Читать книгу Historia del Opus Dei - José Luis González Gullón - Страница 5
ОглавлениеINTRODUCCIÓN
EL OPUS DEI ES UNA MANIFESTACIÓN del vivir cristiano, una forma de encarnación y de irradiación del Evangelio[*]. Les recuerda a personas de todas las condiciones, credos y culturas que Dios las llama a ser hijos suyos —santos y apóstoles— en medio del mundo, en el entramado de las actividades laborales, familiares y de interacción social. Esta misión tiene un componente carismático que conduce a su origen. Su fundador, Josemaría Escrivá de Balaguer, se sintió interpelado por Dios para transmitir un mensaje espiritual y universal que engarzaba con los primeros cristianos y que expresaba la vitalidad de la Iglesia[†].
Nuestro libro narra el nacimiento y desarrollo inicial del Opus Dei bajo la guía del fundador y de sus dos primeros sucesores, Álvaro del Portillo y Javier Echevarría. Durante ese periodo, que va de 1928 a 2016, y al que añadimos un breve epílogo para el último lustro, la Obra se asentó en países de los cinco continentes con distintas idiosincrasias culturales, sociales y políticas; fijó su posición jurídica en la Iglesia mediante la figura de la prelatura personal; celebró la canonización de Josemaría Escrivá de Balaguer y las beatificaciones de Álvaro del Portillo, su sucesor, y de una fiel laica, Guadalupe Ortiz de Landázuri; e impulsó actividades corporativas de impacto educativo, sanitario y de desarrollo social.
El objeto histórico de esta monografía es el análisis de la expansión del mensaje del Opus Dei en la Iglesia y en la sociedad a través de la institución y de las personas que pertenecen a ella o que participan de sus apostolados. Aplicamos una metodología histórica que tiene en cuenta aspectos complejos: el salto de una realidad que nace en la España de los años veinte del siglo pasado, y que reúne a un grupo pequeño de miembros, a la presencia en todos los continentes con 93 000 integrantes y 175 000 cooperadores; el origen carismático, con unos elementos esenciales, que configuran su mensaje y espiritualidad, y otros accesorios, algunos constitutivos y otros accidentales; la necesidad de acudir a explicaciones y razonamientos de carácter teológico y jurídico; las continuidades y discontinuidades con las formas de espiritualidad tradicionales y modernas; la peculiar evolución en la etapa fundacional y la que se da después; y las controversias creadas en el imaginario colectivo sobre el Opus Dei y su fundador. Como los autores pertenecemos al Opus Dei, nuestro estudio refleja también la autocomprensión de las personas de la Obra sobre su identidad, vida ascética y explicación de la doctrina. Desde este punto de vista, estamos convencidos —y somos conscientes de que hacemos una afirmación que supera la ciencia histórica— que el origen carismático del Opus Dei manifiesta la presencia de lo divino en la vida de los hombres.
La investigación sobre el Opus Dei exige una precisa metodología, propia de la historia religiosa, porque contiene aspectos intangibles relacionados con el misterio de la Iglesia. Sus propuestas hacen referencia a Dios, a la relación del hombre con la divinidad y a una visión del mundo como ámbito de contacto entre lo temporal y lo sagrado. Y quienes comparten las enseñanzas de la Obra son hombres y mujeres que sustentan su pensamiento, sus formas de oración y su relación con los demás en un mensaje que aúna lo humano y lo religioso.
Entre las características específicas del espíritu del Opus Dei, glosamos algunas que aparecerán a lo largo del libro: el hecho de que los fieles de la Obra sean cristianos normales, la relación entre la actividad personal y la corporativa, la unidad y variedad de sus miembros, el sacerdocio y el laicado, los hombres y las mujeres.
Cuando una persona recibe el bautismo se incorpora a la Iglesia y se hace partícipe de su misión de seguimiento de Jesucristo para propagar el Reino de Dios. El mero hecho de haber sido bautizado genera una posición en la Iglesia: la de fiel cristiano o, coloquialmente, la de cristiano corriente. Entre estos cristianos se cuentan las personas del Opus Dei, que procuran tomarse en serio su llamada a la santidad y al apostolado, pues intentan imitar las virtudes de Jesús, asisten a Misa diariamente, dedican tiempo a la oración, y les hablan de la bondad, belleza y amor de Dios a sus parientes, amigos y colegas. Estos modos de vivir no son especiales o extraordinarios sino una concreción, entre otras posibles, de la invitación de Jesús a seguirle.
