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CAPÍTULO 1

Análisis del partido

■INDICADORES INTERNOS

•FRECUENCIA CARDÍACA

•LACTACIDEMIA

•PORCENTAJE DEL CONSUMO MÁXIMO DE OXÍGENO ( MÁX.)

•GLUCÓGENO MUSCULAR

■INDICADORES EXTERNOS

•TIPO E INTENSIDAD DE LOS DESPLAZAMIENTOS

•DURACIÓN DE LOS ESFUERZOS

•DISTANCIA TOTAL RECORRIDA

-POR UN DEFENSA CENTRAL

-POR UN DEFENSA LATERAL

-POR UN MEDIO CENTRO

-POR UN INTERIOR

-POR UN MEDIA PUNTA

-POR UN DELANTERO

En los deportes colectivos acíclicos e intermitentes, como es el caso del fútbol, no se podrá determinar de manera rotunda y con exactitud las cargas a que se someterán los jugadores en competición, ya que el fútbol es un deporte de situación, es decir, hechos y situaciones que lo modifican y lo califican como imprevisible, pero sí se puede conocer con precisión las cargas que han soportado una vez finalizada la competición. Como consecuencia de esto, los requerimientos fisiológicos del fútbol son mucho más complejos que los de otras disciplinas deportivas, alternando y combinando los diferentes mecanismos de producción de energía, interactuando uno sobre otro a lo largo del partido y haciéndolo también más interesante.

DIAGNÓSTICO DEL RENDIMIENTO

•ANÁLISIS DEL DEPORTE Y DEL ESFUERZO

•NIVEL FÍSICO ACTUAL E INICIAL

•OBJETIVOS A CORTO Y MEDIO PLAZO

•MÉTODOS DE ENTRENAMIENTO

•CONTROL DE ENTRENAMIENTOS Y PARTIDOS

•EVALUACIÓN Y RECTIFICACIÓN DEL ENTRENAMIENTO

En condiciones normales, estos requerimientos fisiológicos tienen una estrecha correlación con la capacidad física del jugador, que se puede dividir aproximadamente en los siguientes componentes:

1.La capacidad para realizar un ejercicio físico de tipo prolongado e intermitente muy relacionada con la capacidad aeróbica o de resistencia.

2.La capacidad para realizar un trabajo físico a alta intensidad. Muchas de las acciones que pueden influir en el resultado final se desarrollan a alta intensidad, por lo que es importante que los jugadores realicen repetidamente acciones a alta intensidad, es decir, que un jugador sea apto en su destreza técnica tanto en la parte inicial como en la parte final del encuentro.

3.La capacidad de aceleración y desarrollo de esprín.

4.La capacidad para desarrollar un elevado nivel de potencia en una acción de juego con el balón, en saltos, contrastes, aceleraciones, desaceleraciones, cambios de dirección y en todos los esfuerzos en que se comprometan las características de fuerza.

Estos requisitos funcionales, previamente enumerados como la capacidad condicional, y representados por las características del sistema cardio-circulatorio y muscular combinado con la acción del sistema nervioso, podrán determinar de forma aproximada el perfil físico del futbolista que intentaré describir con más detalle.

La carga del ejercicio de la competencia, una vez valorada, debe ser el punto de referencia a la hora de realizar la selección y los medios de entrenamiento. La competición será la que determine los objetivos y los medios del entrenamiento físico.

En el fútbol actual, la distancia media cubierta por los jugadores de alto nivel se ha calculado que es aproximadamente 11 km en un partido, a lo que corresponde una velocidad media de carrera de 7,4 km/h. Este valor, si bien es necesario e importante, no constituye una medida exclusivamente significativa del gasto energético realizado por los jugadores, pues también éstos realizan otros tipos de actividades que requieren energía como aceleraciones, cambios de dirección, frenos, saltos y contracciones musculares en actos como contrastes o entradas. Estas actividades intermitentes que comprenden la sucesión de esprines son más costosas desde el punto de vista energético y se podrían reflejar también con medidas como frecuencia cardíaca, utilización de glucógeno o la pérdida de líquidos. Basándose en estas consideraciones, se puede estimar que los futbolistas utilizan aproximadamente el 70% del máx.

