Читать книгу Growin' Up - José Javier Torre Ruíz - Страница 6
ОглавлениеIntroducción
La banda sonora de mi vida
«Dios, ten piedad del hombre que duda de aquello de lo que está seguro». Para los fans de Bruce Springsteen esta frase no pasará desapercibida y podrán ubicarla sin dificultad en una de sus canciones más conocidas de finales de los ochenta, «Brilliant Disguise». La frase encaja a la perfección para describir situaciones donde una persona duda y deja de estar segura de sí misma, algo que suele sucedernos en los momentos de cambio, o de crisis. Porque en el fondo, los momentos de crisis son invitaciones al cambio y es ahí donde la certeza y seguridad de la vida se tambalean. Es el momento en el que comenzamos a dudar de lo que estamos seguros y necesitamos agarrarnos a algo que nos permita guiarnos entre las tinieblas.
En la sociedad occidental en la que vivimos, la palabra cambio provoca un cúmulo de emociones que van desde el malestar, la incomodidad y el miedo hasta el enfado, el resentimiento o la resignación. Preferimos vivir en un aparente estado de seguridad, huyendo de la temida incertidumbre inherente a cualquier proceso de cambio. Y nos olvidamos con demasiada frecuencia de que en esencia somos cambio y que, por extensión, la vida es cambio e incertidumbre. Desde el comienzo de los tiempos, el mundo se ha ido transformando, cada generación ha tenido que afrontar el embate de los cambios y adaptarse a una nueva realidad.
Los cambios despiertan en el ser humano la emoción del miedo porque los consideramos una amenaza para nuestra supervivencia. Y así, a veces nos descubrimos viviendo una existencia sin sentido, aunque apenas hacemos nada por cambiarla. Sin embargo, pese a que no queramos cambiar, hay momentos en la vida en los que aparecen cambios forzados o impuestos, o situaciones que irremediablemente nos empujan a tomar decisiones y realizar algún tipo de movimiento.
Y llegamos a ese momento sumamente contradictorio del ser humano: queremos transformarnos pero sin pasar por el dolor que cualquier proceso de transformación requiere. Queremos ser mariposa sin ser crisálida.
Cada persona debe ser capaz de labrar su propio camino para alcanzar la transformación deseada, evitando caer en la dependencia de profesionales o amigos que, con la mejor intención, nos ofrecen sus recetas y consejos. La cuestión fundamental reside en ser capaz de convertirte en tu propio coach y liderar tu propia vida. Para conseguirlo necesitas tener una actitud de aprendizaje continuo para ir conociéndote más y mejor y descubrir qué es lo que quieres, dándole un sentido a tu vida. ¿Cómo se consigue tal cosa? ¿Cómo ser cada día un poco más sabio, más experto o tener más conocimiento? ¿Cómo afrontar los cambios y las adversidades que inevitablemente nos traerá la vida cada cierto tiempo? ¿Cómo mantener esa actitud de apertura constante hacia el aprendizaje para afrontar los cambios de la vida? En suma, ¿cómo vivir? ¿Cómo liderar tu vida? ¿Cómo abordar los cambios para vivir mejor?
La respuesta a los «cómos» está en cada uno de nosotros. Aunque resulte tentador querer que alguien responda por nosotros para conseguir la receta mágica que nos haga salir de la incertidumbre, el miedo o el dolor, debe ser cada persona quien recorra su propio camino, respondiendo a estas cuestiones y descubriendo su propio «cómo». Es a través de nuestra experiencia donde aprendemos las lecciones más valiosas. Y esa experiencia procede de muchos ámbitos: la interacción con otras personas, el conocimiento de uno mismo, la formación, la cultura, los errores, los fracasos, los aciertos, los éxitos… Todo suma si sabemos interpretarlo. Toda experiencia nos puede enseñar a vivir mejor, a abordar los cambios sin miedo y a liderar nuestra vida. En definitiva, y modificando la famosa afirmación de Charles Darwin, que sostenía que «ni el más fuerte, ni el más inteligente sobreviviría, sino el más adaptable al cambio», yo añadiría que es el que más aprendizajes es capaz de adquirir en una experiencia de cambio el que sale más reforzado y, finalmente, quien sobrevive para transformarse.