En el derecho de la Iglesia, algunos hombres y mujeres adoptan una posición pública mediante la profesión de los consejos evangélicos de pobreza, obediencia y castidad y dan un testimonio público de oración y apostolado. Estas personas se denominan habitualmente consagrados[‡]. En cambio, los fieles corrientes, los que no dan un testimonio oficial, buscan también la santidad y la difusión del Reino de Dios. En un sentido técnico, propio de la teología y del derecho canónico, estos fieles y los presbíteros diocesanos son seculares[§]. Es lo que ocurre con los laicos y sacerdotes del Opus Dei: encuentran su camino para ser santos en las vicisitudes de su trabajo o su oficio y en la convivencia con otros.
El Opus Dei presenta una componente institucional que ocupa buena parte de nuestra investigación. Haremos referencia a los datos demográficos y las estadísticas, las formas de gobierno central, regional y local, la explicación colectiva del mensaje de la Obra, las actividades corporativas, la unidad orgánica de sus miembros dentro de una precisa estructura jerárquica eclesial, y la urdimbre formativa y evangelizadora que inspira la mentalidad y la actuación de decenas de miles de hombres y de mujeres[¶].
A la vez, la más importante irradiación de la llamada a la santidad en medio del mundo la realiza cada miembro y cada cooperador de la Obra de modo capilar en su propio ambiente profesional y familiar. Como consecuencia, la vida —y, por tanto, la historia— de la mayoría de las personas del Opus Dei ni es institucional ni se desarrolla en espacios institucionales. No es fácil medir esta actuación personal. Ahora bien, hace falta analizarla para conocer el impacto real del Opus Dei en la Iglesia y en la sociedad civil. El capítulo 27 ofrece una propuesta metodológica sobre este aspecto esencial.
El Opus Dei está organizado en dos secciones: una de hombres y otra de mujeres. Las dos están unidas en la cabeza, es decir, en el prelado del Opus Dei y sus vicarios en las distintas circunscripciones. En cambio, están separadas en el régimen de gobierno, en las actividades colectivas —por ejemplo, la formación espiritual de las personas, también de las casadas— y en la gestión económica. Esta configuración hace necesario el estudio simultáneo de la acción de las personas de una y otra sección en cada lugar y tiempo, de modo que se dé el espacio necesario a cada una, de acuerdo con sus características comunes y peculiares. También tendremos en cuenta elementos singulares como el sacerdocio entre los hombres, algunas formas de cuidado de la persona en el hogar entre las mujeres, el hecho de que la mayoría de sus miembros estén casados y la positiva evolución en el liderazgo, igualdad y complementariedad de la mujer en la sociedad.
Con respecto a la presencia del sacerdocio y del laicado en el Opus Dei, analizaremos cómo surgió y se desarrolló la cooperación orgánica entre los dos, reflejo de la estructura ordinaria de la Iglesia —enraizada en el binomio constitucional entre el sacerdocio ministerial y el sacerdocio común—; y, junto con la naturaleza institucional y jerárquica, aparecerá la índole familiar y comunitaria de la Obra. También observaremos que, desde el punto de vista demográfico, organizativo y de alcance del mensaje, la historia del Opus Dei es, mayoritariamente, un fenómeno laical.
Este libro tiene su origen en un curso sobre la vida del fundador del Opus Dei que impartió José Luis González Gullón en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma) en el año académico 2016-2017. Mientras preparaba las clases surgió la idea de transformar los apuntes en un libro que condensara la historia de la institución fundada por Escrivá. En ese momento, John Coverdale se unió al proyecto. Después vino un largo proceso de búsqueda de fuentes y de encuentros en las dos ciudades donde residimos —Nueva York y Roma—, además de algunos viajes a regiones en las que el Opus Dei se ha expandido más, como Argentina, España, Filipinas y México. Luego, González Gullón redactó la historia del Opus Dei durante los años de Josemaría Escrivá y de Javier Echevarría, y Coverdale compuso el periodo de Álvaro del Portillo. Los dos autores firmamos todo el libro porque cada uno hemos revisado con profundidad el texto del otro y lo hemos traducido a nuestro idioma materno. Con todo, el lector encontrará diferencias en el modo de plantear la historia, pues procedemos de escuelas distintas. Pensamos que esta variedad enriquece la investigación[**].
