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1 Introducción

1.1 Prevención de caídas gracias al movimiento

Los expertos definen la caída como “el hecho que provoca inadvertidamente la llegada al suelo o a un nivel inferior al que se encontraba”. Lamentablemente, las personas mayores se caen con relativa frecuencia. Año tras año, se producen en Alemania alrededor de 4-5 millones de caídas. Se calcula que alrededor de un tercio de las personas mayores de 65 años se caen al menos una vez al año. Cuanto mayor sea la persona, mayor riesgo de caída tiene. En las personas de 80 a 89 años de edad, el porcentaje de los que se caen al menos una vez al año asciende al 40-50%, mientras que en la franja de 90 a 99 años de edad, el porcentaje de personas que ya no se pueden mantener con seguridad de pie aumenta claramente por encima del 50%.


Por desgracia, conforme avanza la edad, también empeoran las consecuencias de una caída. En personas jóvenes, el acontecimiento suele limitarse a un “morado” o a una leve contusión, mientras que al menos un 10% de los mayores se lesionan gravemente. Muchas caídas tienen secuelas importantes: más de 120.000 personas mayores sufren una fractura de cuello femoral o se fracturan el fémur justo por debajo del nivel del cuello femoral. Estas lesiones se denominan fracturas de cadera. A menudo, estas fracturas cicatrizan mal. Más de la mitad de las personas presentan una notable limitación de la movilidad después de este tipo de fracturas y un 20% incluso precisan de cuidados continuados en una residencia. Los resultados de las investigaciones científicas son contundentes. Mientras que, antes de caerse, el 75% de las personas mayores estudiadas todavía podían caminar, este porcentaje se redujo al 15% después de la caída. Incluso hasta el 10% mueren en el año siguiente por las consecuencias de caídas. Además de las consecuencias físicas que puede tener una caída también pueden producirse importantes repercusiones psíquicas. Muchas veces, la persona que ha sufrido una caída tiene miedo a que vuelva a ocurrirle. En consecuencia, se siente insegura, se retira y todavía se mueve menos. Disminuye la autoconfianza al no poderse fiar ya de su propio cuerpo. Entra en un círculo vicioso que es muy complicado de romper. La persona que apenas se mueve y no se atreve a salir de casa va perdiendo fuerza muscular y capacidad de equilibrio. De este modo, aumenta el riesgo de volverse a caer. Otras consecuencias de caídas en personas mayores pueden ser miedos, depresión, retirada y aislamiento.

Las caídas conllevan un enorme coste económico. La operación de una fractura de cuello femoral tiene un coste de alrededor de 7.500 F. Las posteriores medidas de rehabilitación llegan frecuentemente a otros 5.000 F. Considerando únicamente a quienes viven en residencias, el importe desembolsado anualmente en Alemania por las caídas se cifra en 300 millones de euros. En total, los costes ascienden a más de 1.000 millones de euros.

Las causas de las caídas se han investigado científicamente en amplios estudios.

A continuación se indicarán los principales factores de riesgo que se han constatado en diferentes estudios alemanes e internacionales, entre ellos la investigación de Ulm (Alemania) sobre caídas.

Tabla 1. Indicadores del riesgo de caídas en personas mayores

CaracterísticasOdds ratio*
Déficits musculares4,4
Caída en el año anterior3,0
Trastornos de la marcha2,9
Debilidad del equilibrio2,9
Utilización de muletas, andadores, etc.2,6
Limitación de la vista2,5
Artritis2,4
Incontinencia urinaria2,3
Limitación de la capacidad de realizar las tareas cotidianas2,3
Depresión2,2
Limitaciones cognitivas1,8
Miedo1,8
Edad superior a 80 años1,7

* Se considera odds ratio (razón de probabilidades) el aumento del riesgo de un habitante de sufrir una caída en el año siguiente. Una odds ratio de 2,0 significa el doble de riesgo. Una odds ratio de 1,0 significa que no hay aumento del riesgo. Las cifras por debajo de 1,0 indican un riesgo disminuido. Si existen varios factores de riesgo, ¡la probabilidad de sufrir una caída en el siguiente año es hasta del 80%!