La información acerca de la estructura del desarrollo del trabajo en el partido y los factores que condicionan el resultado permitirá dirigir el entrenamiento y pronosticar los requerimientos para obtener resultados. Por eso, el análisis de la competición debe ser el punto de partida para la confección y planificación del entrenamiento en el fútbol.

Para estudiar y analizar el trabajo efectuado por cada jugador y poder evaluar así su coste energético durante un partido, se puede evaluar una serie de parámetros o indicadores tanto internos como externos. Este doble análisis de la energía mecánica restituida al exterior y del coste energético interno de la actividad permitirá obtener una información valiosa a la hora de analizar posteriormente las cualidades físicas que debe poseer un futbolista y de diseñar un programa de entrenamiento adecuado.

INDICADORES INTERNOS

Un gran número de variables fisiológicas experimentan cambios durante la competición, pero, de todas ellas, la frecuencia cardíaca, la concentración de lactato en la sangre y el porcentaje de consumo de oxígeno ( máx.) al que se ejercitan los jugadores nos darán la información suficiente para determinar las exigencias del deporte.

Frecuencia cardíaca

La frecuencia cardíaca es uno de los índices fisiológicos más utilizados en el control del entrenamiento y la competición del fútbol. Su importancia radica en su utilidad para estimar el consumo de oxígeno, constituyendo un parámetro útil para conocer el grado de intensidad del esfuerzo realizado. La frecuencia cardíaca media en un partido se sitúa en valores de 165 a 175 latidos por minuto, presentando oscilaciones de 130 a 200 latidos por minuto. Esto indica la elevada solicitación del metabolismo aeróbico, cuyos procesos predominan sobre los de tipo anaeróbico. Generalmente estas cifras medias corresponden a valores promedio de entre el 80% y 86% de la frecuencia cardíaca máxima, así como a porcentajes elevados de la potencia aeróbica máxima (80-91%), exceptuando a los porteros. La frecuencia cardíaca promedio en un partido variará lógicamente en función del puesto, siendo 158 latidos por minuto para los jugadores de campo y 124 latidos por minuto para el portero.


Lactacidemia

Con respecto a otro indicador interno como el ácido láctico, que ha sido utilizado para valorar el rendimiento de los deportistas, éste es un parámetro que tiene un importante papel como indicador de la intensidad del ejercicio desarrollado. Se puede establecer unos valores promedio de lactato sanguíneo de 4-5 mmol/l durante un partido de fútbol. Existen notables variaciones en los valores obtenidos por diferentes autores. Estas variaciones se deben, como es lógico, a las características del esfuerzo realizado en los minutos previos a la toma de la muestra. Ante estas variaciones, algunos autores han intentado fraccionar los 90 minutos en mediciones periódicas de lactacidemia. Los resultados se muestran relativamente estables a lo largo del partido.

Porcentaje del consumo máximo de oxígeno ( máx.)

Las características de la actividad pueden estar influidas por la capacidad física. Un clásico índice de la resistencia orgánica de un atleta lo constituye el valor del consumo máximo de oxígeno ( máx.). La capacidad para mantener un gran nivel de trabajo durante 90 minutos puede ser determinada por los factores aeróbicos. Éstos incluyen el consumo máximo de oxígeno usado como un índice de la potencia aeróbica máxima del atleta. En efecto, el máx. es un concepto que fisiológicamente explica una medida de capacidad (mlO2/kg) sobre una medida de tiempo (mlO2/kg/min). Un consumo máximo de oxígeno elevado beneficia la prestación del futbolista en la medida en que le permite una recuperación más rápida entre esfuerzos, retarda la aparición de la fatiga y permite al deportista mantener el trabajo a alta intensidad. Se estima que el partido de fútbol demanda un consumo de oxígeno medio de casi el 75% del máx.

