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ОглавлениеPREFACIO
A finales del siglo XX hemos asistido a un fuerte impulso en la consideración y el avance de las Ciencias del Entrenamiento Deportivo y, consecuentemente, al inicio de una profunda transformación de la preparación de los deportistas de alto rendimiento.
El fútbol, a pesar de su congénito espíritu conservador, no pudo resistirse a esta nueva impronta; fueron apareciendo métodos de trabajo convalidados por protocolos científicos; progresivamente se fue extendiendo a todos el uso de la informática, y en el diario accionar irrumpieron con mayor frecuencia nuevas tecnologías (muchas de ellas sofisticadas) sea en la planificación, en la ejecución o en la evaluación del entrenamiento.
Poco a poco el conocimiento científico llegaba a los campos de fútbol como etapa superadora del pensamiento mágico.
En este contexto, jóvenes preparadores físicos que daban sus primeros pasos tuvieron la posibilidad de formarse en la idea de ingresar en una disciplina sistemática, racional, rigurosa; se educaron en la lectura de bibliografías como la de Manteiev o de Åstrand, por citar alguna; se desarrollaron con profusa información internacional que promovía la revolución globalizadora de las comunicaciones, y se fueron adecuando rápidamente a las exigencias intelectuales que en un futuro la profesión de entrenador les iba a requerir a alto nivel.
Juan Manuel Alfano es un claro exponente de esa generación. Y hoy, en plena madurez profesional, nos entrega este trabajo brillante sobre la resistencia del futbolista. Fiel a sus días, escribe con la seriedad que demanda el conocimiento objetivo, con rigor académico y criterio científico. Da muestras de conocer largamente los fundamentos fisiológicos necesarios para responder cómo, cuándo y por qué, del mismo modo que sus conocimientos pedagógicos le permiten planificar, organizar y metodizar las cargas.
Pero no desea permanecer solamente en la teoría ni profundizar en los vericuetos de la retórica, y nos ofrece las soluciones por él experimentadas.
Con un lenguaje sencillo y sobrio plantea con claridad los diferentes sistemas (todos ellos convalidados) para cuantificar el punto de partida y determinar la dirección del entrenamiento de la resistencia, dándole su justo valor a cada uno de esos caminos.
Dentro del macrociclo anual concibe una periodización de la potencia aeróbica del futbolista dividida en tres fases que tiene un inestimable valor aplicativo. No se queda en la resistencia como cualidad general y básica de tantos deportes.
Mediante la lectura y elaboración de la copiosa estadística existente sobre la actividad de un futbolista en el campo, muestra las particularidades que ésta tiene en el fútbol.
Se puede observar cómo en su exposición jamás deja de lado los aspectos prácticos y los problemas organizativos que cada método demanda y no abdica de ninguno de ellos (ya sean clásicos o posmodernos) en tanto y en cuanto sean el método más eficaz y posible para alcanzar el objetivo trazado.
De esa forma nos revela una diversidad de medios, rutinas de trabajo y entrenamientos con pelota que ha ido formulando en su prestigiosa carrera de preparador físico en equipos de notable jerarquía. En ellos se especifican los componentes de la carga y la dosificación empleada en la realidad del campo futbolístico profesional, lo que para muchos lectores son valores de referencia y les facilitan la comprensión del tema.
En el final se asoma al futuro: define qué es la resistencia especial del futbolista (una cualidad compleja y, como tal, aún no explorada a fondo por la investigación científica), explaya cuál es el enfoque para abordarla y da ejemplos concretos de su aplicación ofreciéndonos minutas de trabajo de su autoría que ya han realizado futbolistas europeos de primera línea.
Es un honor para mí introducir estos comentarios en una obra que considero sumamente valiosa por su actualidad, por la calidad de la información y porque está escrita por un entrenador de campo que nos regala las conclusiones del día a día. Se trata de una bibliografía de consulta sobre una capacidad condicional que es decisiva en el fútbol y que ha sido presentada con un diseño atractivo de lectura ágil.
Para concluir les diré que formo parte de la camada de maestros del autor solamente nutridos del voluntarismo y la pasión de otros tiempos. Como es un orgullo impagable vanagloriarme de esa condición, es probable que este prólogo no haya podido sostener la objetividad que reclama todo discurso formal. Y es que los afectos no saben de racionalismos.
Julio Santellla