La historiografía sobre el Opus Dei se ha interesado en particular por los temas relacionados con la historia social, cultural y política como, por ejemplo, el papel que han desempeñado los miembros de la Obra en la vida pública española. Además, entre la muerte de Josemaría Escrivá de Balaguer (1975) y su canonización (2002), algunos miembros del Opus Dei publicaron semblanzas, recuerdos y biografías del fundador, en su mayoría con acentos hagiográficos. Y, desde la creación del Istituto Storico San Josemaría Escrivá (2001), han aparecido libros y artículos científicos y se han editado fuentes y biografías de personas del Opus Dei. Gran parte de estas investigaciones se ciñen a espacios concretos y utilizan cronologías que no superan las primeras tres décadas de la Obra.
Los aspectos espirituales del mensaje del Opus Dei —es el caso de la conciencia de la filiación divina, la santificación del trabajo, la unidad de vida del cristiano, el matrimonio como vocación humana y divina y el espíritu de servicio— se han ido desarrollando a lo largo de la historia de la Obra, tanto en su comprensión como en su explicación y puesta en práctica. Ahora bien, situar la continuidad y la novedad del carisma del Opus Dei en el contexto teológico, espiritual y canónico de los últimos cien años o su papel dentro de las diversas realidades que componen la Iglesia son tareas que van más allá del objeto de nuestro libro. En buena medida, quedan en manos de los especialistas en esas materias[††].
Quizá la principal dificultad para contar con más aportes historiográficos sobre la Obra resida en el hecho de que el Archivo General de la Prelatura del Opus Dei (AGP) no está todavía abierto a la comunidad académica. En este sentido, agradecemos a Mons. Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei, que acogiera nuestra propuesta investigadora y nos diera acceso a la documentación. Al mismo tiempo, manifestamos nuestro deseo de que concluya el proceso de catalogación de los fondos, de modo que puedan acceder a ellos todos los investigadores interesados[‡‡].
AGP es el archivo más importante para quien desea conocer el Opus Dei. Custodia una enorme riqueza documental. En nuestro caso, hemos usado las fuentes primarias que, según nuestro parecer, eran esenciales a la hora de afrontar una historia general; por ejemplo, leímos las actas de los congresos generales, las visitas de los directores de la Obra a los organismos regionales, las notas de gobierno, los documentos sobre las principales actividades corporativas y muchos testimonios personales. La calidad y el volumen de estos materiales y la necesidad de no alargar más la extensión de nuestro libro nos hizo desistir de la consulta en otros archivos, salvo el Archivo Apostólico Vaticano (AAV), que tiene fondos disponibles hasta el año 1958. Para los sucesos de las últimas cinco décadas entrevistamos a doscientos hombres y mujeres de varios países.
Pese a la extensión de este libro, sugerimos que se haga una lectura unitaria porque, de este modo, se comprenderá la continuidad y progresión de los diversos aspectos que configuran el Opus Dei, como la formación, las actividades corporativas y la encarnación personal del mensaje de santidad.
Nuestra monografía está estructurada en seis grandes apartados cronológicos: cuatro dedicados a la etapa fundacional y dos a los años en los que Del Portillo y Echevarría gobernaron el Opus Dei, más un breve epílogo para el último lustro. En apretada síntesis, podemos decir que el Opus Dei siguió un desarrollo inicial hasta que, a los ocho años, se vio envuelto en dos grandes dramas colectivos como fueron la Guerra Civil española y, a continuación, la Segunda Guerra Mundial. En los años cuarenta, se extendió en España hasta que pudo salir de sus fronteras, primero a Europa y luego a América del Norte. Gracias a la aprobación pontificia del Opus Dei en 1950, la Obra se propagó a casi todos los países de América, unos pocos de África y Asia, y comenzó importantes acciones corporativas en el ámbito de la educación. Los sesenta fueron testigos de la multiplicación de actividades y la más extensa exposición del espíritu por parte del fundador en tiempos conciliares y de crisis posconciliar. Tras la muerte de Escrivá de Balaguer, Del Portillo asumió la responsabilidad de seguir adelante con el espíritu fundacional y afrontar nuevos retos, como la culminación del itinerario jurídico, con la figura de la prelatura personal, la beatificación del fundador y la inserción de la Obra en países con minorías cristianas. Con Javier Echevarría llegó un tiempo de transformación social marcado por la era tecnológica, que condujo a los miembros del Opus Dei a buscar más caminos con los que irradiar su espiritualidad en la Iglesia y en el mundo.