Alrededor del 70% de los esfuerzos que se realizan durante un partido se encuentran entre el 60% y el 70% del máx., el 20% a nivel de umbral anaeróbico (80% del máx.) y el 10% de los esfuerzos por encima del 100% del máx. Diversos estudios se han ocupado de la valoración del consumo máximo de oxígeno de jugadores de alto nivel y han descrito valores medios comprendidos entre 56 y 69 ml/kg/min (Reilly, 1993). Estos valores son similares a los encontrados en otros deportes de equipo, pero son considerablemente inferiores a los alcanzados por atletas de elite en deportes de resistencia. En efecto, en estos atletas se han observado niveles de máx. superiores a 75/80 ml/kg/min (Reilly y Secher, 1990). La mayor parte de los estudios efectuados en jugadores han mostrado una gran variabilidad de valores del máx. , la cual se asocia en parte al diferente rol ocupado dentro del campo por los jugadores en el contexto del equipo. Los niveles de máx. requeridos en un futbolista para mantener una elevada intensidad durante el partido de fútbol estarían entre 58 y 60 ml/kg/min. Estos valores aconsejables y aproximados no significan que en la realidad encontremos habitualmente a futbolistas en los equipos por debajo de la media de consumo máximo de oxígeno que pueden compensar una discreta o escasa capacidad de resistencia con una buena calidad técnica o mediante un alto grado de motivación. Para jugar no son necesarios indispensablemente estos valores de consumo de oxígeno, habiéndose encontrado casos que escapan a estos criterios de selección de capacidad física.

Glucógeno muscular

Las características del esfuerzo requerido en un partido de fútbol hacen que se utilicen significativamente sustratos energéticos, siendo el glucógeno el sustrato clave. La utilización del glucógeno muscular es del orden del 60% al 90% de las reservas musculares iniciales. En un partido de fútbol, el glucógeno de los músculos activos parece constituir el principal sustrato de la producción de energía. Ekblom (1986) realizó biopsias musculares a jugadores de la primera división sueca y observó una disminución muy importante de las reservas musculares de glucógeno ya en la primera parte y en algunos jugadores estaban casi agotadas, así como un vaciamiento casi completo al finalizar el partido. El agotamiento del glucógeno puede hacer que la glucosa en sangre disminuya y ello provoca en los esfuerzos pérdidas de concentración y disminución de la efectividad de ejecución de las habilidades técnicas y tácticas. El conjunto de estos resultados permite concluir que el glucógeno muscular es un sustrato que tiene una importancia clave en un partido de fútbol debido a que se utiliza de modo predominante y se puede llegar a agotar precozmente. En relación con el glucógeno muscular, se puede decir que las reservas del organismo son muy pequeñas, se suelen agotar durante un partido y su agotamiento se acompaña de una disminución notable del ritmo de juego. La recuperación completa de estas reservas puede prolongarse más de 48 horas. También los triglicéridos musculares, los ácidos grasos libres presentes en la sangre y la glucosa se utilizan como sustratos en el metabolismo oxidativo de los músculos. Durante el ejercicio prolongado e intermitente, se podría considerar que la fatiga está relacionada con la depleción del glucógeno muscular. En el fútbol, el fenómeno de la fatiga se torna más complejo pues los jugadores tienen una actividad de alta intensidad, intermitente y prolongada.

INDICADORES EXTERNOS

Los indicadores externos son todos los que se manifiestan de forma visible durante el juego, y son: tipo e intensidad de los desplazamientos, duración de los esfuerzos y la distancia recorrida.

