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Capítulo IV
He venido a ayudar a la gente asustada

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Pilar (53) acaba de vivenciar una muerte en una vida pasada en la que ella fue una niña maltratada y abusada. Luego de experimentar la muerte en esa vida, Pilar vuelve a la Luz, pero por poco tiempo.

Sábado 11 de julio de 2009

Terapeuta: Fíjate una cosa, Pilar. Si supieras, ¿para qué tuviste que pasar por esa experiencia de ser una niña maltratada y abusada?

Pilar: Para entender la fragilidad de los niños.

T: Muy bien, fíjate qué pasa cuando vuelves a la Luz.

P: Estoy bien. He de volver otra vez.

T: ¿Adónde has de volver?

P: He de volver otra vez a la Tierra.

T: ¿Y a qué se debe que tienes que volver otra vez a la Tierra?

P: Hay que dar mucho amor; hay muchos niños y hay mucho abuso.

T: Y entonces, ¿qué pasa?

P: Me están diciendo: “si quieres volver, tienes libertad para volver”. Arriba nos preguntan si queremos volver.

T: ¿Y quiénes son los que te preguntan?

P: Son luces blancas, nos preguntan si queremos volver.

T: ¿Y tú qué dices?

P: Digo que sí.

T: ¿Y qué cosa te lleva a decir que si?

P: Es importante volver para ayudar. Hay mucho que hacer, hay que evolucionar, hay que venir.

T: ¿Y cómo vas a ayudar?

P: Voy a ayudar con amor a la gente asustada. Yo sé lo que es estar asustada, por eso puedo ayudar a la gente que está asustada.

T: ¿Cómo esperas ayudar a la gente que está asustada?

P: Llevándolos hacia la luz.

T: Muy bien, y entonces, ¿qué pasa?

P: Vuelvo —con un largo suspiro—, estoy bajando.

T: ¿Cómo haces para bajar?

P: Me acompañan los seres de luz.

T: ¿Y cómo bajas? Cuéntame cómo es eso.

P: Estoy como planeando; estoy viendo la Tierra desde fuera. Me empieza a dar un poco de vértigo, se nos olvidan los propósitos, empezamos a bajar. ¡Ay! ¡Qué vértigo! ¡Ay! Voy bajando… ¡Ay, madre mía! ¡Ay, madre mía!

T: ¿Qué está pasando?

P: ¿Para qué bajaré otra vez? ¡Uy, madre mía! ¡Ay, qué angustia! He cogido la angustia y la desesperación otra vez. ¡Ay, madre mía! —gritando—.

T: ¿Y cómo es que coges la angustia y la desesperación otra vez?

P: ¡Porque soy tonta! ¿Por qué he vuelto? —rompiendo a llorar—. ¿Para qué he vuelto? ¡Madre mía!

T: ¿Y a dónde vuelves? ¿Con quién vuelves?

P: ¡Agj! Veo a mi madre.

T: ¿Y qué cosa te lleva a esta mamá?

P: A ayudarla, mi madre está muy triste y muy sola.

T: ¿Y quién determina que vayas con esta mamá?

P: Creo que yo misma. ¡Madre mía!, si parezco tonta.

T: ¿Y cómo es que decides ir con esta mamá?

P: Porque mi mamá está sola, está angustiada, está fatal y está hecha polvo. Mi mamá está muy jodida y yo me he comprometido a eso. ¡Uyyy! ¡Yo me he comprometido a ayudar a la gente asustada! —llorando—. ¡Vaya mierda! ¡Vaya mierda!

T: Y tu papá, ¿qué cosa tiene que ver con esto? ¿Qué cosa te lleva a tener este papá?

P: Mi papá también está asustado. Grita y se enfada, pero porque está asustado. Está muy jodido este hombre, pero muy jodido, ¿eh? ¡Madre mía, cómo está! “¡Hombre! ¡Qué jodido estás! Estás más jodido que pa’ qué”. ¡Ufff! Y muy débil. Este hombre está muy débil, porque hace mucho este hombre entregó el poder. No es él. Está fuera de él. Por eso está tan jodido. ¡Madre mía! Y yo aquí en el medio. Y he de ser muy fuerte. ¡Vaya mierda! ¡Vaya mierda, colega!

T: Y entonces, ¿qué pasa? ¿Cómo entras ahí?

P: ¡Uf! Entro. ¡Puff!

T: ¿Cómo lo haces?

P: ¡Pues que ya estoy! ¡Qué le voy a hacer! ¡Vaya mierda, colega! ¡Vaya dos que he ido a elegir! ¡Coño! ¡Vaya mierda! ¡Cada uno en su rollo y no se enteran ni uno ni otro! ¡Y yo estoy aquí! Ninguno de los dos quiere tener hijos, porque ya no quieren tener más hijos —suspirando—.

T: Y entonces, ¿cómo vas a hacer? ¿Cómo entras allí?