La evolución institucional puede resultar un tanto repetitiva porque hay una marcada continuidad: el mensaje del Opus Dei es el mismo y los modos de actuación son iguales en su sustancia, las estructuras básicas del gobierno y de la formación en los años cuarenta del siglo pasado permanecen hoy y la relación con las autoridades eclesiásticas y otras instituciones están tan presentes en los albores como en la actualidad. Para dar cohesión al libro y facilitar la tarea de los lectores que busquen temas específicos procuramos explicar los conceptos una vez y agregamos notas que remiten a los lugares donde se tratan los mismos argumentos. Por tratarse de una historia general, no ofrecemos al final un elenco bibliográfico que, además, sería a todas luces incompleto[§§]. Las notas se encuentran al final de la monografía, salvo las de esta introducción y las explicativas, que van a pie de página. Cierra el libro un índice onomástico y temático.
Damos las gracias a José Antonio Araña, Eduardo Baura, Rafael Domingo Oslé, Joseluís González, Andrew Hegarty, Marlies Kücking, Javier Marrodán, Juan Manuel Mora, Santiago de Pablo Contreras, Pablo Pérez López, Joseba Louzao, José Manuel Martín Quemada, Stefan Moszoro, María Eugenia Ossandón, Antón M. Pazos, Ana Sánchez de la Nieta y Fernando Valenciano, que revisaron el manuscrito; a las personas que leyeron algunos capítulos y apartados; y a los dos centenares de historiadores, fieles del Opus Dei y cooperadores que entrevistamos. Los comentarios y sugerencias de unos y otros contribuyeron decisivamente a mejorar la narrativa del libro. Estamos especialmente agradecidos a Jesús Longares, maestro de historiadores, a Feliciano Montero (q.e.p.d.) y a Stanley Payne, que nos ayudaron a hacerle buenas preguntas al pasado para encontrar respuestas que agrandan el futuro.
[*]Escrivá de Balaguer usó la expresión “Opus Dei” a partir de los años cuarenta del siglo pasado, cuando tuvo que traducir al latín sus primeros estatutos. Hasta entonces, se había referido a “la Obra de Dios” o, sencillamente, “la Obra”, en español. Utilizamos indistintamente una denominación u otra.
[†] El fundador del Opus Dei fue bautizado como José María Julián Mariano. En sus manuscritos, ya desde los años treinta del siglo XX, y en sus papeles con membrete a partir de diciembre de 1963, unió sus dos primeros nombres en uno, “Josemaría”, por devoción a la Sagrada Familia; como los juntó desde fecha muy temprana, usaremos “Josemaría” en nuestro libro. Con respecto al primer apellido, en octubre de 1940 la familia modificó en el registro civil “Escrivá” por “Escrivá de Balaguer” (Balaguer es la región de Lérida de donde procedía el linaje de los Escrivá) para distinguirse de otras ramas familiares, pues en ocasiones les habían confundido. Desde entonces, san Josemaría usó pocas veces el segundo apellido, Albás, en sus publicaciones. Para evitar anacronismos, utilizamos “Escrivá” en la parte I de este libro y “Escrivá de Balaguer” en el resto. Por su parte, Álvaro Portillo y Diez de Sollano añadió la contracción “del” a su primer apellido a partir de 1939. Cf. Nota general, 104/63, en AGP, serie E.1.3, 243-3; José Luis GONZÁLEZ GULLÓN, DYA. La Academia y Residencia en la historia del Opus Dei (1933-1939), Rialp, Madrid 2016, 4.ª ed., p. 11.