En las investigaciones científicas se ha visto que cuando una persona mayor se cae la causa principal es la falta de fuerza muscular y la disminución del sentido del equilibrio. Toda persona que envejece sabe que, cuanto más avanzada sea la edad, más ha de hacer para mantener la capacidad funcional de su organismo. La persona que a medida que envejece se mueve menos perderá antes la fuerza muscular y el sentido del equilibrio, por lo que también tendrá un mayor riesgo de caer. Por el contrario, quien se mantiene activo hasta edad avanzada está ejercitando la capacidad funcional y de rendimiento del organismo, y con ello, la resistencia, la movilidad y la seguridad del movimiento. De este modo, también disminuye la probabilidad de caer.

La disminución de la capacidad de fuerza y resistencia en las personas mayores se cifra en un 10% por década; a nivel de la rapidez, la pérdida es incluso superior. Esto puede llevar a que nunca se alcancen los valores umbral en las actividades de la vida cotidiana, sobre todo si la persona mayor es inactiva. Cuando cede la capacidad de rendimiento, las personas mayores ya no pueden compensar resbalones o tropiezos al caminar, con las consiguientes caídas y lesiones. El déficit de fuerza muscular es el factor de riesgo de caídas mejor estudiado; otro factor ampliamente investigado es el de los trastornos de la marcha. Asimismo, se dispone de suficientes datos sobre el déficit del equilibrio en la bipedestación o en la utilización de muletas o andadores. La inactividad es uno de los mayores riesgos de caída. Sin embargo, con frecuencia, la inactividad aumenta a causa de la caída, porque la persona reduce su actividad por el propio miedo o porque su entorno la desanima a hacer cosas. El miedo a caídas se observa en hasta un 70% de las personas que han sufrido una caída, pero también en un 40% de aquellos que nunca se han caído de mayores. Por este motivo, alrededor de la mitad de estas personas reducen de forma patente sus actividades sociales y físicas. A su vez, el miedo lleva a que las personas anden más lentamente, valoren peor su calidad de vida y vayan perdiendo fuerza.

Un problema especial es la falta de vitamina D, que no sólo se asocia a osteoporosis, sino también directamente a déficits de fuerza.


Otro importante factor de riesgo para que se produzcan caídas es la limitación cognitiva. Incluso déficits cognitivos menores se asocian a un mayor riesgo de accidente. Todavía no se ha investigado suficientemente cuáles son los componentes de las funciones mentales más importantes. Es muy probable que sobre todo los déficits al realizar simultáneamente diferentes tareas desempeñen un papel importante.

Las limitaciones de la visión también aumentan el riesgo de caídas. Por ejemplo, la disminución del campo y de la agudeza visual, las cataratas no tratadas, la degeneración macular y las alteraciones de la sensibilidad a contrastes son factores de riesgo conocidos para las caídas. Asimismo, las ayudas visuales mal ajustadas pueden acarrear la tendencia a caerse. Por ejemplo, llevar gafas bifocales o progresivas da lugar a una alteración de la percepción de la profundidad, con lo que puede reducirse la capacidad de ver claramente los escalones de una escalera. El riesgo de caídas también puede aumentar por deformidades en los dedos de los pies, puntos de presión, insuficiente cuidado de las uñas de los pies o dolores.


Causas ambientales de las caídas

Los factores ambientales siempre han de considerarse en relación con los factores de riesgo individuales. En el 30-50% de las caídas de personas que viven en su casa, los factores ambientales desempeñan un importante papel como cofactores. Entre los principales factores de riesgo se encuentran aquellos peligros ambientales como la falta de luz, las superficies lisas o irregulares o los escalones. También influyen la ropa inadecuada y un calzado inapropiado con tacones demasiado altos y poco soporte del talón. Otro factor de riesgo importante es la utilización inadecuada de muletas o andadores.


