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Salud, mejora y rendimiento: un necesario manual metodológico de core training

Rafael Martín Acero¹

En alto rendimiento deportivo, sobre todo en deportes que exigen elevadas magnitudes de fuerza muscular y técnica, como son las especialidades acíclicas (lanzamientos o saltos de atletismo) y cíclicas (remo; piragüismo), en las que hay rotaciones, se venía entrenando el núcleo central corporal (core) por su importancia directa en el mayor aprovechamiento de las fuerzas musculares generadas en la secuencia del gesto técnico específico. Una de las claves del rendimiento en muchas de estas especialidades era haber comprendido la importancia de esta zona corporal central en la eficiencia bioenergética y biomecánica de cada especialidad deportiva. Todo esto ya sucedía en la década de 1960, pero era un trabajo altamente especializado, bien justificado científicamente, que se realizaba sobre todo en Europa, en los llamados países del Este. Sin embargo, no podríamos hablar en sentido estricto de core training, porque se realizaban muchos ejercicios analíticos, a veces con objetivos muy unidireccionales, como la hipertrofia muscular y el aumento de la tensión isométrica o de la resistencia muscular local.

En deportes como el atletismo existió una clara influencia, a partir de los años ochenta, sobre otras especialidades, por ejemplo las carreras, que, si bien no precisaban del mismo nivel de control y desarrollo muscular en el core, sí contribuían a la estabilidad del sistema biomáquina, por lo que disminuía tanto el gasto bioenergético como el riesgo de sobrecargas y lesiones.

La emigración de técnicos de estos deportes hacia los de equipo y lucha transfirió el trabajo preventivo, sistematizado, y también los contenidos de entrenamiento de fuerza específica, para aumentar el rendimiento deportivo y para readaptarse a éste después de un tiempo de carencia de estimulación específica debido a lesiones o a ciclos de transición.

Es sobre todo a partir de los años ochenta cuando se trabaja e investiga en prevención y rehabilitación de lesiones, incluidas tareas propioceptivas y no sólo de tipo genérico o de base, puesto que buscan también aproximaciones a la carga externa o interna de cada deporte. En nuestro país también se trabajó sobre el entrenamiento del core, pero de modo limitado, y sin realizar modelos experimentales; sobre todo se realizaron propuestas metodológicas.²

Es de este modo como ya se han constatado efectos positivos en articulaciones, ligamentos, tendones y músculos de las piernas para incrementar la estabilidad lumbopéllvica. Cuando se mantienen grados de movilidad seguros, la estabilidad se produce por la funcionalidad de la columna pasiva, la acción de los músculos activos y el control neural. La estabilidad del core resulta como centro de la función de las cadenas cinéticas, porque conecta la acción de piernas, brazos y tronco, en los planos de movilidad de los gestos específicos, en sus rangos de amplitud y de velocidad de ejecución, a pesar de la fuerza (acción/reacción) que provoca inercias y cambios en el centro de gravedad, con presión intraabdominal.

En las últimas décadas se ha aplicado este conocimiento empírico y científico a la búsqueda de la salud y calidad de vida de cualquier grupo de población. Para la salud postural, respiratoria o cardiocirculatoria se precisa una buena estabilización lumbopélvica, lo que significa que las personas con mayor habilidad para controlar su postura en acciones cotidianas o de facilitación tanto respiratoria como circulatoria tendrán mayor control y movilidad del tronco sobre la cadera, promoviendo una transmisión óptima de fuerza y amplitud del movimiento integrando las cadenas cinéticas.

La eficacia e integridad de cualquier articulación dependen del control neuromuscular del que es capaz el sujeto durante el movimiento, de las amplitudes, velocidades, inercias y alteraciones del centro de gravedad, que conlleva necesariamente interrelaciones internas y externas, que provocan fuerzas reactivas paralelas y opuestas a las producidas por el movimiento.