Tipo e intensidad de los desplazamientos

El fútbol es un deporte en el que se realizan esfuerzos a diferentes intensidades con tiempos de recuperación imprevisibles. Estas intensidades abarcan desde situaciones en las que el jugador está detenido o caminando hasta esprines a velocidades superiores a 25 km/h. Numerosos autores han efectuado el análisis de la intensidad del esfuerzo en un partido de fútbol en un intento por relacionar dicho esfuerzo con el proceso metabólico que lo hace posible. En general se considera que se anda o se realiza una marcha lenta el 50-70% del tiempo, mientras que se realiza un trabajo submáximo o máximo el 20% y el 10% restante, respectivamente.

Duración de los esfuerzos

El fútbol se considera un deporte intermitente por cuanto que constituye una alternancia de esfuerzos y acciones de duración e intensidad variables. Las secuencias de juego que se suceden más a menudo en un encuentro tienen una duración de 0 a 30 segundos en el 73% de los casos (siendo el 33% de ellas menores de 15 segundos). Si a esto se añade que los tiempos de reposo se encuentran en su mayoría por debajo de los 40 segundos (el 93% de los casos es inferior o igual a 30 segundos y el 32% de ellos es inferior a 15 segundos), parece razonable apuntar el carácter altamente intermitente del fútbol. Cada partido implica entre 1.000 y 1.200 acciones que incorporan cambios rápidos y frecuentes de velocidad y de dirección, así como la ejecución de gestos técnicos del juego.

Distancia total recorrida

Uno de los primeros en analizar de manera sistemática el juego del fútbol ha sido Walter Winterbottom. Este comisario técnico de la selección inglesa y director de la escuela de entrenadores en el período de 1946 a 1962 estudió a los futbolistas profesionales durante los encuentros, trazando su trabajo sobre una planilla a escala del campo de juego, y mediante este sistema estimó que un jugador cubría una distancia media aproximada de 3.361 m por partido (Winterbottom, 1952). Esa distancia estimada se dividía entre caminar, carrera a baja intensidad y carrera a velocidad sostenida, obteniendo 2.347 m entre las dos primeras categorías y 1.015 m en la tercera.

Wade (1962) anotó una distancia que comprendía un intervalo de 2.000 a 5.500 m aproximadamente, también subdivididos en tres categorías similares.

Otros trabajos científicos iniciales que estudiaron la distancia media recorrida por un jugador en un partido de competición fueron los realizados por Saltin (1973), quien analizó el filmado efectuado durante 3 minutos de cada tiempo de juego a cada jugador, extrapolando luego la distancia cubierta por los jugadores en un encuentro. La distancia estimada fue 12 km entre marcha, carrera a ritmo medio y carrera a máxima velocidad, 3.240, 5.880 y 2.880 m, respectivamente. Las tres modalidades de desplazamiento consideradas por Saltin y los autores anteriores no nos proporcionan valores en referencia a la velocidad de los desplazamientos. Por este motivo estos estudios, aunque desde un punto de vista histórico constituyen indudablemente un primer e importante acercamiento científico al problema, carecen de precisión sobre el tipo de esfuerzo sostenido por el jugador.

Whitehead (1975) estimó la distancia cubierta observando períodos de 10 minutos de partido por tiempo de juego, registrando las acciones desarrolladas por los jugadores. Calculó para los laterales y centrocampistas de la primera división inglesa una distancia media de 11,7 km.

Por los mismos años, Reilly y Thomas, basándose en registros y comentarios grabados y filmados de partidos, pero ya intentando dividir las diferentes distancias en función de las distintas posiciones de los jugadores, estimaron que la distancia media recorrida por 40 jugadores era 8,7 km.

Ekblom (1986) estudió cuatro equipos de la liga sueca durante 6 partidos cada uno, anotando las acciones de un jugador, a cada segundo y a cada minuto, con una técnica de registro manual, encontrando un recorrido medio aproximado de 10 km. Podríamos encontrar muchas otras investigaciones, alemanas, japonesas, belgas, etc., registrando infinidad de estadísticas, pero tal disparidad puede explicarse por el hecho de que estos primeros estudios se hicieron con una tecnología rudimentaria, por lo que cabe afirmar que los datos de los estudios efectuados no son muy fiables. Si examinamos los resultados de los estudios efectuados entre 1985 y 1995, observaremos fácilmente que hay una mayor homogeneidad en los registros.