¿Cómo pueden evitarse las caídas?

Si se resumen los resultados de numerosos estudios sobre las causas de las caídas, podemos decir que únicamente alrededor del 10% de todas las caídas de personas mayores están causadas por fuerzas o circunstancias externas. Menos del 10% son a consecuencia de una pérdida de conciencia (síncope, ictus, epilepsia). La inmensa mayoría de las caídas se deben a la incapacidad funcional del cuerpo de mantener la posición erguida en el espacio (control postural).

Esto significa:

El principal motivo de que personas mayores se caigan con tanta frecuencia es la pérdida o la falta de fuerza muscular y de la capacidad de mantener el equilibrio. Sin embargo, esto también significa que:

Toda persona mayor puede contribuir activamente a reducir de forma considerable el riesgo de caídas con un entrenamiento del equilibrio en combinación con la ejercitación muscular.

Las ofertas cualificadas de movimiento o ejercicios por parte de asociaciones deportivas u otras instituciones pueden contribuir decisivamente a reducir la frecuencia de caídas en personas mayores que viven en su casa.

1.2 Condiciones marco e informaciones sobre la realización del curso

1.2.1 Objetivos del curso

El principal objetivo del curso Resistencia y estabilidad es mejorar de forma dirigida las condiciones de salud de cada uno de los participantes, eliminando la falta de ejercicio, fomentando los recursos físicos y psicosociales y enseñando una conducta de ejercicio acorde con la salud. El programa de deporte sano se centra sobre todo en aumentar la capacidad de mantener el equilibrio, la fuerza muscular y la seguridad del movimiento para evitar las caídas. Otro importante objetivo reside en crear un vínculo fuerte con las actividades de deporte sano para reducir el riesgo de caídas a largo plazo y de forma permanente.

1.2.2 Grupos diana del curso

El programa integral de deporte sano Resistencia y estabilidad está destinado a personas mayores que no han practicado deporte o que quieren volver a practicarlo. El grupo diana de este entrenamiento de prevención de caídas son las personas mayores que viven en casa.

Estas personas deben poder estar de pie solas y andar, también con ayudas como bastones, muletas, andadores, sillas de ruedas o similares. Deben ser capaces de ir solas al lavabo. Deben poder asistir solas a las clases o con ayuda de sus familiares. Deben estar orientados y ser aptos para trabajar en grupo.

En general, podemos distinguir dos posibles grupos diana:

Los dos grupos diana del entrenamiento ambulatorio de prevención de caídas son:

1. Personas mayores que quieren practicar activamente la prevención de caídas, aunque todavía no presenten un mayor riesgo y nunca se hayan caído.

2. Personas mayores que se sienten inseguras de pie o presentan una limitación de la movilidad, por lo que presentan un mayor riesgo de caídas.

Ambos grupos diana pueden entrenar conjuntamente en una asociación dentro del marco de un programa especial o de grupo. Sin embargo, el monitor debe ser capaz de establecer diferenciaciones en su programa de ejercicios. Este curso tiene en cuenta la heterogeneidad de los participantes, por lo que prevé numerosas posibilidades de diferenciación.


No es posible establecer una edad concreta en el entrenamiento de prevención de caídas. El motivo es que algunas personas con 80 años todavía están tan en forma que no precisan este tipo de entrenamiento dirigido. Otras, con sólo 60 años, presentan tal limitación de su movilidad que se recomienda claramente un entrenamiento de prevención de caídas. Con todas las reservas, en general podemos decir que este tipo de programa de entrenamiento parece adecuado en personas mayores a partir de los 60 años de edad, sobre todo si hasta el momento no han practicado deporte.


1.2.3 Estructuración del curso

El curso Resistencia y estabilidad consiste en 12 clases de unos 60 minutos de duración cada una. Una clase consiste en las siguientes fases o módulos:

Bienvenida y presentación del módulo de conocimientos.

Entrenamiento de situaciones cotidianas.

Entrenamiento de tareas dobles y múltiples.