Como decía Descartes en su obra cumbre El Discurso del Método, no me considero ni un maestro ni un guía, ni alguien especialmente dotado y capacitado para vivir experiencias de cambio. De hecho me cuesta afrontar los cambios y moverme de mis creencias o formas de ver la vida. Y en ocasiones me descubro sintiendo envidia de otros que realizan cambios de vida, de trabajo o de pareja con naturalidad y sin ningún tipo de drama. Sin embargo, desde hace unos años y a raíz de una crisis profesional y personal decidí iniciar un proceso de cambio, en parte voluntario y en parte obligado, que provocó un sinfín de decisiones que transformaron mi vida. Lo que encontrarás en estas páginas es un relato personal y autobiográfico con las experiencias y los aprendizajes que he ido viviendo e integrando desde entonces. Y describo ese camino de cambio y transformación a través de algunas canciones de mi cantante y músico favorito, Bruce Springsteen, y con ayuda de algunas enseñanzas de los más grandes pensadores y filósofos que nos han acompañado desde hace 2.500 años. Lo cierto es que no soy ni experto en filosofía ni profesor; simplemente recurro a ella como lector ocasional de citas, ensayos, libros o alguna biografía de estos pensadores. Y he comprendido, precisamente a través de la lectura de estos filósofos, que la filosofía nos puede ayudar a entender mejor el mundo, la vida, las cosas que afrontamos cada día y mostrarnos en qué consiste una buena vida, o simplemente cómo vivir. En suma, la filosofía nos ayuda a conocernos más y mejor, y a saber vivir mejor los cambios para alcanzar la transformación que deseamos.
Sin embargo, el libro que comienzas ahora no pretende ser un recetario universal con el que poder abordar los procesos de cambio y transformación con éxito. Seguramente tampoco son relevantes las historias de las canciones que utilizo de modo introductorio en los diferentes capítulos, ni las reflexiones que nos dejaron estos filósofos. Ni las preguntas e ideas principales con las que concluyo cada capítulo. Y, por supuesto, tampoco mi historia o mi relato. Lo importante es que a través de este libro tú puedas reflexionar, analizar y pensar sobre tu vida, para que te conozcas más y mejor, y puedas hacer una historia de ella, dándole sentido. Decía el filósofo Javier Mazza una frase que me parece acertada para comenzar este viaje:
«Si no nos narramos no sabemos quiénes somos;
si no sabemos quiénes somos, no sabemos qué
tenemos que hacer».
Así que el propósito de este libro consiste en ayudarte a construir tu propia historia a través de un mejor conocimiento de ti mismo y, de este modo, que puedas descubrir por ti mismo qué quieres y cómo alcanzar los sueños que deseas hasta convertirte en aquello que eres. Porque, como sostenía el escritor Joseph Campbell, «el privilegio de toda una vida es ser quien eres», y esa debería ser nuestra primera misión, descubrir quiénes somos, y desde ahí dejar una huella en la sociedad a través de un propósito que dé sentido a nuestra existencia. Esa huella no tiene por qué consistir en llegar a ser una celebridad como Bruce o realizar grandes descubrimientos, ni siquiera ganar grandes sumas de dinero o dejar un legado para figurar en los libros de historia. Basta con que seamos recordados por nuestro entorno, nuestras familias, amigos, compañeros o clientes, aportando un granito de arena al mundo que nos rodea, haciéndolo un poco más habitable. Quizá sea conveniente recordar la frase con la que Bruce comenzaba a interpretar la canción «Born To Run» en los conciertos de la gira de 1984:
«¡Remember, in the end, nobody wins unless
everybody wins!».
(¡Recuerda, al final nadie gana si no ganamos todos!)
Para lograrlo es necesario vivir en una búsqueda continua que nos permita crecer, desarrollarnos, evolucionar… Y detrás de esta idea implícitamente están el cambio y la transformación. Por eso este libro está dirigido a todos los que de una u otra forma se consideran «vagabundos» que, como Bruce Springsteen, necesitan encontrar algo más, que sienten que han «nacido para correr» y que continuarán haciéndolo hasta que alcancen aquello que desean o anhelan. Te invito a que construyas tu propia historia, que des forma a tu relato y que le pongas la música y la letra que tú quieras, al igual que yo lo he hecho con la ayuda de uno de mis grandes referentes, Bruce Springsteen, o simplemente Bruce, como le llamamos sus fans.
«Mi designio no es el de enseñar aquí el método
que cada uno debe seguir para conducir bien su razón,
sino solamente el de mostrar de qué suerte
he tratado yo de conducir la mía».
Descartes