La fiabilidad y objetividad de los métodos utilizados para registrar información estarán determinadas por la evolución de la tecnología. En ocasiones lo que se puede y no se puede medir va a depender del desarrollo tecnológico. La evolución de la alta tecnología hace que los sistemas de registro se encuentren en continuo desarrollo, lo que provoca que las mediciones sean cada vez más científicas y fiables. En esta evolución se ha pasado de las técnicas manuales en planillas, gráficos, grabaciones o vídeos a veces subjetivos y poco fiables a los métodos digitales más modernos que ofrecen objetividad y precisión.

De entre los sistemas más modernos y fiables para analizar la competición destaca el sistema Amisco, capaz de analizar y reconstruir el juego en tres dimensiones. Este sistema se basa en el seguimiento de los jugadores sobre el terreno de juego mediante cámaras de vídeo dispuestas en el campo. En el apartado “Análisis físico de la competición con el sistema Amisco” se realiza un análisis de la competición mediante este sistema. Actualmente, la utilización del sistema Amisco nos permite medir con un alto grado de fiabilidad la actividad (física y táctica) que desarrollan todos los jugadores que participan en un partido de fútbol. Con él pudimos observar los resultados de la competición de varios equipos seguidos, y dos en especial en la 1a división española en las temporadas 2005-2006 y 2006-2007, y otros dos equipos de la Serie A italiana en las dos temporadas precedentes. En este análisis se han evaluado las siguientes variables:

1.Distancia total (metros recorridos).

2.Baja intensidad; todos los desplazamientos realizados de 0 a 11km/h.

3.Umbral aeróbico; todos los desplazamientos comprendidos entre 11 y 13 km/h.

4.Umbral anaeróbico o carrera en alargue; son los desplazamientos realizados entre 13 y 17 km/h aproximadamente, pues el futbolista presenta un umbral anaeróbico entre 13 y 15,5 km/h.

5.Velocidad aeróbica máxima (VAM) o carrera rápida; todos los desplazamientos realizados entre 17 y 21 km/h, pues el futbolista registra una VAM media de 18 km/h.

6.Esprín o carrera de velocidad; todos los desplazamientos realizados entre 21 y 24 km/h.

7.Velocidad máxima; todos los desplazamientos a más de 24 km/h.

8.Frecuencia con que se repiten esos esfuerzos o carreras del jugador en cada uno de los 7 parámetros que clasificamos según el intervalo de velocidades predeterminadas.

9.Distancia parcial (metros recorridos) a cada velocidad predeterminada.

10.Porcentaje de la VAM a la cual se desarrolla cada uno de los 7 desplazamientos.

11.Longitud media de los desplazamientos.

Analizando a un mismo jugador en varios partidos se observa que puede haber diferencias de hasta 1 km en la distancia total recorrida o diferencias entre la cantidad de cada uno de los esfuerzos dependiendo del partido. Todo ello indica que no sólo existen diferencias entre los sujetos, sino que un mismo jugador puede tener valores diferentes en cada partido.