Entrenamiento del equilibrio o de la psicomotricidad.

Entrenamiento de la fuerza.

Final y deberes para casa.

En función del tema principal de la clase, se le dará mayor o menor énfasis a cualquiera de las fases. Cada clase tiene un tema principal que se elaborará detalladamente tanto en la teoría como en la práctica. Por ello, puede ocurrir que en una clase no se contemple uno de los módulos o tan sólo se haga de forma breve. Por otro lado, también es posible que se resuman varios módulos en uno solo, como, por ejemplo, en el módulo de “combinación del entrenamiento de fuerza y del equilibrio”. Lo que no debe faltar en ninguna clase es el “módulo de conocimientos”.

1.2.4 Metodología del curso

Las investigaciones científicas han demostrado que un entrenamiento de movimiento para la prevención sólo es eficaz si los estímulos son supraumbral, es decir, si los participantes entrenan en el umbral de su capacidad de esfuerzo. El presente curso de Resistencia y estabilidad hará especial hincapié en este principio tan importante para la prevención de caídas. Dentro del marco de este programa no se presentan ejercicios concretos, sino series de ejercicios escalonados metodológicamente por su grado de dificultad. Por lo tanto, el monitor del curso tiene la función de elegir entre una serie de ejercicios que, si bien buscan el mismo efecto, se escalonan según diferentes grados de dificultad. Optará por los que se ajusten más a la capacidad de esfuerzo de un grupo en concreto. Este procedimiento metodológico no sólo permite adaptar individualmente el programa del curso al correspondiente grupo, sino también dosificar el esfuerzo de cada participante en particular. Por ello, el conjunto de ejercicios es muy amplio y extenso. Esto también significa que, en una clase, no es necesario aplicar todas las propuestas de ejercicios (ni por volumen ni por grado de dificultad).

Un aspecto de especial importancia es la transferencia de lo aprendido en el curso a la vida cotidiana. Todos los contenidos han de transmitirse tanto a nivel teórico como práctico, y siempre en estrecha relación con la vida cotidiana del participante. La gran importancia de esta temática en el curso también queda reflejada en la integración del módulo “entrenamiento de situaciones cotidianas”.



1.2.5 Contenidos del curso

Los contenidos se derivan de los objetivos descritos, así como de la estructuración y metodología del curso. Se ofrecen ejercicios para mejorar la fuerza, la coordinación, la resistencia y la capacidad de relajación. No obstante, el entrenamiento del equilibrio y el entrenamiento de la fuerza siempre serán los aspectos centrales de todas las clases, debido a su importancia específica en la prevención de caídas. Otros aspectos igual de importantes son el entrenamiento de tareas dobles y múltiples, así como el “entrenamiento de situaciones cotidianas”. Además, los deberes para casa adquieren un papel esencial al ayudar a repetir lo aprendido y a reorientar al participante hacia un día a día activo.

1.2.6 Ofertantes y su cualificación

El curso Resistencia y estabilidad puede realizarse en diferentes centros, pero, sobre todo, en asociaciones deportivas, las cuales, en Alemania, deben solicitar el sello de calidad “Pluspunkt Gesundheit” y “SPORT PRO GESUNDHEIT”, para poder ofrecer estos servicios. Cuando se solicita este sello, las instancias oficiales comprueban si se cumplen las condiciones del curso. El requisito para todos los monitores es asistir a una formación de introducción al programa Resistencia y estabilidad de la DTB (Federación Alemana de Gimnastas) o de alguno de sus afiliados regionales.

1.2.7 Tamaño del curso

En el curso Resistencia y estabilidad, los monitores deben limitar los grupos a un máximo de 15 participantes para poder garantizar un seguimiento individualizado y, en consecuencia, mantener la acostumbrada calidad y la máxima eficacia posible.