El ejercicio, el entrenamiento y el desarrollo de la función neuromuscular y de la postura pasiva y activa permitirán en el deporte responder a mayores exigencias, con más eficacia y menos riesgo; y en otras poblaciones, por ejemplo, superar el dolor lumbar, mejorar la respiración al aumentar el control sobre el diafragma, o mejorar la estabilidad del tronco y la pelvis aumentando su independencia, con lo cual mejorará la condición de los miembros inferiores, pues el resultado del core training será una mejora del alineamiento de tobillo/rodilla, rodilla/pelvis y pelvis/columna, lo que reducirá los riesgos de lesión y caídas, y retardará las lesiones por sobreutilización de músculos, ligamentos, tendones y articulaciones.

De todo ello trata este excelente libro que tiene el lector entre sus manos, Core Training: de la salud al alto rendimiento, escrito por dos excelentes investigadores y profesionales de las ciencias de la actividad física y del deporte, José María González Ravé y Christian López Rodríguez. Esta obra viene a cubrir un vacío sobre el entrenamiento del core, actualizando la bibliografía internacional y proponiendo programas de intervención para todos los sectores de población que pueden beneficiarse de aquél. Es una obra destinada a estudiantes y profesores de ciencias de la actividad física y del deporte, para profesores de educación física, preparadores físicos, readaptadotes, rehabilitadores, fisioterapeutas y médicos.

En los ámbitos de la actividad física para la salud (fitness), del rendimiento deportivo y, por supuesto, de la enseñanza de la educación física, los profesionales que utilicen el core training deben estar titulados a nivel universitario, con la formación científica y especializada suficiente, además de acreditada, como viene sucediendo en los ámbitos del rendimiento y de la educación física escolar, pero no en el del fitness. Este hecho es muy grave, porque la presunción de que el ejercicio físico es saludable induce a las personas y clientes en general de gimnasios y centros deportivos a dar por supuesto que el personal técnico está capacitado y titulado, lo que no ocurre en España en un porcentaje muy alto entre los denominados “monitores”.

El libro que tiene entre sus manos es un verdadero manual metodológico del core, en el que encontrará fundamentación científica y propuestas para realizar programas de intervención con poblaciones de personas mayores, embarazadas y otros grupos con necesidades especiales, así como con deportistas de todos los niveles de exigencia y rendimiento. Resuelve, desde una fase inicial, los criterios de periodización y evaluación que toda programación precisa hasta alcanzar sus objetivos. Presenta una colección completa de ejercicios para el core, así como suficientes sesiones/tipo para comenzar a resolver cualquier actuación sin excesiva experiencia previa.

Practicar el core training siguiendo este manual, como nos dicen González Ravé y López Rodríguez, permite el desarrollo de los músculos de la zona media, ejercitando las cadenas musculares y aumentando la eficiencia de la trasmisión de fuerzas de brazos y piernas, puesto que la mayor solidez del núcleo central será una base de sustentación mayor para el “tráfico” de fuerzas lineales y rotatorias; absorbiendo más los impactos, la postura será más estabilizada, disminuyendo el perímetro de la cintura. La mejor alineación de las articulaciones disminuirá la fatiga, aumentará la eficiencia y reducirá el número de lesiones. Será más fácil mantener una postura mejor, estática y dinámica. Facilitará las funciones respiratoria y circulatoria.

En definitiva, la buena práctica del core training, dirigida por un profesional cualificado y acreditado, mantendrá y mejorará la salud, aumentando el rendimiento del cuerpo al servicio de la persona.

¹ Licenciado en Educación Física y doctor en Ciencias del Deporte. Profesor y decano de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de A Coruña. Presidente de la Conferencia Española de INEF y Facultades de Ciencias del Deporte. Profesor del Máster de Alto Rendimiento del Comité Olímpico Español. Fue responsable español del atletismo femenino, coordinador técnico de este deporte en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, preparador, orientador o consultor de equipos de elite y selecciones nacionales de diversos deportes. Entre otros, determinó las funciones y definió las tareas del profesional encargado de la readaptación deportiva, para la prevención, la prehabilitación y readaptación postlesional del deportista de competición.

² Martín Acero, R. (1989). “La prevención de las lesiones de los aductores”. RED, Revista de Entrenamiento Deportivo, Vol. 3, nº 4, 11-14.