Una vez analizados los datos físicos, se pueden apreciar diferencias por puestos y entre la propia capacidad individual de trabajo de los futbolistas que entrenamos. Estas variaciones entre un encuentro y otro muestran que los jugadores no siempre realizan el mismo despliegue, porque no siempre utilizan completamente su potencialidad física en cada partido debido a una gran cantidad de variables imposibles de controlar. Por tanto, con el objetivo de obtener una media significativa los jugadores, fueron observados en aproximadamente 40 partidos cada uno. También creo conveniente señalar que las diferencias recogidas para cada jugador en su propia evaluación de un encuentro son reducidas. Creo que la mayor distancia recorrida de los centrocampistas se debe probablemente a un nivel de condición física superior de estos jugadores y a las exigencias tácticas del puesto, y que ciertas tendencias de rendimiento se deben claramente a una posibilidad de prestación física superior de cada jugador. Por último, creo necesario mencionar que, de todas las variables que influyen en la actividad de un jugador, las que más afectan son el puesto que éste desempeña dentro del campo de juego y la función táctica (defensa de banda, defensa central, medio centro, media punta, interior, delantero) que le toca desempeñar, e incidirán en su actividad al final del partido. Hay puestos como el defensa central que tienen una actividad más reducida que el medio centro, el media punta o el interior.

Una vez analizados los datos físicos, se puede afirmar de forma sintética sin distinguir equipos o puestos que un jugador de la 1a división de la liga española recorre aproximadamente una media de:

•1.1426 m de distancia total;

•7.119 m los realiza a una baja intensidad, es decir, a 5 km/h;

•1.627 m los recorre a una velocidad de 12,5 km/h, es decir en la zona del umbral aeróbico;

•1.085 m los realiza a 15,5 km/h, a velocidad de umbral anaeróbico o carrera en alargue;

•930 m los realiza a una velocidad de 18,5 km/h, es decir a la velocidad de la VAM;

•320 m son recorridos en esprín, es decir, a 22 km/h;

•325 m los recorre a 25 km/h, es decir, a la velocidad máxima.

Tabla 1. Análisis físico de la competición. Valores promedio de más de 40 partidos de la liga española de 1a división y liga de campeones. Temporadas 2004-2005, 2005-2006 y 2006-2007. Evaluación realizada con los jugadores diferenciados por líneas y puesto táctico

DISTANCIA RECORRIDA POR UN JUGADOR DE CENTROCAMPO A DIFERENTES VELOCIDADES



DISTANCIA RECORRIDA POR UN JUGADOR DE BANDA



DISTANCIA RECORRIDA POR UN JUGADOR DE BANDA



DISTANCIA RECORRIDA POR UN JUGADOR DE BANDA



Para cuantificar correctamente la intensidad de la carrera en los diversos tipos de ejercicios adoptados, es indispensable analizar el tipo de desplazamiento efectuado por el jugador en el campo durante la competición.

Un jugador de gran actividad como el ejemplo del inicio puede realizar aproximadamente 609 esfuerzos desarrollados a una baja intensidad (comprendida entre 5 y 13 km/h), y un total aproximado de 316 esfuerzos con cambios de velocidad (a mi parecer, los más importantes a entrenar) implicados a alta intensidad (a partir de 15 km/h, hasta desplegar su máxima velocidad, más o menos 24 ó 25 km/h).

Además, los valores que pueden encontrarse en los actuales análisis de partidos son de tipo absoluto. Por este motivo no pueden ser inmediatamente utilizados por el preparador físico como índice que pueda aplicarse individualmente y que nos permita entender la intensidad relativa y por ello la carga interna soportada por el jugador en los diferentes tipos de carrera y/o desplazamientos realizados en el curso del juego.

Por esta causa es necesario utilizar los datos de desplazamientos relativos de una competición comparando los valores de las acciones en función de la velocidad aeróbica máxima del jugador. Para la justa elección del parámetro con el fin de cuantificar la intensidad de la carrera, examinaremos los datos de competición de alto nivel confrontándolos con los datos del análisis del partido basándonos en la VAM media del jugador tipo, que se define como la mínima velocidad a la cual se alcanza el valor del máx. En el caso del jugador de fútbol, la mayoría de los autores coinciden en un máx. medio de 60 ml/kg/min (Mognoni, 1996). Este valor de máx. corresponde a una VAM media de 17,6 km/h (Cazorla, Leger, 1993).

Los datos de recorridos suministrados por el análisis de partidos y referidos a valores de la VAM han arrojado los resultados descritos en las tablas 2 a 5.