1.2.8 Reconocimiento por parte de las mutuas sanitarias

El GKV (Seguro de enfermedad obligatorio de Alemania), conjuntamente con las asociaciones de mutuas sanitarias a nivel federal, han publicado las Directrices para la Prevención (Leitfaden Prävention) en las que se reflejan los campos de maniobra y los criterios para llevar a la práctica lo establecido en los §§ 20 y 20a del SGB V (Código de legislación social-mutuas sanitarias). El programa Resistencia y estabilidad cumple los requisitos y los criterios cualitativos establecidos en dichas directrices, encuadrándose dentro del campo de actuación de “hábitos de ejercicio”. En este campo se comentan los problemas a nivel del sistema musculo-esquelético y, específicamente, los trastornos de la motricidad, como, por ejemplo, el aumento del riesgo de caídas o la inseguridad en la marcha.

Los criterios principales para que una determinada oferta reciba subvenciones son, por ejemplo:

Titulación del monitor del curso (formación y formaciones continuadas).

Certificación del curso con el sello de calidad “Pluspunkt Gesundheit” y, en consecuencia del sello de calidad “SPORT PRO GESUNDHEIT” de los monitores.

Redacción por escrito de los conceptos de la oferta del curso:

Bases científicamente fundamentadas de la oferta.

Formulación de objetivos, contenidos y métodos.

Materiales del curso y horarios.

Documentación de los participantes.

Documentación escrita del curso (por ejemplo, lista de asistencias).

Toma de contacto con los grupos diana adecuados.

Tamaño del curso con un máximo de 15 participantes.

Instalaciones adecuadas.

Con el programa del curso Resistencia y estabilidad queremos ofrecer a las asociaciones deportivas, así como a otros ofertantes, un paquete global con el que tendrán la posibilidad de realizar cursos de resistencia y estabilidad sobre la base de las exigencias de calidad exigidas por las mutuas sanitarias.


1.3 Recomendaciones para la organización

1.3.1 Dependencias

En función del número de participantes, se precisa un recinto o una sala de al menos 100 metros cuadrados. Este recinto no sólo debe ser adecuado para las secuencias de ejercicios, sino también para la fase de enseñanza teórica. Además, ha de tener una temperatura ambiental adecuada y la posibilidad de poder airear el recinto y de crear un entorno agradable.

1.3.2 Aparatos y materiales

Para poder realizar el curso Resistencia y estabilidad se precisan los siguientes materiales:

Rotafolios.

Cintas elásticas de ejercicios (cantidad en función del número de participantes).

Sillas (a ser posible con respaldo y reposabrazos; cantidad en función del número de participantes).

Cinco metros o cintas métricas.

Un rollo de cinta adhesiva.

Lápices.

Una o varias escaleras domésticas de aluminio.

Se recomienda disponer además de los siguientes materiales (opcionales):

Tarjetas de moderación (cartulinas).

Tablas con pinza.

Diferentes superficies inestables (cantidad en función del número de participantes).

Lona de manteo.

Aros pequeños.

Pelotas erizo.

Cuerdas.

Frisbee.

Hojas de periódico.

Colchoneta blanda.

Palos.

Baldosas de moqueta.

Posavasos de cartón.

Banco largo.

Tapa de caja.

1.3.3 Seguridad

La seguridad de los participantes es prioritaria. El deber del monitor es diseñar la clase de movimiento de tal modo que no exista ningún riesgo inútil de caídas durante el entrenamiento. Esto no resulta fácil, ya que, por otra parte, el monitor ha de garantizar que las exigencias que se hacen al participante sean óptimas para mejorar sus funciones (por ejemplo, en el entrenamiento del equilibrio). En cada clase, el monitor ha de encontrar la justa medida entre la exigencia y la seguridad. Debe ponerles tareas exigentes a los participantes, pero sin exigirles imposibles. Esto sólo funciona cuando no todos los participantes han de realizar todas las tareas, sino que éstas se individualizan en función de la capacidad de rendimiento de cada uno. De este modo puede ocurrir que, en el entrenamiento del equilibrio, algunos participantes hagan ejercicios sobre una superficie inestable, mientras que otros resuelven las mismas tareas en bipedestación estable o llevados de la mano por un compañero. Si se dosifica individualmente el esfuerzo, pueden evitarse sobrecargas y, en consecuencia, movimientos incontrolados e inseguros que puedan provocar caídas.

