicas, afirmó: “En la vida de los grandes no hay nada privado, todo pertenece al público”.
Estas palabras intentan justificar la sustitución —diría George Duby— “de la sociabilidad anónima por una restringida”. Cuando aquello que fue hecho en la familiaridad privada, de pronto pasa a ser público o del “pueblo”. Es en este contexto que se publica, por primera vez, esta imagen en la que el general Obregón aparece desnudo en una playa de Guaymas, Sonora, hacia 1926. Pertenece a una serie de cinco negativos que me fue obsequiada hace más de dos décadas por don Jesús Abitia.
Como historiador, en más de una ocasión me negué a utilizar dichas imágenes por no encontrar un campo propicio en que se consideraran solamente como un “documento histórico”. Es hasta ahora, que se lleva a cabo esta edición, que he decidido publicar esta fotografía. Más allá del morbo que pudiera suscitar, la expongo como un homenaje al caudillo y su lado humano, donde sin cortapisas aparece sin indumentaria militar, de frac o ranchero, como lo ha definido la historia y como todos lo hemos conocido.
También aprovecho para rendir homenaje al fotógrafo Jesús H. Abitia, cuyo trabajo singular da cuenta de la vida de este personaje tan significativo de la historia política del México contemporáneo.
Por último, mi agradecimiento a don Jesús y Violeta Abitia, hijo y nieta del artista de la lente, quienes desde hace mucho tiempo me distinguen con su amistad y generosidad.