Tabla 2. Porcentaje de la VAM en relación con la velocidad de carrera calculada considerando un máx. de 60 ml/kg, correspondiente a una VAM de 17,6 km/h

DESPLAZAMIENTOVELOCIDAD DE RECORRIDO% VAM
ESTÁTICOPOSICIÓN ESTÁTICA0,0
CARRERA SUAVE O BAJA INTENSIDADDE 5 A 11 KM/H (MEDIA=6 KM/H)30
CARRERA MEDIA A UMBRAL AERÓBICODE 11 A 14 KM/H (MEDIA=12,6 KM/H)65
CARRERA EN ALARGUE O UMBRAL ANAERÓBICODE 14 A 17 KM/H (MEDIA=15,5 KM/H)80
CARRERA RÁPIDA O A VAMDE 17 A 21 KM/H (MEDIA=18,5 KM/H)97
VELOCIDADDE 21 A 24 KM/H (MEDIA=22,4 KM/H)114
ESPRÍN MÁXIMO+ DE 25 KM/H132 Y +

En los desplazamientos están incluidos el caminar, la carrera lateral y correr hacia atrás.

Tabla 3. Porcentajes de la VAM en relación con el tiempo total de trabajo

% VAM% TIEMPO TOTAL DE JUEGO
0,09,66
29-3219,79
6540,75
80-8613,55
95-1046,83
114-1205,86
135+1,59

Tabla 4. Porcentajes de la VAM en relación con la distancia total recorrida en partido

% VAM% TIEMPO TOTAL DE JUEGO
3151,7
6519,3
8015,1
9710
1142,7
132+1,4

Tabla 5. Porcentaje del tiempo y la distancia recorrida en relación con los diferentes desplazamientos

DESPLAZAMIENTO% TIEMPO TOTAL% DISTANCIA TOTAL
ESTÁTICO10,660,0
CARRERA SUAVE O BAJA INTENSIDAD58,2851,7
CARRERA MEDIA A UMBRAL AERÓBICO14,5019,3
CARRERA EN ALARGUE O UMBRAL ANAERÓBICO6,7915,1
CARRERA RÁPIDA O A VAM5,810
VELOCIDAD1,82,7
ESPRÍN MÁXIMO1,31,4

Del análisis de los datos mostrados en las tablas podemos resumir esquemáticamente los siguientes puntos:

•El juego de “baja intensidad” comprende desplazamientos que van desde el 30% hasta el 75% de la VAM y corresponde al 70% del tiempo total de juego y al 70% de la distancia total recorrida.

•La intensidad del juego definible como “media alta” comprende desplazamientos que van del 80% al 100% de la VAM y corresponde al 17% del tiempo total de juego y al 25% de la distancia total recorrida.

•El juego de “alta intensidad” comprende desplazamientos que van desde el 120% hasta más del 156% de la VAM y corresponde, respectivamente, al 7,5% y al 4% del tiempo total y de la distancia de juego.

No se han encontrado grandes diferencias entre los resultados de todas estas variables entre el primero y el segundo tiempo.

Todos estos datos que se ofrecen son datos promedio de todos los jugadores, pero este sistema ofrece los datos individuales de cada jugador, lo que permite analizar las carencias o virtudes de éstos, pudiendo analizar al finalizar el partido el trabajo realizado y extraer conclusiones a nivel físico y táctico del rendimiento del jugador.

Quisiera mencionar también un apartado importante en relación con las diferentes distancias recorridas por puestos o líneas. No siempre encontraremos necesariamente los mismos datos en común entre jugadores de una misma línea.

Dado que, por ejemplo, existen diferencias en el biotipo determinado del futbolista debido a la gran diversidad de características morfológicas, también en el caso de las distancias encontraremos habitualmente diferencias entre 2 jugadores de una misma línea.