Además, hay que tener cuidado de que se cumplan las siguientes reglas de seguridad:

Como en personas mayores siempre cabe esperar que se produzca una patología, aunque sea de forma excepcional, recomendamos que en todas las clases se tenga un móvil activado a mano. En caso de urgencia se podrá solicitar ayuda médica.

No hay que perder de vista a los participantes, sobre todo a los inestables: el monitor debe mantenerse cerca de ellos, llevarles de la mano en caso de necesidad y ayudarles durante la ejecución de determinados ejercicios.

Cuando el monitor y los participantes se conocen mejor, es posible delegar en uno de los participantes seguros. El lema es: los fuertes cuidan de los débiles.

Eventualmente puede ser útil, al principio, empezar algunos ejercicios permitiendo que los participantes se apoyen en los respaldos de sillas o en la pared de la sala. Sin embargo, cuando adquieran más confianza, es importante ir reduciendo estas ayudas que, finalmente, habrán de retirarse por completo.




A los participantes más débiles hay que ofrecerles un entrenamiento en pequeños grupos, llevándoles de la mano. En estos casos, el entrenador siempre se colocará entre los más débiles. Por un lado, las manos del vecino ofrecen un sostén relativo. Por otro, esto permite que los participantes más débiles también entrenen ejercicios más exigentes que requieren una implicación más intensiva del sistema del equilibrio.

En principio, en un entrenamiento de prevención de caídas no es necesario que los participantes visiten antes al médico para que éste dé su consentimiento. No obstante, debería disponerse del acuerdo médico para asegurarse su apoyo y para que motive a los participantes. En algunas personas mayores es necesario consultar previamente con el médico para que les efectúe un chequeo.

Las personas que por problemas de salud no sean aptas para el curso pueden informarse en sus mutuas sanitarias sobre posibles medidas terapéuticas, como, por ejemplo, fisioterapia, entrenamiento funcional, entrenamiento de pacientes, programa de control de enfermedades, etc.

1.3.4 Financiación

En el cálculo de los costes de un curso de Resistencia y estabilidad deben tenerse en cuenta los siguientes factores:

GastosImporte
Remuneración del monitor (12 clases)
Instalaciones (amortización/ alquiler, electricidad, agua, calefacción, portería)
Costes de administración (personal, correos, teléfono)
Documentación del curso para los participantes (coste de las copias)
Adquisición de materiales (20% de los costes de adquisición, ya que pueden utilizarse en los siguientes cursos): p. ej., colchonetas, cintas elásticas
Gastos del seguro de los que no son miembros de la asociación
Otros gastos
Suma de los gastos

La suma de todos los gastos se divide por el número de participantes, con lo que se obtiene el importe que puede cobrarse por participante.

1.3.5 Prensa y publicidad

Anuncie con suficiente antelación su nueva oferta de cursos. Para hacer publicidad, puede recurrir a diferentes medios de comunicación, como por ejemplo:

Revista de la asociación.

Periódicos.

Folletos publicitarios gratuitos.

Pósteres.

Folletos informativos para médicos, farmacias, etc.

1.3.6 Información a los participantes

Si es posible, se recomienda una reunión con los participantes antes de empezar la primera clase del curso. En esta reunión pueden aclararse dudas y se pueden transmitir informaciones importantes a los participantes.

Una parte importante del curso son los deberes para casa. Para poderlos realizar, los participantes precisan determinados materiales. Es recomendable explicarles de antemano lo que precisan. En concreto, los participantes necesitarán:

Colchoneta de gimnasia o una manta isotérmica, que es barata.

Una cinta elástica.

Una silla.

Un reloj con segundero.

Eventualmente un compañero que, en la primera semana del curso, esté dispuesto a cronometrar el tiempo al repetir los ejercicios.

Resistencia y estabilidad para personas mayores

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