P: ¡Tsss! Un descuido.

T: ¿Un descuido de quién? Cuéntame cómo es ese momento.

P: Porque mi padre quiere y mi madre no quiere, pero se deja y, en ese momento, yo me puedo colar.

T: Muy bien, ¿dónde estás tú en ese momento?

P: Yo los estoy viendo, estoy fuera.

T: ¿Qué estás pensando en ese momento cuando los estás viendo?

P: Bueno, aquí estoy. Son dos seres muy indefensos.

T: Muy bien, y entonces, ¿cómo te cuelas ahí?

P: Yo me cuelo. Mi madre todavía no se ha enterado.

T: ¿Y qué sientes cuándo estás ahí?

P: Ya estoy intranquila. Estoy dentro y fuera, yo entro y salgo, entro y salgo.

T: Muy bien, y cuando entras, ¿qué sientes?

P: Me parece que siento miedo, porque mi madre está muy mal.

T: ¿Qué le está pasando a tu mamá?

P: Mi madre se quiere ir; está muy asustada de mi padre, de su familia. No quiere esa vida, mi madre no quiere para nada esa vida. Ella está muy desesperada y mi padre está en su mundo y no se entera, pero no se entera de nada, ¿eh?

T: ¿Y qué está pensando tu mamá cuando está asustada?

P: “Me quiero ir, me quiero ir, me quiero ir”.

T: Y tu padre, ¿qué está pensando?

P: Creo que mi padre piensa: “esta mujer es imbécil”.

T: Y todo esto, ¿cómo te afecta a ti? Tu madre que se quiere ir, tu padre que piensa que tu madre es imbécil, ¿qué te hace eso a ti?

P: A mí me pone intranquila, ¿cómo me va a recibir mi madre si se quiere ir? ¡En qué momento he venido! ¡Vaya mierda! ¡Esta se va y el otro no se entera! ¡Ufff!

T: Y cuando estás afuera, ¿qué experimentas?

P: ¡Oh! Me doy cuenta de que no se enteran. Quiero unirlos, he venido para ayudarlos, he venido para unirlos, pero no se enteran, no se enteran. ¡Es que no se enteran!

T: Y entonces, ¿qué pasa?

P: Cuando mi madre se entera de que está embarazada, ¡ufff! ¡Qué angustia tiene esta mujer! Está diciendo: “¡madre mía, lo que me faltaba! Ahora no, ¿por qué me he tenido que quedar embarazada?”

T: Y tú, ¿qué sientes en ese momento? ¿Qué te hace eso a ti?

P: Yo no quiero enterarme, estoy fuera del cuerpo porque afuera los entiendo mejor. Entiendo que ella está desesperada y que el otro no se entera.

T: ¿Y qué dice tu padre cuando se entera de que tu mamá está embarazada?

P: Mi padre dice: “bueno, a ver si es un chico porque ya tenemos dos chicas, a ver si viene un chico”. Mi madre dice: “no, no, no, chicos no”.

T: ¿Qué le pasa a tu mamá con los chicos?

P: Mi madre odia a mi padre profundamente y está aterrorizada de pensar que pueda ser un chico y que sea como él.

T: ¿Y qué te pasa a ti cuando entras y te encuentras con todas esas sensaciones? ¿Qué te hace a ti todo eso?

P: Yo estoy muy asustada, me empiezo a asustar muchísimo. ¡Madre mía, que poquito me lo podía imaginar! Tengo el cuerpo temblando, me estoy ahogando. ¡Vaya mierda, colega! ¡Por favor, otra vez no! Otra vez repetir, ¡no! Estos dos petardos me van a hacer repetir otra vez. ¡Ay, qué catetos que son! ¡Ay, qué padres más imbéciles que me han tocado! ¡Por Dios! ¡Qué catetos que son! ¡Qué angustia que voy a pasar! Hay que joderse, hay que joderse.

T: Voy a contar hasta tres y avanzarás al próximo hecho significativo ahí dentro. Uno, dos, tres. ¿Qué está pasando?

P: ¡Ay, mi padre está muy enfadado!

T: ¿Qué pasa con tu papá que está enfadado?

P: No lo sé, está enfadadísimo y mi madre está angustiada. ¡Ay, coño! ¿Para qué he venido? ¡Vaya mierda!

T: ¿Qué está diciendo tu papá cuando está enfadado?

P: Está muy enfadado, grita. Mi madre se quiere ir y mi padre no quiere que se vaya. Y está gritando.

T: ¿Qué dice tu papá cuando está gritando?

P: “¡Idiota! ¡Imbécil! ¿Qué te has creído, que puedes hacer lo que quieres? Eres mi mujer”. “¡Déjame en paz —dice mi mamá—, déjame en paz!”. “No me da la gana, tienes que estar conmigo, ¿qué te crees? No te puedes ir”, dice mi papá.

T: Y todo esto, ¿qué te hace a ti?

El propósito del alma

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