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Ni el primero y, esperamos, tampoco el último

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Este libro construye sobre bases preexistentes. Ya se mencionó implícitamente la importancia para nuestras construcciones de los antecedentes elaborados por el INE, el Banco Central y el Ministerio de Hacienda, todas agencias públicas, donde también debemos incluir, entre otros, los trabajos de CORFO, agencia estatal que construye indicadores diversos a partir de 1940. Pero también existen publicaciones y trabajos que, para distintas épocas, han realizado recopilaciones y construcciones de series con objetivos similares a los presentes, material que se identifica con detalle en los capítulos correspondientes. Aquí solamente se hace una breve alusión a publicaciones más generales, las que a nuestro entender podrían considerarse como clásicos en este rubro. El breve listado que sigue podrá ser criticado por excluir obras que significan aportes importantes para nuestras series, pero esperamos hacer justicia al mencionarlos en los capítulos correspondientes.

Marto Ballesteros y Tom Davis (1963), a principios de los años sesenta del siglo pasado, pueden ser considerados como los grandes innovadores en la construcción sistemática de indicadores para Chile, incluyendo estimaciones para el producto total desde la década de 1910; sus series sobre salarios, precios de acciones y capital han sido citadas en múltiples ocasiones. Otro investigador temprano es Carlos Hurtado (1966), quien además de recopilar y uniformar una gama amplia de indicadores, es a nuestro entender el primero que explora con series largas el proceso de urbanización que experimentara la república. Markos Mamalakis (1978-1989) es, y por lejos, el autor más prolífico en este campo del desarrollo chileno y ha publicado una extensa obra con exhaustivas recopilaciones de series elaboradas por agentes diversos; por ejemplo, buena parte de los trabajos de Corfo son conocidos gracias a este autor. A nivel de organizaciones, el Instituto de Economía de la Universidad de Chile en los años cincuenta y sesenta publicó dos obras, las que junto a un análisis interpretativo del desarrollo cuentan con una extensa y exhaustiva recopilación de indicadores (UCh 1956 y 1963). Ffrench-Davis (1973) proporciona seguramente la discusión más detallada y acuciosa de la situación financiera imperante en la década de 1960; Cariola y Sunkel (1990) han recopilado antecedente sobre el desarrollo chileno entre 1830 y 1930 incluyendo un notable listado bibliográfico. Por otra parte, y más recientemente, cabe mencionar las construcciones de Erik Haindl (2006) para el Chile del siglo XX.

Por otra parte y para recordar que el presente libro es la culminación de indagaciones que ya se extienden por más de quince años, mencionamos aquí la recopilación de Braun et al. (2000) en que los autores del presente libro también participaron. Asimismo muchas de las series que figuran en el presente libro se encuentran desde hace varios años en la página de EH Clio Lab. Sin embargo, todas las series de la presente publicación se han vuelto a revisar, se ha extendido su representatividad hasta el 2010, además de incorporar varios indicadores que anteriormente no estaban disponibles. Todo esto exigiendo bastante más tiempo que el originalmente planeado.

Finalmente, para los autores el libro cierra una etapa de la investigación. Pero sabemos bien que en este campo, tal como en la investigación económica y social en general, el conocimiento es definitivo y a la vez transitorio. Es definitivo en el sentido de que hasta la fecha a los autores nos parece que las series que aquí presentamos representan bien lo que hemos llegado a saber del desarrollo de esta república. Pero a la vez sabemos que el conocimiento acumulado tiene siempre el carácter de transitorio: “es lo mejor que podemos decir a la fecha”. Esperamos que esta proposición tenga fecha de vencimiento aunque no la conozcamos. Mientras no se presenten antecedentes superiores y que puedan desplazar a estos, ellos podrán ser útiles; una vez que sean desplazados, si ello ocurre, solo serían eso: conocimiento que alguna vez se consideró válido. Al respecto conviene agregar que en los últimos años se aprecia con fuerza en algunos campos, la presencia de una generación de investigadores cuyas publicaciones recientes y futuras en esta área prometen nuevas perspectivas y antecedentes que seguramente lograrán ampliar y precisar diversos aspectos de este desarrollo republicano. A riesgo de cometer injusticias mencionamos aquí a Marc Badia-Miró, Cristián Ducoing, Manuel Llorca, Mario Matus, Claudio Robles, Javier Rodríguez y César Yáñez.

Esperamos que esta publicación sea de utilidad para muchos, y a la vez, que estas páginas estimulen la competencia y que otros productores, o tal vez nosotros mismos, puedan no solo llegar a ofrecer series superiores a estas, sino también complementar áreas que en este libro están ausentes y/o subrepresentadas. Respecto de este último punto se vienen a la mente temas como estadísticas relacionadas con la salud y la evolución experimentada por los recursos naturales como, por ejemplo, la cobertura por bosque autóctono y la pluviometría. Estas son solo dos de las áreas donde la cobertura del libro es inexistente. Además, por supuesto, el territorio y su gente no se inician en 1810.

Chile 1810-2010: La República en cifras

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