Читать книгу Giovanni y Erminia - Juan José Marconi - Страница 11
ОглавлениеY por último QUINTO, que de joven se fue a vivir a Alemania, y cuya esposa se llama Edith y de ellos nacieron Heike y Linda y viven allá, sin tener mucho contacto con la tierra de Ottavio, ni con la “parentela”.
El matrimonio Marconi vivía en las afueras de Polverigi.
La casa PATERNA se encuentra hoy sin el cariño de algún morador que la cuide. En ella vivió Giovanni hasta que, en noviembre de 1910, decidió casarse y en diciembre emigrar a la Argentina, en busca de “UNA VIDA MEJOR”, para él, Erminia y “LA FAMILIA NUMEROSA” que iban a formar, y que siempre había soñado.
Realmente hoy está muy descuidada, es una casa de planta baja y primer piso, con una puerta de entrada de dos hojas, una ventana chica a cada lado, tres ventanas también chicas en el piso superior y un galponcito como para guardar herramientas, y cosas de los quehaceres diarios; ubicada en la esquina de Via dell’Industria y Via Baiana; según dijo Federica, quienes la habitaban se fueron a vivir a la ciudad de Ancona, y por eso el “notorio abandono”.
Muerto Ottavio, Paolina siguió viviendo ahí con Rinaldo y Stella. Rinaldo se casó con Adele, luego de un corto paso por la Argentina, que no le rindió lo esperado, porque su hermano Giovanni quiso que trabajara muy fuerte y desde abajo, y eso parece que no le gustó mucho al itálico menor de los Marconi, o tal vez, lo que no le gustó fue la actitud de su hermano mayor, de tratarlo como “uno más”.
Después de 1932 en que muere Paolina siguieron en “la casa” Rinaldo con Adele, su esposa, y sus cinco hijos. ¡¡¡Ah, y con Stella!!! Muerto el matrimonio quedó, en Dell’Industria 17, Mario, quien se casó con Ondina, y nacieron Sergio y Stefania; claro que Stella también estaba.
Mario murió en 1969 y Stella en 1972. Muerta esta, los últimos “moradores” siguieron ahí; Ondina, Sergio y Stefania.
La vida siguió su curso hasta que hace algunos años se fueron a vivir a Ancona, Ondina, Sergio y Stefania, ya casada y madre de Alessandro y Alessia.
Recién entonces quedó la “CASA MARCONI” sola, como guardiana de todos los recuerdos de lo vivido ahí por LA FAMILIA.
Construida en el siglo XIX, hoy en el XXI, está como dormida esperando no sé qué..., ni de quién.
Pensar que en ELLA están encerrados los sueños de una VIDA MEJOR, con una familia y MUCHOS HIJOS, de un “campesino italiano”, que para “verlos cumplidos” tuvo que hacer muchísimos sacrificios. Irse muy lejos sin mirar para atrás y empezar todo desde cero.
Y además, no volver nunca más para contarlo.
¡Ese campesino italiano que soñó tanto en esa casa era:
¡MI ABUELO GIOVANNI E PIETRO MARCONI!!!
En cuanto a Erminia, sabemos que era hija de Giovanni Martelli (hijo de Martelli Giacomo y Rocchegiani Luigia), quien nació en Paterno (antes una comuna de la provincia de ANCONA, hoy pertenece a la ciudad de ANCONA), cerca de Polverigi hacia el norte, mucho más chiquita, el 26 de junio de 1846 (cuánta coincidencia, el mismo nombre y nació el mismo día y mes que nuestro Giovanni, su yerno), y que se casó con María Graziosi (hija de Graziosi Giovanni y Cesarini Clementa, nacida el 3 de mayo de 1860), el 19 de octubre de 1882, a los 36 años de él y a los 22 años de ella. Ambos eran contadinos y Giovanni Martelli era 14 años mayor que María, su esposa. Los dos murieron en 1922, Giovanni el 19 de febrero (de 75 años y casi 8 meses) y María el 10 de julio (de 62 años y dos meses); los dos, por extraña coincidencia de “parálisis progresiva”, y los dos están sepultados en el cementerio de Polverigi.
Vivieron en, por lo menos, tres domicilios distintos: Acuedotto 62, que hoy ya no existe y se cree que era en la actual Vía Guillermo Marconi; después en Via San Giovanni 51 (ahí vivían cuando Erminia se casó y “emigró”) y por último en Via Regina Margherite, donde aún lo hacían cuando se enfermaron y murieron.
Pudimos saber también, por cuentos de Erminia misma, que había dejado dos “baúles” llenos de ropa, que iba a pedir que se los manden en cualquier momento, cosa que nunca ocurrió. También dejó una hermana, llamada GINA y que siempre esperaba noticias, pues entre ambas había un buen recuerdo.