Читать книгу Rumbo: maestr@ - José Miguel Pareja Salinas - Страница 8
ОглавлениеCon toda la ilusión del mundo intacta, con los nervios y la incertidumbre del primer día (pensarás cómo será el colegio, cómo será mi tutor o tutora, qué curso será en el que voy a estar y cómo será el alumnado…), con la tablet y el móvil recién cargados y la mejor de las sonrisas… llegas al centro que te han asignado para hacer tus prácticas como maestro, como maestra, y…
Según cómo te reciban, definiremos tres estilos de acogida que te harán actuar de maneras diferentes, obligado por las circunstancias de cada caso.
En el momento crítico en el que la institución seleccionada o asignada te va a recibir como miembro del profesorado puede ocurrir:
—Que tengas que buscarte la vida por tu cuenta porque nadie te oriente ni guíe sobre lo que tienes que hacer. Es la situación del primer escenario, que rechazamos totalmente, y a la que le dedicamos el Capítulo 1 de este libro. Queremos enseñarte a «bailar» en este tipo de teatro, queremos darte pistas para que, de manera autónoma y sin apoyo de nadie, consigas formar parte del centro que te ha tocado en suerte.
—Que el centro de prácticas asuma y aborde la acogida del alumnado que llega, pero sin coordinación con la universidad. Por un lado, en tus clases de la universidad te han pedido una serie de tareas como trabajo de Prácticas y, por otro, en la escuela te esperan para asignarte a un tutor y un grupo, y te pedirán que colabores en muchas de las cosas que han previsto. Pero no se han puesto de acuerdo. Por lo que, en este segundo contexto, que aun así consideramos imprescindible para que funcione el sistema de prácticas en la escuela, te toca gestionar tu propio aprendizaje: si te encuentras en este caso, busca recursos personales y materiales que te ayuden y orienten en ese camino. Lo desarrollaremos en el Capítulo 2.
—Que la facultad de educación haya preparado y trabajado el acceso a las prácticas. Esto es lo deseable, nuestro marco ideal, el objetivo que hay que perseguir para conseguir profesionalizar todo el proceso. Esta situación incluiría la participación activa del alumnado en la selección de su centro de prácticas, y la coordinación fluida y eficaz entre la universidad y cada colegio en el que se va a formar a los futuros maestros.
Si no queremos que las prácticas en los centros educativos sean un «trámite» que no aporte nada al alumnado; si de verdad estamos dispuestos a mejorar la formación básica del profesorado, debemos desarrollar, juntos y entre todos, las acciones necesarias con las que logremos que el proceso formativo de prácticas docentes en los centros educativos esté profesionalizado.
El modelo que proponemos de Proyecto de Acogida Completo y la Propuesta de Profesionalización de las Prácticas se pueden consultar en el Anexo.