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PRIMERA PARTE

APRENDER A DESAPRENDER

Desaprender lo sabido es ahora

mucho más importante que aprender cosas.

EDUARD PUNSET

Uno de los conceptos que más se ha puesto de moda en los últimos años es el de desaprender. No falta quien afirma que no es lo contrario de aprender, sino que desaprender debe llevar implícitos en su definición los conceptos de crecimiento, apertura de mente, enriquecimiento, inconformismo, creatividad…

¿Por qué hablamos de desaprender en un libro sobre la visita al enfermo? Porque, efectivamente, hemos interiorizado y adquirido por costumbre, pos ósmosis o por el proceso que haya sido, modos de visitar al enfermo que no responden a las necesidades de este ni son saludables, sino que, pretendiendo aportar un bien, contribuyen a aumentar el malestar y, en ocasiones, son claramente repetidores de estereotipos incluso ridículos.

Baste pensar en qué sentido puede tener preguntarle a un enfermo de alzhéimer en una visita: «¿Sabes quién soy?, ¿me conoces?». Lo mismo a un enfermo grave con dificultades de consciencia. Claramente, el enfermo, si sanara de repente, nos debería responder: «¿Te has olvidado de que tengo alzhéimer?». O bien: «Pero, ¿no te das cuenta de que estoy con problemas de consciencia?». No digamos cuando a un enfermo agónico alguien le dice: «Pero, ¿no me dices nada, encima de que vengo a verte?». No digamos esas conversaciones sobre temas de entretenimiento, a veces en voz muy alta, en la habitación de un enfermo claramente molesto por dolores u otros síntomas, deseoso de estar calladito, en silencio, o de dormirse y descansar después de una mala noche…

Todos sabemos que los ejemplos citados no son de otro planeta. Forman parte del espectro de situaciones que contemplamos o de nuestro modo de comportarnos en las visitas a los enfermos hechas por las razones que sean.

La propuesta de desaprender consiste en la oportunidad que tenemos de aprender modos adecuados, dejando de lado aquellos que no se ajustan a los objetivos más genuinos de la visita y a las necesidades del enfermo en ese momento. Desaprender no consistirá en dejar del todo los conocimientos, sino más bien ampliar el bagaje cultural con estilos de más importancia o trascendencia para la persona, es dejar abrir nuestra mente a nuevos conocimientos, antes desconocidos, que nos pueden enriquecer enormemente. Es dejar de lado los conocimientos, actitudes, esquemas mentales, separándolos de otros nuevos que ahora cobran mayor importancia.

Así que desaprender es también sinónimo de humildad, e implica tener el coraje de ser crítico con el valor de la experiencia o la costumbre.

La visita al enfermo

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