Esto se debe a factores como la capacidad física, las características físicas individuales, las diferencias genéticas, la edad, la potencialidad física y su propio patrón de trabajo. No siempre los atacantes recorren la misma distancia media, hecho que también ocurre con los centrocampistas y los defensas. Los hay con mayor despliegue o, a la inversa, con mayor tendencia a una posición estática.

Pero es importante recordar que más allá del dibujo táctico de cada equipo dispuesto por el entrenador, los jugadores de mayor actividad son el medio centro, el media punta y los interiores. Los de una actividad media son el defensa lateral, el delantero y el defensa central.

Por último, es importante mencionar para completar este informe la investigación realizada por los responsables del sistema Amisco en una tesis doctoral de 6.112 registros de futbolistas en las diferentes ligas europeas en partidos amistosos, partidos de liga, partidos de copa, partidos de la copa Intertoto, partidos de la copa de la UEFA y, por supuesto, encuentros de la Liga de Campeones.

Este detallado análisis de la estadística ofrece un informe: por equipos, por competiciones y también, lo más relevante, un minucioso análisis por puestos.

A continuación se presenta el detalle resumido de los mencionados registros de la actividad desarrollada por los futbolistas.

Tabla 6. Distribución media de las distancias totales recorridas por los futbolistas de los diferentes puestos. Liga de 1a división en España, en los años 2004-2005/ 2005-2006 /2006-2007


■Defensa central

1.Marcha: determinado por una velocidad de desplazamiento de 0 a 14 km/h. La distancia para esta actividad es 8.546 m.

2.Carrera: determinado por una velocidad de desplazamiento de 14 a 21 km/h. La distancia para esta actividad es 1.472 m.

3.Esprín: determinado por una velocidad de desplazamiento de 21 km/h en adelante. La distancia para esta actividad es 392 m, con una frecuencia de 11 esfuerzos.

4.Distancia total: 10.410 m.


■Defensa lateral

1.Marcha: la distancia recorrida en esta actividad es 8.512 m.

2.Carrera: la distancia recorrida en esta actividad es 1.916 m.

3.Esprín: la distancia recorrida en esta actividad es 686 m, con una frecuencia de 18 esfuerzos.

4.Distancia total: 11.114 m.

■Medio centro

1.Marcha: la distancia recorrida en este desplazamiento es 8.996 m.

2.Carrera: la distancia recorrida en este desplazamiento es 2.390 m.

3.Esprín: la distancia recorrida en este desplazamiento es 574 m con una frecuencia de 15 esfuerzos.

4.Distancia total: 11.960 m.

■Interior

1.Marcha: la distancia recorrida en esta actividad es 8.642 m.

2.Carrera: la distancia recorrida en esta actividad es 2.224 m.

3.Esprín: la distancia recorrida en esta actividad es 804 m, con una frecuencia de 21 esfuerzos.

4.Distancia total: 11.670 m.

■Media punta

1.Marcha: la distancia recorrida en este desplazamiento es 8.660 m.

2.Carrera: la distancia recorrida en este desplazamiento es 2.160 m.

3.Esprín: la distancia recorrida en este desplazamiento es 678 m con una frecuencia de 19 esfuerzos.

4.Distancia total: 11.500 m.

■Delantero

1.Marcha: la distancia recorrida en esta actividad es 8.338 m.

2.Carrera: la distancia recorrida en esta actividad es 1.718 m.

3.Esprín: la distancia en esta actividad es 706 m, con una frecuencia de 20 esfuerzos.

4.Distancia total: 10.762 m.

En conclusión, seguramente encontraremos futbolistas con mayor o menor recorrido, pero con los últimos dos análisis estadísticos podremos determinar una media justa y con un reducido margen de error de la actividad desarrollada en el fútbol europeo. Este análisis detallado de la competición nos servirá para confeccionar y controlar los contenidos y la dirección del entrenamiento, así como las mejoras que éste produce en la competición.

BIBLIOGRAFÍA

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