[‡] Con alguna frecuencia distinguiremos en la monografía entre los cristianos seculares y los consagrados, denominados religiosos antes de 1983 (en este sentido, no nos referimos a la acepción genérica de religioso como creyente en Dios). De modo breve, recordamos que, cuando el Opus Dei fue fundado, religioso designaba a la persona que pertenecía a las órdenes y congregaciones religiosas: «El estado religioso o forma estable de vida en común» era el propio de quienes, «además de los preceptos comunes, profesan los consejos evangélicos mediante los votos de obediencia, castidad y pobreza» (Codex Iuris Canonici, 1917, canon 487; la traducción de los textos de otros idiomas es nuestra). Hoy día existen institutos de vida consagrada —entre estos se encuentran los institutos seculares— en los que sus miembros profesan los consejos evangélicos, y sociedades de vida apostólica, que tienen vida fraterna en común y se atienen a unas constituciones, pero no hacen votos (cf. Código de Derecho Canónico, 1983, cánones 573-746).
[§] A diferencia del significado que se le da en la Iglesia, secular en el lenguaje moderno suele hacer referencia a las realidades y formas de vida que no están relacionadas con valores espirituales y religiosos. Nos parece que las enseñanzas de Josemaría Escrivá presentan un modo de vida secular que unen, en el pensamiento y la actuación, el ámbito sagrado y el profano. Cf. Ana Marta GONZÁLEZ, “Mundo y condición humana en san Josemaría Escrivá. Claves cristianas para una filosofía de las ciencias sociales”, Romana 65 (VII-XII-2017) 368-390.
[¶] Los datos demográficos y estadísticos que se conservan en el Archivo General de la Prelatura del Opus Dei son bastante parciales hasta los años ochenta del siglo XX. Se debe a que el registro de los fieles de la Obra y de los cooperadores no estaba centralizado; se encontraba en manos de los organismos de gobierno regional de los diversos países. Cada cinco años, las regiones enviaban un recuento a los consejos centrales, en particular cuando se celebraba un congreso general del Opus Dei. A partir de 1987, los directores de la Obra facilitaron a la Santa Sede el número total de miembros para que fuese publicado en el Annuario Pontificio. Por entonces, la mejora de los sistemas informáticos ayudó a elaborar estadísticas centralizadas y más ajustadas. Las cifras demográficas que aportamos en este libro provienen fundamentalmente de las actas de los congresos generales del Opus Dei y del archivo de la secretaría general de la Obra.
[**] Las versiones española e inglesa de este libro no son una traducción literal. Las diferencias, aunque no sean muchas ni sustanciales, van más allá de lo que es habitual en una traducción. Consideramos que ambas versiones son originales, pues, al prepararlas, hemos incluido explicaciones que nos parecían necesarias o útiles para los lectores del idioma correspondiente.
[††] Desde el punto de vista teológico y canónico, dos libros fundamentales son, respectivamente, Pedro RODRÍGUEZ, Fernando OCÁRIZ y José Luis ILLANES, El Opus Dei en la Iglesia, Rialp, Madrid 2014, 6.ª ed.; y Amadeo de FUENMAYOR, Valentín GÓMEZ-IGLESIAS y José Luis ILLANES, El itinerario jurídico del Opus Dei. Historia y defensa de un carisma, EUNSA, Pamplona 1990, 4.ª ed. Sobre el Opus Dei dentro del contexto espiritual del siglo XX, mencionamos los tres volúmenes de Ernst BURKHART y Javier LÓPEZ, Vida cotidiana y santidad en la enseñanza de san Josemaría. Estudio de teología espiritual, Rialp, Madrid 2010-2013; y Antonio ARANDA, El hecho teológico y pastoral del Opus Dei. una indagación en las fuentes fundacionales, EUNSA, Pamplona 2020.
[‡‡] Buena parte de las fuentes de AGP entre los años 1928 y 1975 están catalogadas. En estos casos, la signatura de los documentos comienza con la serie, seguida de tres números, que son, respectivamente, el legajo, la carpeta y el expediente. A partir de ese año, la documentación se encuentra en un archivo intermedio que, en el mejor de los casos, solo tiene series y legajos. Citaremos el material de acuerdo con las signaturas que nos ha proporcionado el personal de AGP.
[§§] Salvo excepciones, hemos optado por citar solamente la bibliografía que hace referencia directa a la historia del Opus Dei. El website “Biblioteca Virtual Josemaría Escrivá de Balaguer y Opus Dei” ofrece una información bibliográfica exhaustiva y actualizada sobre el fundador de la Obra, sus sucesores, los miembros del Opus Dei y las actividades institucionales (https://www.unav.edu/web/centro-de-estudios-josemaria-escriva/biblioteca-virtual/index).